
Otra vez crea dudas y pueden costarle. De nuevo, Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno de España, enfrenta acusaciones por falta de transparencia. Por esconder información pública sobre licitaciones para atacar el coronavirus arriesga sanciones en su contra.
Son 26 contratos suscritos sin detalles en la Plataforma del Sector Público. Estos se firmaron durante los tres meses del primer estado de alarma (del 14 de marzo al 21 de junio) y debían rendirse en los tres meses posteriores. Ya el plazo excedió.
El proceso oculto lo revela El Mundo donde apunta que las transacciones corresponden a “suministro de diverso material de desinfección y sanitario, atención al usuario durante el estado de alarma, mamparas para las mesas de trabajo y un estudio sobre el impacto del COVID-19 en las personas con discapacidad”.
Sin transparencia
El equipo de Pablo Iglesias tampoco cumple con el Portal de Transparencia, donde solo aparecen cuatro contratos del Ministerio entre marzo y junio de los 34 contraídos.
Hasta ahora se desconoce a quienes se adjudicaron, el procedimiento establecido o dinero invertido.
La ley es contundente. Según El Mundo, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno tiene poder para emitir un dictamen para forzar al Gobierno a que se publiquen los documentos y activar el régimen disciplinario, que contempla sanciones.
El Consejo se sustentaría en que lo licitadores públicos deben hacer públicos “todos los contratos, con indicación del objeto, duración, el importe de licitación y de adjudicación, el procedimiento utilizado para su celebración, licitadores participantes e identidad del adjudicatario, así como las modificaciones del contrato”.
Algunos de los contratos eludidos son considerados menores por solo ascender a 18 000 euros. Pero no se considera una justificación válida para ocultarlos.
Es parte de su forma
Pablo Iglesias tiene errores en su forma de gobernar. “Muchas cosas se pudieron haber hecho mejor” reconoció en su entrevista reciente con Al Rojo Vivo, de la Sexta cuyo testimonio divulga AS.
Entre sus fallas cuenta la demora para tomar medidas más estrictas antes y la incertidumbre que creó al permitir salir a los niños durante el estado de alarma.
“Comunicamos mal cuando dejamos que los niños fueran a dar paseos, hubo unas horas en las que no nos explicamos bien” relató en dicha oportunidad.
Otro de sus lamentos es la falta de coordinación para aplicar las nuevas medidas contra el coronavirus, por la “maquinaria judicial”.
Los resultados ya son motivo de críticas. Este verano en España aumentan los brotes pero Iglesias asegura que, aunque los datos son malos “hay que ponerlos en relación con los niveles de letalidad, colapso hospitalario e ingresos en las ucis”.
Se ampara en que el “nivel de contagios actual es distinto al de marzo”.