Navegando por aguas atlánticas van 4000 reses venezolanas rumbo a las mesas de las familias de Irak por orden de Nicolás Maduro, quien se las arrebató al mercado nacional para enviarlas al mercado iraquí con el pretexto de que es una “jornada económica”.
El ganado salió de Puerto Cabello, estado Carabobo y constituye la tercera exportación hacia a Irak. Las reses se criaron en los estados Apure, Guárico, Portuguesa, Barinas, Cojedes y Aragua ya “van directo del llano venezolano al desierto de Irak” presumió Maduro en televisión.
La exportación “se inscribe en los planes de intercambio comercial de ambas naciones, mecanismo con el cual también se benefician los productores en el campo y toda Venezuela” dijo en el dictador. Su ministro de Agricultura y Tierras, Wilmar Castro Soteldo lo respaldó asegurando que “con otras naciones de esta región del mundo (frontera Europa- Asia)”.
Se jactan de pactar con la nación “por primera vez, en 120 años 12000 cabezas”. Lo que no vociferan es “el cargamento de res importado a Irak es de tercera categoría y apenas cumple con 30 % de los parámetros de calidad que rigen estas ventas en el contexto internacional” apunta El Pitazo.
Este negocio “ocurre en un momento en el que Venezuela no está en capacidad para abrirse al mercado internacional” publica el medio. Mientras tanto, la Federación de Ganaderos de Venezuela advierte que “el consumo interno de carne fue de apenas ocho kilogramos en 2019, lo que se traduce a que el venezolano redujo el consumo de carne bovina en un 55 %”.
Rebaño de mentiras
“Aunque en los papeles, estas exportaciones parecen una idea razonable, sólo se justifican una vez que se cubra el consumo interno, pero en este caso, lejos de cubrirse la demanda local, los venezolanos son empujados a consumir cada vez menos carne” analiza Banca y Negocios.
“El discurso oficial del chavismo estima el rebaño nacional en 16 millones de cabezas de ganado bovino, ubicándose en el cuarto lugar de la región, sin embargo, este número es falso” afirma.
Según el medio, “el rebaño de Venezuela está por debajo de los 9 millones de ganado bovino desde 2019, casi la mitad de lo que producía hace diez años”.
Exportar 5000 reses gordas “supera la productividad de los 10 principales mataderos industriales del país porque su exportación recurrente e indeterminada sería perjudicial a la oferta y demanda”, asegura.
Los únicos beneficiados son los iraquíes en esta transacción con el régimen al obtener el rebaño a bajo costo considerando que en Colombia, el precio pagado por cabeza exportada a Irak de un embarque de 22000 reses de 425 kg promedio, fue USD $545, mientras que en Venezuela, el precio pagado por cabeza ronda apenas los USD $382, un 30 % menos o un diferencial de USD $163 por cabeza.
De esta manera, el pronóstico para los venezolanos apunta a que se “reducirá más la oferta de ganado gordo al mercado nacional al crearse un megacomprador con entera posición de dominio” destaca Banca y Negocios.
El hambre abunda
Uno de cada tres venezolanos tiene dificultades para llevar comida a la mesa y consumir los mínimos nutricionales necesarios, según el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La carne es un lujo comprueba el estudio realizado este año donde se señala que “el consumo de carne, pescado, huevo, vegetales y frutas está por debajo de los tres días a la semana” y esa baja en la mesa se debe a la “no disponibilidad de alimentos y dificultad para obtenerlos”.
Esa es la realidad de 9,3 millones de venezolanos quienes sólo “comen diariamente cereales, raíces o tubérculos y que la hiperinflación ha hecho que sus salarios no lleguen para comprar los bienes más básicos”.
El número equivale a un tercio de la población que “sufre lo que técnicamente se denomina inseguridad alimentaria moderada o grave”. Para la ONU “la falta de alimentos es un problema en todo el país, aunque en algunos estados como o Delta Amacuro, Amazonas y Falcón alcanza niveles más altos. Incluso en las regiones con menores índices, incluyendo a Lara, Cojedes y Mérida, se estima que aproximadamente una de cada cinco personas está en inseguridad alimentaria”.
El estudio además descubrió que 74 % de las familias adoptan “estrategias de sobrevivencia” para tener comida mientras que 60 % recorta las porciones que come, otro un 33 % acepta trabajar a cambio de alimentos y un 20 % vende sus bienes para poder comer”.
Escasez sostenida
Desde hace dos años El País reseña que “en carnicerías del este y oeste de Caracas no hay venta de carne y quienes trabajan en esos lugares aseguran que el producto desaparece”.
Y “el mismo escenario se repite en los mercados municipales de varias ciudades y en los mercados populares donde la carne también dejó de formar parte de la oferta” afirma.
Pero la escasez despreocupa a Maduro. Él se sacia con los jugosos filetes de Estambul, donde degusta los platos del chef Salt Baeen por unos $250 dólares, lo que representa casi un año de salario mínimo en Venezuela, según la cotización oficial, reseñó Estrategia y Negocios .