EnglishEn un mundo enamorado de la idea de «justicia social» es un enigma aún por qué las cosas no han mejorado, exceptuando aquellos lugares en donde el mal del capitalismo se encuentra en marcha. A pesar de la retórica emocional asociada a la causa de los pobres, el único sistema que parece realmente haber sacado a la gente de la pobreza ha sido el mismo sistema que hoy en América Latina aparece tan denostado.
Hay mucho para debatir sobre el asunto de por qué las personas caen en la trampa del socialismo, pero eso será analizado en un artículo futuro. Ahora, el tema que nos concierne es cómo eliminar la pobreza, algo que el socialismo asegura hacer en todas las formas posibles, pero que en verdad lo logra nunca.
Tampoco ha ayudado mucho la larga «guerra contra la pobreza» llevada adelante en Estados Unidos. Luego de sobrepasar los US$ 22 billones en ayudas a los pobres, correspondientes a alimentos, asistencia médica, vivienda, seguridad social y muchos otros programas (126 en total del gobierno federal), lo único que el país obtuvo como resultado por sus esfuerzos son generaciones más pobres y con mayor dependencia de los subsidios del gobierno. El número se obtiene de los 7,4 billones en beneficios de seguro social desde su creación, sumados a los 15 billones gastados desde 1964 a partir de los programas sociales de la era del Presidente Johnson.
Y el asunto empeora, ya que el gasto en Seguridad Social, Medicare, Medicaid y Bienestar representan un total de 55% de todos los gastos federales en Estados Unidos, lo cual equivale a unos US$ 1.75 billones al año. Este gasto se produce a pesar del déficit anual de aproximadamente US$ 1 billón.
Sin embargo, como muestra el informe del CATO citado más arriba, la tasa de pobreza en los Estados Unidos es aproximadamente del 15%. Entonces, aparentemente todas las medidas que asignan dinero a programas gubernamentales diseñados para ayudar a los pobres en realidad no están ayudando a resolver el problema. ¿Cómo eliminar la pobreza permanentemente?
Tal vez, la pregunta que debemos formular primero es ¿qué es la pobreza?
Quizás la definición más sencilla sea la falta de riqueza, o más específicamente la falta de riqueza individual. Hasta ahora la solución del gobierno siempre ha sido quitar algo de riqueza a una persona para dársela a otra después de que ese dinero haya atravesado el gran agujero negro conocido como burocracia gubernamental.
Como detallamos anteriormente, ese sistema no está funcionando. Nos hacemos entonces otra pregunta: ¿cómo se logra generar riqueza para los pobres en una forma consistente que sea sostenible?
La riqueza surge de la producción, el trabajo, la creatividad, la cooperación y la venta. Teóricamente, el propio capitalismo es una cura para la pobreza, pero la pobreza es terca y la dependencia es una enfermedad infecciosa que amenaza con destruir la gallina que puso el huevo de oro más allá de los impuestos y la deuda masiva.
En mi libro, «Un manifiesto puertorriqueño» propongo una solución para la pobreza aprovechando el capitalismo. En el plan recomiendo un servicio para ayudar a reducir el costo del gobierno a cambio del pago de un fideicomiso nacional. No es una solución popular, pero sí es práctica. Para tener éxito a largo plazo en cualquier país, los costos deben ser controlados y un programa de servicio obligatorio es una forma de hacerlo. Es también un plan que no deja lugar para los sindicatos del sector público.
Dejemos ese tema de lado por un momento y enfoquemos en cómo curar la pobreza en un país que no rechaza tanto los sindicatos como yo. El sistema costará tiempo y controles fiscales de todas formas, y quizás sea una tarea demasiado grande para pedirle a cualquier gobierno.
Así es como se hace: tomemos el 10% de todos los ingresos del gobierno para depositarlos en un fideicomiso o fondo nacional. Se puede depositar más si el país se lo puede permitir, pero es esperable que la mayoría de los países comiencen con menos debido a la realidad política y fiscal.
Entonces, el fondo fiduciario nacional toma ese dinero y lo invierte en una amplia variedad de acciones generando intereses, dividendos y crecimiento, bonos, fondos. También invierte en materias primas y metales preciosos, investigación y desarrollo y capital inicial para empezar negocios riesgosos. Cuando se consiguen las ganancias, una parte del dinero es utilizada para pagar individualmente a las personas en sus cajas de ahorro personales (Más sobre esto en un momento). Pero la mayoría de los ingresos (al menos la mitad) deben ser reinvertidos.
Mientras tanto, todos los empleadores con asistencia o beneficios pagos deben ser cambiados por un programa de depósito directo en cuentas individuales de los trabajadores. Antes del ObamaCare, en Estados Unidos costaba a los empleadores casi US$ 0,35 por cada dólar de salario pago cubrir todos los programas obligados por ley como la seguridad social, Medicare, desempleo, etcétera. Así que las empresas podían ser obligadas a pagar un monto equivalente hasta un 35% del salario de un empleado, aunque yo creo que la cantidad podría reducirse a un 25% si el dinero fuese directamente a la cuenta de la persona y no a través de gobierno primero.
Esto reduciría los costos del empleador y, por lo tanto, seguramente bajaría los precios al consumidor o generaría más empleo, o ambos.
A continuación, se debe solicitar a todos los empleadores depositar el 10% de sus propios ingresos en esa cuenta. Llamo a éstas “Cajas de Ahorro de Servicios Sociales” (“Social Services Saving Accounts” – 3SA’s). Basadas en el plan de ahorros del gobierno federal, estas cuentas se dividen en dos partes: necesidades de jubilación y necesidades de aseguración. La parte de la jubilación incluye discapacidad, y las necesidades de aseguración incluyen el seguro de desempleo, junto a salud y vida.
El dinero en esa cuenta gana intereses o dividendos mientras está depositado.
A medida que crece el fondo fiduciario nacional, crecen también los pagos a cuentas individuales. Recordemos que el fondo seguirá creciendo a partir de los impuestos (que sí, es una redistribución de la riqueza y aunque no me gusta el concepto debe financiarse de alguna forma) y de intereses y dividendos ganados.
A través del tiempo, se habrá creado riqueza individual para cada persona en una cuenta restringida que sólo puede utilizarse para necesidades de aseguración o similares y jubilación a largo plazo. Una vez que la persona muere, el dinero de la cuenta no paga impuestos y se distribuye uniformemente entre los herederos para que los niños y luego nietos y bisnietos comiencen sus vidas con dinero en su cuenta.
La persona individualmente decide qué asistencia comprar, y no el gobierno. De esta manera se mantiene la competencia en el mercado, manteniendo bajos los precios de esos seguros.
Este concepto acepta que hay personas que actualmente no trabajan o no están capacitadas para hacerlo. De todas formas, esta no es una solución a corto plazo. Es un plan a lago plazo diseñado para terminar con la pobreza entre tres y cinco generaciones. Incluso una persona que recibe un salario mínimo toda la vida, naciendo bajo este sistema podrá jubilarse muy cómodamente incluso con variaciones en los mercados.
Destaco que no he dicho que debemos regular lo que la gente come, toma o fuma, o qué trabajo pueden realizar o no. No mencioné las regulaciones y normas, la cobertura médica universal o los sindicatos. Nada de eso es necesario para que este sistema funcione. En una cuenta individual, la persona decide la aseguración que quiere comprar, cuándo comprarla o no. La persona puede decidir si comprar el seguro de desempleo y en qué fecha, cuándo se jubila. Lo mejor de todo es que cuando hay dinero de más en la cuenta de seguros que no se ha asignado para las situaciones de desempleo, el individuo puede elegir ahorrar o gastar los fondos suplementarios. Esto ayudaría a mejorar la economía.
Estas cuentas también permiten una mayor flexibilidad puesto que una madre trabajadora o padre o ambos pueden tener más tiempo para criar hijos y retirar una parte de su propio dinero para cubrir gastos mientras están sin trabajo. Una persona que pierde un trabajo puede optar por ir a trabajar en otro lugar o sacar dinero de su cuenta. Obviamente, cuanto más se ahorra o usa, cuanto más tiempo se tarda en acumular suficiente dinero para jubilarse.
Puesto que se basa en un porcentaje determinado de contribuciones y no en una determinada fórmula para beneficios, nunca se caerá en un problema de solvencia como la seguridad social. Los beneficios totales que recibe cada persona dependen de cuánto tiempo o qué tan bien trabajó, qué realizó para ser más valiosa, si consiguió ascensos, etcétera. Con el tiempo, el fondo crece exponencialmente y el país involucrado puede reducir o incluso eliminar los impuestos que paga al fondo, y si crece lo suficiente el propio fondo también podría pagar total o parcialmente las actividades del gobierno, limitando o eliminando la necesidad de cobrar impuestos completamente.
Aprovechando el capitalismo para curar el mal social y hacer algo que la justicia social no puede: crear nueva riqueza individual.
* Nota del autor: referencia adicional a presupuestos de la Casa Blanca en tablas históricas
Traducido por Sofía Ramirez Fionda.