English Recientemente tuve una discusión en Twitter con un amigo sobre el tipo de república que, bajo mi propuesta, podría crearse en Puerto Rico. Específicamente, él quería saber sobre los derechos y garantías que ofrecería el gobierno según mi plan. Me hizo pensar que es buen momento de actualizar a mis lectores en lo que estoy proponiendo, y por qué mi propuesta es mejor que la actual mancomunidad o condición de estado de Estados Unidos.
Primero, seamos honestos. La condición de estado de Estados Unidos brindaría igualdad legal a Puerto Rico: Derechos totales de votación y representación en el Congreso, e incluso más fondos de los que la isla recibe actualmente. A pesar de los asombrosos US$21 mil millones por año, la isla es aún considerada la jurisdicción más pobre bajo la bandera de Estados Unidos según la mayoría de los indicadores.
Aproximadamente la mitad de ese dinero representa pagos directos a individuos (ver la página 27 al final de este documento para ver los totales del año fiscal 2010 en Puerto Rico). Missisipi, con una población de un poco más de cuatro millones de personas, recibe US$31 mil millones. Por ello, bajo la condición de estado, la isla podría ver en teoría un aumento de 30% en los gastos federales.
Bajo mi propuesta, muchos de los programas financiados por los contribuyentes de Estados Unidos o se irían por completo, o serían remplazados por un sistema económico más sostenible. Mi uso de la palabra “sostenible” no debe ser malinterpretado como un eslogan socialista. Me refiero a un sistema basado en las ganancias y pérdidas como verdaderos incentivos económicos, en lugar de un sistema fundamentado en las regulaciones.
¿Cómo funcionaría el gobierno?
Para los novatos, mi propuesta incluye un gobierno de cuatro ramas: ejecutivo, legislativo, judicial y una junta de gobierno. La junta tendría dos funciones primordiales: Operar un gobierno con fines de lucro, y supervisar las otras ramas del gobierno. Sería una organización no partidista donde los miembros deben cortar lazos con los partidos políticos y enfrentarían cargos por delito si violan esta norma, incluso después de abandonar su gestión. La secretaría de justicia y el contralor caerían dentro de la jurisdicción de esta junta y fuera de las manos de los oficiales electos y de los partidos políticos, para asegurar un enfoque más balanceado al control de la corrupción.
La presidencia y las cortes también serían despachos no partidistas, pero los partidos políticos seguirían teniendo candidatos en la legislatura y en los gobiernos municipales.
La junta también manejaría una sociedad de inversión nacional. Un porcentaje de las ganancias provenientes de las actividades viciosas, e inicialmente algunos ingresos fiscales, serían puestos en este fondo para ser invertidos en una variedad de instrumentos, incluyendo acciones, bonos, metales preciosos, materias primas, monedas, investigación y desarrollo, capital de riesgo, entre otros. De estas ganancias directas e indirectas, los ciudadanos o “miembros” del país y de la sociedad de inversión recibirán pagos.
Para más información sobre este sistema, pueden leer uno de mis artículos anteriores, que detalla una de sus versiones. Lo más importante es que este sistema eventualmente conduciría a la eliminación de todos los impuestos.
Derechos y responsabilidades
El nuevo país garantizaría aquello a lo que nos hemos acostumbrado en las democracias occidentales en términos de derechos, y añadiría algunos más. Se protegerían los derechos a la libertad de expresión, religión, prensa, reunión pacífica, y a la petición. Entre los nuevos derechos estarían la protección contra la pérdida de la propiedad a través de políticas de dominio eminente o los ingresos fiscales derivados de esas políticas. En otras palabras, los gobiernos tendrían prohibido expropiar tu casa para construir un centro comercial.
A raíz de los escándalos relacionados con la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), me aseguré de incluir protección sobre el monitoreo del gobierno a las conversaciones y archivos electrónicos. Al poner en relieve el derecho a ser “libre de la investigación y el embargo no irrazonable”, también he incluido una definición más clara de lo que constituye “irrazonable” y añadí las comunicaciones electrónicas privadas a la lista de cosas que el gobierno no puede tocar.
El matrimonio igualitario para todos estaría protegido bajo la cláusula de libre asociación. Esto incluye protección frente a la asociación coercitiva, para implementar el “derecho al trabajo” en todo el país, de manera que no sea obligatorio unirse a un sindicato para obtener un empleo. Los sindicatos serían también prohibidos en los servicios gubernamentales y en los servicios primarios como el agua, la energía, los puertos y los hospitales.
El nuevo país también garantiza constitucionalmente el derecho a mantener y portar armas como medio de autodefensa. Sin embargo, como una responsabilidad añadida, aquellos que tienen armas tienen que acordar utilizarlas o en defensa de la república (como una milicia) o como oficiales auxiliares de la policía. El tema de derechos y responsabilidades como un concepto unificado, en vez de asuntos separados, está presente a lo largo de todo el documento.
Parte de la forma en la que los servicios del gobierno se mantienen es a través de un requisito de servicio a cambio de créditos o acciones en el fondo nacional de inversiones. El sistema es voluntario, por lo que si no se quiere prestar servicio, no se tiene que prestar. Pero el que no lo preste no puede recibir pagos del fondo o ningún tipo de asistencia del gobierno si se encuentra en una crisis financiera. Este servicio a tiempo parcial (similar a la Guardia Nacional o las horas de servicio en la reserva) también ayuda a mantener bajo el costo del gobierno.
La fuerza de trabajo permanente del gobierno se reduciría en al menos 50%. La gente solo tendría que prestar servicio durante cuatro a ocho años, un par de días al mes, para poder estar completamente “invertidos” en el sistema.
Manejar el crimen en Puerto Rico
El sistema de esta nueva nación podría describirse como fiscalmente conservador y socialmente liberal. Esta definición también encaja en cómo enfrentaríamos el crimen y el castigo. Un programas de trabajo obligatorio, una rápida pena de muerte, y las multas civiles por crímenes estarían incluidos en nuestro programan contra el crimen.
Pero, al quedarnos con el lado liberal social de la ecuación, vicios como la protistución o el juego serían legalizados en distritos rojos. En vez de continuar una guerra contra las drogas sin sentido, esta propuesta legalizaría las drogas así como la prostitución y el juego en distritos específicamente designados. Aquellos que deseen dedicarse a esas tonterías, tendrán un espacio para hacerlo. Esas legalizaciones ayudarían a eliminar la causa principal de la mayoría de los asesinatos de la isla y las mayores fuentes de corrupción.
La prevención del crimen estará enfocada en crímenes violentos y crímenes contra la propiedad. El crimen estatutario quedaría prácticamente eliminado.
La gente que posea armas sería parte de la fuerza policial. En cualquier momento, día o noche, que estén fuera de sus casas y presencien un crimen en progreso, tendrán la autoridad —y el deber— de intervenir. Esto, en esencia, significa que habrían policías de civil en todas las calles las 24 horas del día, los 365 días del año. Sin embargo, en vez de que el oficial de policía sea parte de una organización que está separada de ti, la policía eres tu, tu vecino y tu amigo. Por primera vez en la historia reciente de Puerto Rico, los “chicos buenos” superarán a los “chicos malos” en la calle.
Las oportunidades abundan
Entre las nuevas industrias, este nuevo país trabajaría para desarrollar una red de internet verdaderamente libre del gobierno. Bajo la autoridad de un gobierno soberano, crearíamos una red de datos comercial, de privacidad protegida y encriptada. Aunque algunas de estas redes ya están funcionando, existen como “redes oscuras” y no tienen la protección de un gobierno soberano. De hecho, la privacidad en comunicaciones y sistemas online usualmente es enemiga del gobierno; en nuestro caso sería un activo.
Otra oportunidad es la creación de un moneda virtual para competir con el Bitcoin. La diferencia es que esta moneda sería la moneda oficial del nuevo país, y sería un híbrido entre criptográfica y fiduciaria. Nuestra moneda se emitiría solo en base a las posesiones del fondo nacional de inversión, para que mantenga un valor verdadero. Sin embargo, el valor de la moneda podrá flotar, para que pueda sacar ventajas de las fuerzas del mercado.
Imagine comprar una moneda virtual en la cual el dinero que gaste sirva para adquirir instrumentos financieros para apoyar el valor de esa moneda, y recibir un pago de intereses por su compra de esa moneda. Este solo elemento podría producir decenas de millones, si no miles de millones de dólares para el nuevo gobierno a lo largo del tiempo.
Regulaciones limitadas, mercados más libres
El nuevo gobierno revisaría las actuales leyes federales, estatales y locales y derogaría la mayoría de ellas. Los impuestos serían racionalizados y reducidos. Fuera del limitado número de industrias directamente involucradas en el fondo nacional, la economía funcionaría como un sistema simplificado de libre mercado.
Los derechos a la propiedad privada serían garantizados; los dueños de los negocios serían libres para experimentar con nuevos modelos sin el permiso del gobierno, y para arrancar un negocio se necesitaría llenar un documento burocrático de una sola página, o menos de eso.
Los dueños de los negocios no tendrían que pasar por extensos papeleos, regulaciones o sistemas de pago para mantenerse trabajando. También disfrutarían de responsabilidad limitada frente a las demandas, dada la simplificación del sistema.
El sistema entero está basado en el simple sentido común y la experienceia de la vida real. No es una utopía. Pero hay que aclarar que no es un sistema perfecto. Está pensado para ser un sistema mejor, y que funcione en la realidad en la que vivimos.
Es el momento de que demos los pasos necesarios para hacer del mundo el lugar donde queremos vivir. Tenemos el plan; solo faltas tú.