Lo aceptó. Ya no hay disimulo. El régimen socialista de Nicolás Maduro se rindió ante el dólar estadounidense que calificaba como “perverso” y prometía “pulverizar”, y comenzó a gestionar su circulación en la banca venezolana.
El uso será a su manera y bajo su dominio. La operación está siendo organizada junto a funcionarios del Banco Central de Venezuela (BCV), reveló Bloomberg. De hecho, ya comenzaron las reuniones con los ejecutivos de “un puñado de firmas financieras locales” para discutir planes que permitan crear un sistema de compensación y liquidación en moneda norteamericana a partir del próximo año.
El nuevo sistema convertiría al BCV en una “cámara de compensación en dólares para efectuar transacciones instantáneas entre bancos y empresas”, divulgó el portal que además precisa que el mes pasado, la entidad prohibió a los prestamistas locales establecer un sistema propio sin la supervisión del régimen chavista.
Un salvavidas tardío
“Los anuncios de Maduro sobre el dólar llegan 16 años después de un control cambiario que fracasó” advierte la revista Dinero. “Todo apunta a que el estado de postración de la economía produjo este cambio”, analiza.
El medio contextualiza la decisión de Maduro en la debacle de su régimen porque “ha creado todo un modelo ortodoxo de apertura económica; que no tiene la capacidad de rescatar los equilibrios, porque no hay confianza en las variables clave de la economía; hay aislamiento, tiene sanciones y nadie cree en él ni en las autoridades monetarias”.
No falla en el escenario. En efecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que este año la inflación venezolana aumentará 200 000 % y con ello, completará su sexto año de recesión.
Dinero también vaticina que “aunque la liberalización cambiaria surge como una opción para recuperar la economía, hay que ver si no es tarde para lograrlo y si la estructura económica creada permitirá el libre juego de la oferta y la demanda”.
Discurso sin sentido
“Hasta hace poco Maduro hablaba del narcodólar, dólar criminal y dólar golpista”, destaca Manuel Sutherland, economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO) en Caracas.
Señala que el tema de la dolarización ronda en Miraflores como muestra de “un serio, aunque vergonzante, viraje liberal” pese a que Maduro prometía “pulverizar el dólar perverso”
Para el especialista “el júbilo de Maduro y de sus más cercanos colaboradores con la dolarización informal y desreglamentada no deja de ser sorprendente”. A su juicio, “los más connotados patriotas no se preocupan ahora por la pérdida de soberanía monetaria”.
Pero la dolarización es una realidad. Nicolás Maduro llamó a debatir sobre el tema, divulgó Infobae, cuando confesó que está “atento a todos los fenómenos”. El dictador justifica su accionar alegando que “la economía se autorreguló” y que “todas las economías del mundo están dolarizadas” de alguna manera.
Lo asume como “una opción en medio de una guerra, y esa opción ha permitido que la economía respire” porque “¡gracias a Dios que existe la dolarización!”.
En efecto, la dramática situación en Venezuela explica la dolarización de facto o “espontánea” que permite comprar productos calculados en dólares. Al respecto, indica Infobae, “en esos casos, los comercios suelen fijarse en la tasa de cambio del mercado paralelo, no en la oficial.
No es tan fácil
Adaptar la economía al dólar exige condiciones. Así lo subraya el analista Paúl Dixin en FxStreet. Afirma que se requiere “suficiente confianza interna o internacional en sus propias instituciones, ante el riesgo de que el valor de la moneda sea inestable y con escenarios de constante de inflación”.
Sin el entorno adecuado, los riesgos surgirán. Entre ellos, el economista menciona “la pérdida de la opción de devaluar la moneda si los costos suben y la pérdida de la opción de financiamiento del Banco Central como un brazo de la política”.
En América Latina, tres países ya usan formalmente el dólar como moneda nacional: Panamá, El Salvador y Ecuador. Pero para los países con sus propias monedas, como Venezuela, una ruta para salir del endeudamiento interno excesivo es la “quantative easing” (flexibilidad cuantitativa). “Aquí es donde el Banco Central compra la deuda del gobierno”, explica Dixin.
Un bolívar sin fuerzas
“La depreciación del bolívar con respecto al dólar compete al chavismo que con mano de hierro dirige el BCV”, destaca Manuel Sutherland. El economista señala: “No es difícil ver cómo el bolívar se ha depreciado en casi 100 %, con respecto al dólar. En los últimos dos años, el tipo de cambio ha aumentado 4.140.709,75 %”.
Los culpables están identificados. “El desastroso resultado de los indicadores no puede ser achacado a las sanciones de Trump ni al bloqueo. Países como Cuba, Corea del Norte o Irán, fuertemente sancionados, no tienen ni 1 % de inflación”, señala.
“El bolívar se ha vuelto inútil después de siete años de contracción económica y políticas fallidas. Un plan reciente para imprimir un nuevo billete de 100 000 bolívares lo convertiría en la denominación más alta hasta el momento, pero aún valdría solo 15 centavos de dólar”, afirma un análisis de Bloomberg
El camino del fracaso
Los intentos del socialismo para manejar a su antojo la moneda extrajera han sido numerosos.
En su historia de fracasos está Cadivi (Comisión Nacional de Administración de Divisas) cuando desde febrero de 2003, Hugo Chávez decidió intervenir el mercado cambiario creando este organismo como un ente autónomo, a cargo del control de divisas oficiales, cupos de viajeros en divisas, tarjetas de crédito o retiros en efectivo fuera del país.
Una década después, la remplazó el Cencoex (Centro Nacional de Comercio Exterior). En paralelo surgió el Sitme (Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera) controlado por el BCV para vigilar la compra y venta en bolívares de títulos de deuda pública denominados en dólares.
A la lista de intentos fallidos se suman los Sistema Complementarios para la Adquisición de Divisas I y II (Sicad I y II) para importadores. Y, más adelante, se lanzó el Simadi (Sistema Marginal de Divisas) que permitió a las casas de bolsa ofrecer 300 dólares para la compra, sin límites para la venta.
Más intentos fallidos
La lista de controles continúa. Al ya mencionado Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex), se le unió el Sistema de Divisas Protegidas (Sipro) para manejar alimentos y medicinas, el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) para las subastas semanales con tasas de cambio fluctuantes y manejadas por el BCV.
En el remate de iniciativas socialistas surgió el “Nuevo Dicom” para la compra de 2000 dólares anuales a personas naturales y 400 000 a las jurídicas y la Canasta de monedas para eliminar el dólar de los pagos internacionales y permitir la libre convertibilidad del yuan chino, el rublo de Rusia, el euro, el yen japonés y la rupia india.
El más ambicioso fue el Petro. “Aprovechando la fiebre de las criptomonedas Maduro se lanzó con el blockchain o para crear el Petro, moneda respaldada por el precio de un barril de petróleo de la cesta de crudo venezolano”, reseña Dinero.
El camino se agotó con las mesas de dinero, constituidas en mayo de 2019 para autorizar la compra y venta de divisas en los bancos. “Fue el primer paso para flexibilizar el control cambiario” precisa Dinero.