EnglishEl gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla está intentando colocar una vendita adhesiva sobre la abierta herida fiscal de la isla.
Honor a quien lo merece
García Padilla quiere revisar la legislación laboral de la isla y reducir beneficios. Es una idea brillante. El gobernador ha abordado la cuestión de las vacaciones pagas como un gran problema, que le cuesta al Gobierno millones de dólares cada año. Sin embargo, también impacta en miles de puestos de trabajo y millones de dólares sobre el sector privado.
Por ejemplo, el gobernador ha señalado que los puertorriqueños gozan de 30 días de vacaciones retribuidas, 14 feriados pagos, y 18 días de licencia por enfermedad cada año. Esto totaliza más de dos meses de licencia por año con goce de sueldo por cada empleo. Esto es claramente un paso en la dirección correcta. Sin embargo, el gobernador continúa evitando el verdadero problema: el tamaño del Gobierno local. ¿Cuán grande es?
El elefante en la habitación
Para comenzar, de las 900.000 personas que tienen empleo en Puerto Rico, unas 300.000 trabajan para el Gobierno. Los últimos presupuestos revelan que el problema fiscal de la isla está lejos de terminarse.
Según Caribbean Business, el déficit presupuestario para el recién concluido año fiscal será de US$700 millones. Por cierto, la cifra mencionada no incluye cerca de $300 millones de dólares por devolución de impuestos que están pendientes por pagar. En otras palabras, el déficit puede llegar a US$1.000 millones.
¿Qué pasó con los miles de millones que obtuvo prestados Puerto Rico el año pasado?
Se suponía que el año anterior habría un equilibrio presupuestario. Ese es el presupuesto de este año. Este tampoco está equilibrado. ¿Es aún peor mencionar el déficit esperado, dado que las estimaciones son tan equivocadas y “corregidas”?
El origen del desastre financiero de Puerto Rico es el gasto gubernamental, fácil y sencillo. Para resolver el problema, el Gobierno tiene que reducir como mínimo 30% de funcionarios públicos, un total de 100.000 personas.
Los “mangos bajitos” para Puerto Rico
Mientras el gobernador atiende las reformas largamente demoradas en relación con las vacaciones y bajas pagadas, aún hay muchas otras cosas que hacer.
Las mujeres, por ejemplo, reciben dos meses de permiso por maternidad completamente pagados, ya sea con los impuestos o por cuenta de las empresas. Esto es un doble gasto para los negocios, que continúan pagando a la mujer y también deben pagar a un reemplazo, o sobrecargar a los otros empleados. La eficiencia disminuye y los costos aumentan.
Con esto no quiero decir que el permiso por maternidad o paternidad sea algo malo. Es una de esas “buenas” cosas para tener. Pero ¿por qué tienen el Gobierno, los contribuyentes, o dueños de empresas que estar obligados a pagar por una decisión personal que hace alguien?
Otro asunto es la reforma de los juicios laborales. Resulta demasiado fácil presentar una denuncia en contra de un empleador en Puerto Rico (y también en el resto de Estados Unidos en ese particular). Si bien muchos casos normalmente son anulados o descartados, el costo de litigar en estos casos es enorme. Esto inyecta miedo en el corazón de muchos dueños de negocios, que rehuyen la eficiencia empresarial y las decisiones difíciles para evitar $las demandas.
Por el contrario, los propietarios de negocios deberían tener mayor libertad y menos miedo en lo que respecta a decisiones de contratar o despedir empleados.
Con cierta voluntad, hay muchos asuntos que pueden ser abordados en Puerto Rico hoy en día; es difícil concentrarse en unas pocas áreas. Nada, sin embargo, será más efectivo que abordar un tema fundamental que ha destruido la economía de la isla: la enorme corrupción del Gobierno.