EnglishLa carrera política de más de 34 años de la senadora Demócrata Mary Landrieu de Luisiana sufrió un golpe este sábado 6 de diciembre. Su cercana afiliación con el presidente Barack Obama, quien goza de una baja popularidad, hizo difícil superar la ominosa ausencia de apoyo en las elecciones primarias “todos contra todos” de Luisiana el 4 de noviembre.
Su oponente, Bill Cassidy, un congresista Republicano que cumple su cuarto mandato, se impuso por un margen abrumador de 55,9% de los votos frente a un 44,1% para Landrieu (con 100% de los 1,3 millones de votos contabilizados). Cassidy mantuvo un perfil bajo durante toda la campaña y optó por participar en un solo debate de esta última vuelta de las elecciones. Sin embargo, su presencia publicitaria aplastó a Landrieu en una proporción de más de 100 a uno, a medida que sus donantes la abandonaron en las últimas semanas.
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A las 21:00, hora local, apenas una hora de haber empezado el conteo de los votos, Landrieu reconoció la victoria de Cassidy. Aparte de observaciones sobre el resultado, su discurso en el histórico Hotel Roosevelt en Nueva Orleans reconoció a una joven que murió en un accidente automovilístico mientras hacía campaña en la jornada electoral: “Nuestros corazones están rotos [y] nuestra familia está de luto con ellos esta noche”.
Por lo demás, Landrieu trató de ser optimista, mientras compartía que su tiempo en el cargo representando a Luisiana había sido “una alegría”.
“Puede que no hayamos ganado esta noche”, dijo, “pero sin duda alguna hemos ganado algunas victorias extraordinarias”, y reflexionó sobre su padre como el modelo a seguir para el progresismo: “Luchó por la apertura y la oportunidad… por la seguridad y la justicia, y la equidad”.
Poco después, Cassidy subió al escenario en Baton Rouge y agradeció a su rival principal más fuerte durante las primarias, el coronel Rob Maness del Tea Party, por su apoyo clave en la segunda vuelta. Sin embargo, con la victoria en la mano, Cassidy enfatizó que prefería ir más allá de partidismos, y que aprecia los esfuerzos de Landrieu a lo largo de los años.
Extendió la mano a los partidarios de su oponente: “No me importa que haya votado por la senadora Landrieu. Yo estoy aquí para servirle a usted también”.
La caída de Landrieu
En cuanto a la desaparición del apoyo a Landrieu —después de tantas reelecciones—, el profesor de ciencias políticas y blogger Jeffrey Sadow de Shreveport, Luisiana, dice que la Ley de Asistencia Asequible fue el punto de inflexión para el público. Justo hasta el final, ella se mantuvo firme en que su voto a favor de Obamacare en 2010 fue la decisión correcta.
“Eso logró que un público generalmente desatento pase a prestar atención a los votos de Landrieu… cosas que eran un inconveniente para su imagen respecto al votante promedio se hicieron más evidentes, como su postura a favor del aborto, sus sugerencias de aumentar los impuestos como una solución a la financiación de la Seguridad Social, y otros”.
En el pasado, afirma, “los votantes colocaban mucho énfasis en las asignaciones presupuestarias y las apariencias, más que la ideología y las opiniones”. Sin embargo, los cambios tecnológicos “hacen que sea más fácil para los votantes recabar información sobre los candidatos”, y ella ya no fue capaz de desviar la atención sobre lo que ella hacía por el Estado.
“Lo que además jugó en contra suya… fue la sensación de que ella estaba desconectada del público de Luisiana… La afirmación de que ella era residente de Luisiana, a pesar de tener una enorme mansión en Washington D.C., solo por el hecho de vivir en una pequeña habitación en la casa de sus padres, atrajo sospechas de [que ella era una] creación de la capital”.
Kevin Kane, presidente del Instituto Pelican de Políticas Públicas en Nueva Orleans, coincide en que “Landrieu se vio afectada por la percepción de que D.C. se había convertido en su verdadero hogar… [Que ella] había perdido el contacto con Estado natal”.
La percepción de que ella es una aliada cercana del presidente Obama también fue devastador: “un problema que no podía superar,” junto con la afirmación que circulaba ampliamente de que ella votó en un 97% de acuerdo con Obama.
Kane añade que “una de las ventajas [de Landrieu] era su influencia en un Senado controlado por los Demócratas. Pero cuando los Republicanos retomaron la mayoría en noviembre, ese argumento se evaporó”.
Si eso no fuera suficiente, el empresario local y fundador de TheDeadPelican.com, Chad Rogers, dice que Landrieu sintió el peso de un sentimiento antiestablishment.
“Los estadounidenses están hartos de que todo siga como siempre, [y] los Landrieus son una dinastía política de larga data”.
El desarticulado Partido Demócrata en Luisiana
Con la salida de Landrieu, los Republicanos ahora ocupan todos los cargos de elección popular en Luisiana, incluyendo todos los miembros del Congreso y el gobernador Bobby Jindal. Rogers explica que el Partido Demócrata, quizás debido a la influencia de la dirección nacional, se ha alejado de los deseos del electorado.
“Cada pérdida parece empujar más al partido hacia la izquierda. No hay más que observar al liderazgo del partido. Karen Carter Peterson es la actual presidente del Partido Demócrata [del Estado]. Ella es una defensora del matrimonio gay y también ha elogiado al programa Planned Parenthood, al afirmar que está orgullosa del trabajo que hacen”.
Sadow añade que el Partido Demócrata de Luisiana parece “casado con el partido nacional… porque no muestra ningún indicio de moderar sus preferencias temáticas. Sólo un cambio de liderazgo alterará esto”. Él predice que muchos candidatos de inclinaciones más socialistas incluso harán campañas sigilosas como Republicanos.
Kane no ve mucha solución: “Ellos necesitan desesperadamente recuperar a los votantes blancos de clase trabajadora, que los han abandonado en masa, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo. Mientras el partido nacional siga dominado por los izquierdistas, los Demócratas de Luisiana pelearán una batalla perdida”.
En el campo Republicano, a Kane le gustaría que Cassidy contrarrestara la extralimitación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y promoviera alternativas políticas “basadas en el mercado”, aunque él y sus colegas no puedan hacer que ese tipo de leyes pasen por el presidente Obama: “Por lo menos, estas alternativas ayudarán al partido a establecer una diferencia clara a tiempo para las elecciones de 2016 “.
Un amigo menos del chavismo
Aunque un tema menor en la campaña electoral, la oposición de Landrieu a sanciones individuales contra el régimen chavista en Venezuela ha atraído considerable atención fuera del Estado. En octubre, los exiliados venezolanos encabezaron una manifestación en su contra en Miami, Florida, cuando asistió a un evento allí para recaudar fondos.
Con la reactivación del proyecto de ley por el senador Republicano de Florida, Marco Rubio, y la agudización de la crisis en Venezuela, la aprobación de las sanciones parece probable cuando el Congreso reanude las sesiones.
Sadow escribió sobre este tema, y dice que “es un ejemplo de la clase de historias que hasta hace pocos años nunca hubieran llegado a la conciencia pública, pero fue otro pequeño corte que llevó a la caída [de Landrieu]… expuesta como una política [progresista] convencional, casi no había temas conservadores a los que ella pudiera apuntar para contrarrestar esa imagen”.