Pedro Sánchez tardó en obedecer pero lo hizo: acató a la Unión Europea y España cerrará su agregaduría militar en Venezuela para manejar los asuntos desde Cuba, divulga ABC. La decisión de aislarse del régimen de Nicolás Maduro abre un nuevo episodio de controversia y al mismo tiempo confirma la ambigüedad de España cuando se trata de Venezuela.
La orden además es “unilateral” y traduce que Sánchez considera “pertinente la desaparición de una interlocución directa con los militares venezolanos desde Caracas”, reporta el comunicado de la organización Control Ciudadano divulgado por ABC.
Al coronel Alejandro Rubiella, quien se desempeñaba como encargado de la agregaduría militar de España en Venezuela y que estaría formada por media docena de funcionarios, le giraron una orden ministerial que recogería la modificación de su estadía que se extendía hasta mediados de 2021.
Con esta disposición que se ejecutará el próximo 31 de diciembre, España acata las directrices de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que ordenaba el cese de las relaciones militares con la dictadura.
Pero llegar a este quiebre “enciende las alarmas” internacionales y de nuevo plantea interrogantes sobre si la política del presidente Sánchez hacia Venezuela ha cambiado, afirma el medio.
Una defensa con recortes
La salida de los funcionarios castrenses españoles le sigue a la anunciada sustitución del embajador Jesús Silva por un encargado de negocios, para así Sánchez mostrar su postura sobre el fraude electoral de Maduro.
Sin embargo, esta nueva orden emitida por la ministro de defensa Margarita Robles, data desde hace unos meses como consecuencia de “problemas en del presupuesto de defensa” que apunta a “un recorte de algunos puestos para dar a la ministra de Defensa cierto margen para hacer nombramientos de su confianza”, asegura ABC.
La lista del cierre de agregadurías va hacia esa dirección. Además de Venezuela, que entró “en último minuto”, una docena de países verán partir a los uniformados españoles antes de año nuevo, entre ellos, Nicaragua, Indonesia, Polonia, India y Tailandia.
Los Emiratos Árabes Unidos se salvaron de correr este mismo destino por “petición expresa” de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, quien decidió rescatarlos de la lista sin “cuestionar” la decisión de cerrar la de Venezuela.
Su tendencia respondería al rechazo público que no ha disimulado a los encuentros del vicepresidente español Pablo Iglesias con personalidades del chavismo en giras diplomáticas sin autorización de la agenda del rey.
Marcando más distancia
Con el cese de las operaciones de la agregaduría castrense española se “pierde la capacidad de relacionarse y recibir información”, señala Control Ciudadano lo que significa que la decisión de Sánchez “aísla aún más a Venezuela de las naciones occidentales”.
Nota de Prensa: Control Ciudadano "España desactiva su agregaduría de defensa en Venezuela" #ObservatorioMilitarhttps://t.co/mlr2NreYQC pic.twitter.com/YSt0ThkEHM
— Control Ciudadano (@ovesede) December 10, 2020
A Maduro le quedarían sólo el respaldo de sus aliados durante la crisis económica y social que vive Venezuela. Estos países se reducen a Bielorrusia, Cuba China, Irán, México, República Dominicana, Rusia, Uruguay y Vietnam.
Pero «la creciente inestabilidad política y social venezolana» detonó esta decisión «contra todo pronóstico», considera la organización tras subrayar que los “intereses estratégicos” de España no están orientados a recuperar la interlocución con Venezuela.
Una bomba para Guaidó
La noticia ha caído como una “bomba” en la oposición venezolana según ABC, tras cuestionar si la política del Gobierno de Sánchez, que reconoce a Juan Guaidó como presidente interino y considera fraudulenta las elecciones legislativas del pasado domingo como el resto de los países europeos, está virando hacia otro rumbo.
¿A cuál? Hay señales. Al de marcar aún más distancia con Maduro después que este le recriminara a Sánchez que “siempre se equivoca con Venezuela” cuando Sánchez tuvo una reunión con Leopoldo López en la sede del PSOE en Madrid tras fugarse del país.
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