EnglishHace algunos años un chiste que circulaba por Internet comparaba la pizza en un mundo donde predominaba el Estado niñera. Aunque había distintas versiones, era algo así: alguien llama una pizzería y pide una pizza grande de pepperoni. Un empleado lo detiene y le dice que ya ha consumido su ración de pepperoni para ese mes, y que está muy por encima de su cuota de queso. También le comenta que su colesterol es alto y que está al borde de la diabetes, entonces le dice que puede comer una pizza de tofu.

“¿De dónde obtuvo toda esa información?”, le pregunta el cliente.
“Bueno, de sus registros públicos… del Gobierno”.
Ya no es un chiste. Fue lanzada una novedosa máquina expendedora que está por llegar a una sala de coffee break cerca de usted. La máquina puede determinar si puedes o no comprar comida chatarra. Leyeron bien, una maquina expendedora que te dice lo que puedes comer.
Un informe en el Telegraph señala que las nuevas máquinas expendedoras utilizarán un software de reconocimiento facial para determinar quién eres y tus restricciones alimenticias. En particular, la máquina expendedora Luce X 2 fue inaugurada en octubre de este año.
Este invento además puede recordar tus preferencias y te puede negar una venta basándose en tu edad, antecedentes médicos, requisitos nutricionales diarios, y hasta incluso tu historial de compras. ¿Ya has comprado un atado de cigarrillos a la mañana? Bueno, discúlpame, ya fue suficiente por hoy. ¿Compraste muchas boletas de lotería? Lamentablemente tendrás que esperar hasta el próximo sorteo.
Cada unidad puede ser programada para satisfacer los deseos de cada propietario o establecer limitaciones personalizadas, pero ¿cuánto tiempo faltará para que esto se convierta en un conjunto de restricciones definidas por el Gobierno? ¿Cree que no es posible? Piense de nuevo.
En marzo de este año el Departamento de Salud del Reino Unido ordenó que los restaurantes reduzcan sus porciones de pizza y otros productos para disminuir el consumo de calorías de la población. En Estados Unidos, Obamacare tiene disposiciones que regulan las etiquetas de alimentos, o ¿quién podría olvidar la prohibición de grasas trans y de gaseosas de un determinado tamaño en la ciudad de Nueva York?
Ronald Reagan alguna vez dijo que “la palabras más aterradoras del idioma inglés son ‘soy del Gobierno y estoy aquí para ayudarlo'”. Reagan dio en el clavo.
Desde que la Cote Suprema convalidó la obligatoriedad de la ley de Cuidado de Salud Asequible, el Gobierno no tiene límites, siempre que incluyan un impuesto (que no es un impuesto, hasta que lo es) para convertir en compulsivo un mandato gubernamental. ¿No lo quiere hacer? No hay problema; solo pague un impuesto. Tampoco hay límite alguno sobre cuán alto los impuestos pueden ser.
Otro presidente estadounidense, Dwight D. Eisenhower, nos advirtió obre el “complejo militar-industrial”. Con toda honestidad, eso ya no me preocupa. Lo que me preocupa es el “complejo corporativo-gubernamental”. Los secuaces de siempre ya se están frotando las manos, preparándose para promover legislación de prueba a nivel local o estatal para implementar el uso obligatorio de este tipo de máquinas. La propuesta probablemente será presentada como una manera de vender a las personas que hacen dieta, proteger a los niños y recaudar impuestos.
Entonces, ¿de dónde van a obtener toda la información sobre la edad, restricciones en la dieta, y la salud? ¿Realmente hay que hacerse esta pregunta?
No es para insistir, (de acuerdo, estoy insistiendo) pero los fumadores ya han estado diciendo esto durante años. Una vez que se regulan conductas personales en nombre de la salud y el costo lo asumen otros, se abre la puerta para regular por completo todo. Cómo ya lo he dicho en varias oportunidad, “otorgarle la facultad al Gobierno de regular algo que odias, es concederle el poder al Gobierno para regular algo que te gusta. No es una pendiente resbaladiza, es un hecho histórico”.