English Los Estados Unidos y su territorio caribeño, Puerto Rico, están al borde de la ruina económica. Es imposible saber cuánto tiempo nos queda; pueden ser semanas, meses o hasta años, pero si no se toman acciones la debacle ocurrirá: Eso es tan seguro como que mañana saldrá el sol. Es muy probable que Puerto Rico lleve la delantera, contribuyendo al colapso de la economía de los EE.UU. al hacer entrar en pánico al mercado de bonos municipales y socavando la fe en otros bonos municipales.
Pero el territorio y el gobierno federal encaran problemas casi idénticos: Deuda excesiva, mala administración burocrática, malversación política y una ciudadanía absorta en la preocupación sobre qué celebridad vistió qué prenda esta semana. Las distorsiones de los medios marxistas tampoco ayudan.
Como Paul Revere cabalgando por las calles de Lexington y Concord para aletar a los colonizadores de la inminente llegada de las fuerzas británicas, los que hemos tomado la pastilla roja y visto la realidad tal como es, hemos de cabalgar y gritar con todas nuestras fuerzas. Solo que esta vez gritamos para advertir sobre el inminente colapso de la gran república y para ofrecer soluciones a los gobiernos para evitar el desastre.
Como lo he dicho antes y lo seguiré diciendo hasta que me alcance el aliento, estamos en medio de una crisis existencial. Y debemos actuar en consecuencia. Es hora tomar decisiones rápidas y críticas para salvar a Puerto Rico y a los Estados Unidos.
Al estar enfocadas exclusivamente en Puerto Rico y en el corto y mediano plazo, las siguientes acciones críticas no abordan problemas como el crimen, la educación o la crisis medioambiental. Tampoco tocan problemas relacionados a desórdenes emocionales como el fumar, la obesidad, el uso de drogas o los acosadores sexuales. Se enfocan exclusivamente en la parte económica de la crisis. Estas son las acciones que deben implementarse para salvar a Puerto Rico desde un punto de vista netamente fiscal.
Estas acciones son:
- Recotar el gasto gubernamental en no menos de un tercio, y si es posible a la mitad del monto actual. El gobierno de Puerto Rico emplea a casi 300,000 personas en todos sus niveles, es decir, uno de cada tres puertorriqueños con empleo trabaja para el gobierno. No se trata de recortar salarios, sino de cerrar agencias y remover empleados de manera permanente. Para recortar los gastos gubernamentales debe llevarse a cabo una simple evaluación de prioridades. ¿Cuáles son las funciones primarias y básicas del gobierno, como policía, bomberos e infraestructura? Esas hay que mantenerlas. ¿Cuáles no lo son? Esas agencias pueden y deben de ser totalmente eliminadas o subcontratadas. Incluso varias de las funciones primarias como la infraestructura pueden ser subcontratadas, especialmente después de terminar la acción dos.
- Reformar la constitución de Puerto Rico para eliminar todos los sindicatos en el sector de servicios públicos y servicios primarios, para convertir a Puerto Rico en una jurisdicción donde pertenecer a un sindicato no sea un prerrequisito para trabajar. Yo también aplicaría esto a los colegios de abogados y de médicos. Hay que hacer notar en la enmienda que los derechos adquiridos por vía legislativa puedan ser enmendados o revocados por esa misma vía. Esto es un punto de inflexión en la reforma para las pensiones. Cambiar este elemento de la constitución dará a la legislatura la flexibilidad que necesita urgentemente.
- Eliminar todos los subsidios, las deducciones en impuestos, todas las leyes regulatorias y contrarias al libre desenvolvimiento de los negocios, llevando la intervención estatal al mínimo indispensable. Yo preferiría cambiar reemplazar los impuestos progresivos según el ingreso por un impuesto uniforme sobre la renta, pero si continuase el impuesto progresivo, todas las deducciones deberían ser eliminadas. El resultado de esto sería que solo aquellos cuyos ingresos fuesen distintos de un salario tendrían que hacer declaraciones de impuestos, reduciendo la necesidad de auditores en el Departamento de Tesorería, con lo cual se podría despedir aun más personal del gobierno. El clima de negocios de la isla debe de ser moldeado para rehacer su economía.
- Actualizar la infraestructura sin ningún costo. Encontrar una empresa internacional en el mercado eléctrico que esté dispuesta a construir una planta de energía nuclear sin que el gobierno tenga que hacer un desembolso inicial. La planta debe de tener la capacidad de suministrar toda la energía que la isla necesita. Esto disminuiría el costo de la electricidad y el agua, haciéndole la vida más fácil a los negocios de la isla. Tal vez exista suficiente dinero sobrante de los recortes para invertir en infraestructura, pero yo recomendaría usarlo pagar el servicio de la deuda externa y así reducir su tamaño. El dinero solo debe de ser invertido en áreas que sean necesarias para atraer nuevos negocios a la isla, aunque esto signifique comprar propiedad, desarrollar espacios para oficinas y hasta pagar el servicio de agua y electricidad a nuevos negocios. Hay que hacer lo que sea necesario para atraer nuevos negocios a la isla.
- Requerir que aquellos que reciben asistencia gubernamental provean horas sociales a sus gobiernos locales para ayudar laboralmente después de los severos recortes. Ellos podrían desempeñar labores necesarias pero no de emergencia, como limpiar carreteras y edificios, lo cual además serviría para crear una nueva conciencia de cómo son las cosas en la vida real.
- Hacer ilegal que los empleados gubernamentales hagan huelgas, y que queden automáticamente despedidos sin derecho a apelación en caso de que las lleven a cabo. Los que organicen las huelgas deben de ser tratados como criminales con sentencias mínimas de 10 años de prisión. Por lo menos durante la crisis o por cinco años, debería de ser crimen interferir con la construcción de infraestructura vital u operaciones (como la construcción de la planta nuclear) con sentencias similares. Que el trabajo duro sea parte del castigo.
- Reducir impuestos. Reducir los impuestos a las ganancias y los impuestos a las sociedades en un 50 por ciento. No tocar el impuesto sobre las ventas. Esto debería estimular el gasto de los consumidores y los negocios, aumentar la contratación y encaminar a la economía en la dirección correcta.
Sobre todo, tratar a la crisis como una crisis y dejar de pretender que esta desaparecerá sola y que alguien a lo largo del camino la arreglará. Depende de nosotros que la solucionemos ahora. La gran ironía es que estas soluciones, junto con la eliminación del salario mínimo, también podrían solucionar la crisis económica de los Estados Unidos.
El colapso que aguarda a Puerto Rico aguarda también a Estados Unidos. Si no se hace algo rápido, nosotros seremos las personas de las que futuras generaciones leerán y se preguntarán: ¿Cómo llegaron a esto? La historia no nos perdonará por fallar en prevenir el colapso, porque el colapso de los Estados Unidos significa el colapso del mundo libre.