La indignación causada por la película Cuties a raíz de su inapropiada sexualización de niños y su abierta apología de la pedofilia no impidió que esta llegara a la lista de finalistas de la próxima edición de los premios Óscar.
Sin importar la ola de críticas y el rechazo provocado por la cinta de ficción de Netflix basada en el viaje de un grupo de baile de adolescentes con “posiciones sexuales y comprometedoras”, esta competirá como mejor largometraje internacional, divulgó The Post Millennial.
La decisión la tomó el comité de selección de los Óscar de Francia, que eligió el filme junto con otras cinco películas para esta categoría, asegura el medio canadiense.
El tráiler de Cuties, que acumula hasta ahora dos millones de “no me gusta” en YouTube y originó el hashtag viral “#CancelNetflix” para impulsar el cese de suscripciones a la plataforma, demuestra que “ninguna publicidad es mala publicidad”, apunta The Post Millennial.
Según el portal “la indignación de millones en las redes sociales aumentó la visibilidad de la película a un nivel que el director probablemente nunca podría haber predicho”.
Siempre en la polémica
La selección de Hollywood muestra su tendencia a calificar cintas con tramas polémicas basadas en racismo, incitación a la violencia o misoginia, segura El País.
En el historial de la instancia destacan “selecciones sospechosas”, subraya la crítica de cine Thelma Adams en entrevista con BBC .
“Si se comparan las películas más ganadores del Óscar de las últimas dos décadas con las de mayor evaluación en los respectivos años, los premios de la Academia no suelen elegir a las mejores cintas”, analiza.
Las discrepancias se generan porque “las críticas estadounidenses están sesgadas”, dice Thelma Adams.
Alrededor de 7 000 miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas votarán por Cuties y la ronda definitiva que tiene lugar solo dos semanas antes de la ceremonia “depende de los nombres que se estén mencionando en el momento”, asegura BBC.
Pero el camino para Cuties dependerá de si logra capturar el momento adecuado”, esboza Sasha Stone, vocera del sitio Awards Daily en BBC.
Un director sin crédito
Netflix se enfrentará a la justicia en Estados Unidos por la película francesa que su director ejecutivo, Ted Sarandos, se afana en defender porque la considera «incomprendida», según Deadline.
«Es una película muy mal entendida por algunas audiencias, únicamente dentro de los Estados Unidos», señaló Sarandos afirmando que “la película habla por sí sola” porque cree que “es muy personal sobre la mayoría de edad”.
Se esfuerza en argumentar que la “película ha funcionado muy bien y se ha proyectado en los cines de toda Europa sin nada de esta controversia».
Pero sus declaraciones no son del todo ciertas. La plataforma Change.org en Argentina colecta más de 312 000 firmas contra el polémico largometraje.
En Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro intentó prohibir la proyección de la película, pero, el STF (Supremo Tribunal Federal) lo impidió.
También ya existe una guía para padres emitida por la base de datos IMDB que califica el sexo y la desnudez de la película como “severa”.
Sin embargo, esto parece premeditado. “Netflix lleva la sublevación en el ADN. De eso no hay duda”, considera al respecto El Confidencial.
Con repudio norteamericano
El congresista de Texas, Matt Schaefer, reveló que un gran jurado ha acusado formalmente a Netflix de «promoción de material visual lascivo que representa a [un] menor» y que podría enfrentar cargos por distribuir material que equivale a pornografía infantil.
El documento señala que Netflix «promovió a sabiendas material visual que muestra la exhibición lasciva de los genitales o el área púbica de un niño vestido o parcialmente vestido que tenía menos de 18 años. El material visual apela al interés por el sexo y no tiene un valor literario, artístico, político o científico serio».
El senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, declaró que “como cualquier padre” encuentra “repugnante la decisión de vender pornografía infantil”, reseñó New York Times.
Por otro lado, la representante Tulsi Gabbard, de Hawái, excandidata presidencial demócrata, se ha expresado en la misma línea previendo que “ciertamente abrirá el apetito de los pedófilos y ayudará a alimentar el tráfico sexual de niños”.
Del lado de Netflix, una portavoz citada por el NYT, repele las acusaciones señalando que la película es “un comentario social contra la sexualización de los niños pequeños”.
Una obsesión en pantalla
“Cuando era niña, la cuestión de cómo convertirme en mujer era mi obsesión”, confesó la directora de la película, Maïmouna Doucouré, según el New York Times.
Su empeño por elevar a la pantalla su “historia personal, así como la historia de muchos niños que tienen que navegar entre una cultura occidental liberal y una cultura conservadora en casa” ahora la mantiene en el medio de ataques en redes sociales.
Ella pasó un año y medio entre investigaciones y “reuniéndose con cientos de preadolescentes para preparar la película”, indica el NYT.
Doucouré ha dicho que “necesitaba saber cómo se sentían sobre su propia feminidad en la sociedad actual y cómo se enfrentaba a su propia imagen en un momento en que las redes sociales son tan importantes”.
Aunque se afana en asegurar que “la película es audaz y feminista” quedará esperar la gala para saber si esta cinta logra seducir a los críticos con sus escenas eróticas de menos de edad, desestimando que promueve a la infancia como carnada para depredadores.
Un pronóstico de reserva
Ya con el camino de la censura evadido, Cuties “sienta un precedente y probablemente llevará a otros directores a hacer contenido similar, especialmente si logra llevarse un Oscar”, advierte The Post Millennial.
En febrero ya el filme que retrata a niña musulmana de origen senegalés que se debate entre los valores tradicionales de su familia y la influencia de internet ganó un premio por la dirección del Sundance Institute.