EnglishCaribbean Business ha informado que las mujeres siguen ganando más que los hombres en Puerto Rico. En promedio, las mujeres puertorriqueñas ganan casi US$23.000 al año, o unos $800 más que los hombres —una diferencia del 3%. En Estados Unidos, los hombres siguen ganando mucho más que las mujeres, aunque eso no significa una “brecha salarial” injusta, uno de varios mitos feministas que no quiere morir.
Los medios de comunicación de la isla han hecho oídos sordos a esta importante información. Es importante, ya que los tribunales de familia en Puerto Rico todavía otorgan en primer lugar a las mujeres la custodia sobre los hijos y además determinan que estas deben recibir el dinero de su excónyuge. Casi universalmente en Puerto Rico, a las mujeres se les paga manutención, tanto conyugal como de los hijos, en los casos de custodia, incluso si ganan más que su cónyuge.
La manutención conyugal —que se ha convertido en una forma de venganza— comenzó como una manera de ayudar a las mujeres que abandonaran un matrimonio problemático, ya que tradicionalmente las mujeres se quedaban en casa y se hacían cargo de los niños. De ahí la idea de que las mujeres eran siempre las mejores cuidadoras, ya que por defecto eran las cuidadoras primarias.
Obviamente, los tiempos han cambiado. Las mujeres han sido la mayoría en entre los graduados universitarios durante dos décadas, mayoría en los cargos profesionales desde hace más de una década, y ahora gozan de mayores ingresos que los hombres. También pasan tanto tiempo lejos de sus hijos como sus homólogos masculinos para avanzar en su profesión.
Cuando se habla de divorcio informalmente, las mujeres en Puerto Rico a menudo afirman que ellas tienen el derecho a mantener su nivel de vida después del divorcio. Si bien los tribunales refuerzan esa creencia, tal derecho no se otorga a los hombres. Cuando un hombre tiene que renunciar a la mitad de sus ingresos y de su casa ante su exesposa, ¿cómo puede mantener su nivel de vida? Hay hombres que se han quedado prácticamente sin hogar debido a los tribunales de familia.
Cuando se trata de la igualdad de derechos, soy un firme creyente en dos principios: (1) las mujeres son adultas y responsables de sí mismas, y (2) la igualdad de derechos también significa igualdad en responsabilidad. A tal efecto, en la Constitución adjunta a mi reciente petición de independencia de Puerto Rico, abordé de frente la cuestión de la igualdad en el divorcio: dicha Constitución detendría todos los pedidos actuales de manutención conyugal, prohibiría la manutención conyugal en el futuro, y requeriría custodia y tiempo compartidos en todos los casos futuros de divorcio.
Tiempo compartido significa que durante la mitad del año, el niño vive con la madre, y el padre otorga un porcentaje de sus ingresos como apoyo económico, que automáticamente aumenta o disminuye de acuerdo a sus ganancias. Esto ocurriría independientemente de si fuera despedido o si renunció a un trabajo bien remunerado para convertirse en un maestro de edescuela.
Así es como funciona antes y durante el matrimonio, y no hay ninguna razón por la que no debería ser lo mismo después de este. Durante la otra mitad del año, el niño se queda con el padre y la madre paga una pensión por los hijos al padre con exactamente el mismo porcentaje.
La descalificación o pérdida de la patria potestad sólo puede venir tras una condena por un delito contra el niño u otros niños (depredadores sexuales), una gran adicción a las drogas, o como resultado de violación o incesto. Es decir, un violador no tiene derechos sobre el niño. Si estuviese en vigencia esa regla, una víctima de violación no se vería obligada a pagar una pensión alimenticia a su violador, como ocurrió en Arizona.
Las propias mujeres han aprendido una dura lección en los últimos años. Quienes se han casado con un hombre descartado por otra mujer sufren de la pérdida de los ingresos de su marido. Ellas no tienen poder, pues su nuevo esposo debe enviar parte de sus ingresos a la exesposa. Eso saca dinero de la cuenta bancaria de la familia y comida de la mesa para los niños del segundo matrimonio.
Sin embargo, ningún partido político abordará esta cuestión. No van a abordarlo, porque su contra parte, cualquiera que esta sea, los atacaría por una “guerra contra las mujeres”. Esta es otra razón por la que los hombres cansados de pagar la manutención conyugal, y las esposas de estos hombres atrapados en esa esclavitud financiera eterna, no tienen otra opción que firmar mi petición de independencia. Ningún otro partido o grupo se pondrá de pie por su derecho a guardar su dinero de alguien con quien ya no quiere compartir su vida.
Si la declaración de independencia de Puerto Rico es implementada, la nueva Constitución entraría en vigencia y derogaría automáticamente todas las órdenes anteriores de manutención conyugal, concedería los mismos derechos a los padres sobre sus hijos, y haría a las mujeres igualmente responsables de los pagos de manutención infantil. Si usted quiere un cambio, tiene que atreverse a hacerlo. He aquí un cambio que puede hacer simplemente al añadir su nombre. Puede firmar la versión en inglés aquí y la versión en español aquí.