EnglishParece que el Gobierno no puede aprender que los controles de precios y las intervenciones en el mercado generan más perjuicios que beneficios. En efecto, eliminar la libertad de comercio mediante la regulación de precios es exactamente lo opuesto a lo que necesita una economía en problemas.
Hay pocos ejemplos más contemporáneos para ilustrar este punto que Venezuela, donde los controles de precios y otras políticas intervencionistas han logrado dejar los anaqueles vacíos, generar escasez de productos básicos, restringir compras, y alcanzar la tasa de inflación más alta del mundo.
Puerto Rico no quiere ser dejado de lado aparentemente. La isla semiautónoma mancomunada se suma al tren intervencionista aplicando estrictos controles de precios sobre medicamentos. Algunos medicamentos pueden tener precios prohibitivos en la isla, pero la lista de productos farmacéuticos regulados incluye de todo, desde el verdaderamente caro inhalador Advair y la pastila Lyrica, hasta los antiácidos más comunes como Nexium.
El martes 9 de septiembre, el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor de Puerto Rico, Adames Soto, firmó la Orden 2014-14 que mantendrá los precios de los medicamentos a “niveles asequibles”. En una entrevista radial en NotiUno, Soto afirmó que 72 medicamentos estarán sujetos al nuevo sistema de control de precios, incluyendo varias versiones genéricas de drogas populares como Tylenol.
Según Soto, la acción regulatoria del Gobierno es una respuesta al dramático aumento de precios de drogas genéricas durante los últimos años. Estos precios ahora permanecerán congelados hasta que se establezca un nuevo techo para las drogas genéricas. De acuerdo al informe, la legislación alcanza a las siguientes drogas: Advaur, Depakote, Flovent HFA, Lyrica, Nasacort, Nasonex, Nexium, Proventil HFA, y Tamiflu.
Son pocos los políticos que pueden resistirse a la imperiosa necesidad de “ayudar” a la población dictando más regulaciones estatales, y ninguno parece darse cuenta de las desastrosas consecuencias de sus acciones. Los controles de precios inevitablemente producen escasez. Cuando se trata de algunos medicamentos de esta lista, como Advair y Flovent, utilizados para tratar desórdenes respiratorios, la escasez podría pone en riesgo la vida de los pacientes que lo necesitan.
No hay duda de que algunos de estos medicamentos son caros, sin embargo, fijar controles de precios a los fabricantes y vendedores es una receta para el desastre.
Esta desconexión entre las políticas y sus consecuencias obedece a la presencia de chavistas en la dirigencia del Partido Popular Democrático en Puerto Rico. Estos partidarios de una “socialdemocracia”al estilo venezolano ignoran décadas de evidencia que dan cuenta del sistema económico más destructivo del siglo XX. Desafortunadamente las pruebas no parecen disuadir a la creciente lista de defensores de un control estatal centralizado sobre absolutamente todo.
Mientras tanto, estas políticas económicas fracasadas continuarán pasando factura a Puerto Rico. Un reciente informe de Caribbean Business señaló una disminución en las contrataciones del próximo trimestre. Estas son malas noticias para una isla que ya arrastra una tasa de desempleo del 13%, y un desempleo real cercano al 65%. Actualmente menos de 1 millón de los 2,2 millones de trabajadores potenciales están empleados.
Puerto Rico ya enfrenta una población cada vez más reducida, y la mancomunidad no puede darse el lujo de hacer más difícil todavía la vida de los isleños.