El reconocimiento que en algún momento ostentó la Organización Mundial de la Salud (OMS) es parte del pasado. La realidad es que hoy sus medidas son ignoradas como consecuencias de sus contradicciones en el manejo de la pandemia del Coronavirus.
La falta de confianza en la organización es una realidad confirmada por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien dejó al descubierto el descrédito cosechado tras cuestionar a “algunos gobiernos” de incumplir las directrices para atacar la enfermedad cuando estas constituyen la base de una respuesta común a escala global, informó EFE.
“Sin mencionar en concreto a ningún Estado”, Guterres advirtió que “cuando existen países que van por su cuenta, el virus se propaga en todas las direcciones”.
De esa manera el secretario de la ONU comenzó su discurso en el inicio de una sesión extraordinaria de la Asamblea General para analizar la respuesta a la pandemia y aunque señaló que el “COVID-19 no discrimina”, los esfuerzos para prevenirla y contenerla sí lo hacen, en un claro y directo cuestionamiento a los detractores de la OMS.
Desde esa postura intentó defenderla de sus directrices contradictorias sobre el uso de mascarillas, su ambivalencia en ensayos de medicinas contra el virus y las medidas tardías.
Atribuyó a quienes no acatan a la autoridad que “la pandemia haya golpeado con más dureza a los más pobres y los más vulnerables y esté teniendo un impacto devastador en las personas mayores, en mujeres y niñas, en comunidades de bajos ingresos, en los marginados y aislados”, denunció.
Una defensa tardía
El exhorto institucional de la ONU llega tarde. Con medio millón de muertes, 11 millones de casos positivos y 188 países afectados, el desprestigio de la OMS es total por haber ordenado el uso de mascarillas solo para personal médico y enfermos porque, según sus investigaciones, el coronavirus no se transmitía por aire. Este es uno de los varios hitos inolvidables en la lista de fallas cometidas, apunta El Dinamo.
Las críticas de Australia y Alemania por haber confiado en “exceso” en la información que aportó China en las primeras semanas de la crisis, a principios de año, aún están vigentes como las del presidente de Estados Unidos Donald Trump, que acusa a la organización de “ser un títere de China”. Taiwán y Japón son otras de las naciones molestas por las mismas causas.
Y aunque “ahora está tratando de corregir no está ayudando. Realmente no me extraña porque me costó mucho trabajo trabajar con la OMS. Muy burocrática y llena de ideología muy dogmática”, recalcó el director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras de Colombia (ANIF) y exministro de salud, Mauricio Santamaría en Dinero.
Gestión de errores
Santamaría se declara “sorprendido” por el “mal manejo de la OMS a la pandemia, la poca transparencia y mensajes contradictorios. Al principio no hizo pública la información, se demoró en declarar la emergencia y publicó resultados de ensayos clínicos incompletos que después tuvo que recoger”, reseña el medio.
También considera que la entidad es “una estructura sin capacidad de respuesta frente a un evento de dimensiones planetarias y con una rápida capacidad de expansión en un mundo globalizado”, destaca.
Ya el director de OMS, Tedros Adhanom, conoce su escenario tras reconocer que “no tiene la capacidad de incidir en las decisiones de cada uno de los países y por eso, hay una responsabilidad que le cabe a cada administración nacional en la lucha contra la pandemia”, apunta el medio Dinero.
Una solución a medias
Las vacunas contra el coronavirus están cerca de comenzar a inmunizar a la población, pero, según Guterres, no acabarán con los daños causados por el coronavirus que se sentirán durante años e incluso décadas, informa EFE.
La pobreza, la amenaza de hambrunas y la mayor recesión global en décadas persistirán, a su juicio, producto del COVID-19 y de las fragilidades que la pandemia expuso.
Tomando estos problemas como bandera, defendió “una vez más que es momento de impulsar un gran cambio en el mundo, aprovechando la recuperación que viene por delante para crear economías más sostenibles, justas y verdes”.
Además, cree que solo una respuesta coordinada con la OMS se controlaría el virus, reduciría la mortalidad y desarrollarían diagnósticos y tratamientos que estén disponibles para todos.
En ese sentido, pidió apoyo para la plataforma Covax, el mecanismo impulsado entre otros por la OMS para facilitar el acceso a vacunas a la población de todo el mundo. Con ello, su voz también se somete al termómetro de credibilidad social y política.