EnglishLas decenas de miles de inmigrantes que se acumulan en la frontera entre México y Estados Unidos han captado la atención del público. Muchos de ellos son niños que buscan reunirse con familiares que ya están aquí, y el viaje traicionero al que deben aventurarse demuestra que están dispuestos a pagar un alto precio por el sueño estadounidense.
La ley, sin embargo, no los acompaña. El hecho de que tantos hayan optado por ingresar sin autorización del gobierno de Estados Unidos ha unido a dos grupos que se les oponen vehementemente: aquellos que quieren aplicar las leyes que ya se encuentran vigentes, y los que simplemente quieren menos inmigrantes en Estados Unidos.
Esta coalición se vio con vigor durante el fin de semana, liderada por el Cómite de Acción Política de Estadounidenses por la Inmigración Legal (ALIPAC), con base en Carolina del Norte. ALIPAC se identifica a sí mismo como “la fuente de información más importante del mundo sobre la inmigración ilegal y la reforma migratoria”, y ha impulsado más de 321 protestas a lo ancho del país.
El sábado, una concentración frente a las oficinas del Senador Marco Rubio (R-FL) en Doral fue tan solo una de las 20 protestas que sucedieron en Florida. Aunque pocos en número, y en medio de lluvias intermitentes, unos 15 manifestantes en total atrajeron una presencia policial que los superaba en cantidad. Los asistentes a la manifestación estaban sumamente motivados y abiertos a compartir las razones que les impulsaban.
Inmigración legal o ilegal: ¿Por qué tanto alboroto?
Marilyin Soba, comentó que quiere una frontera sellada y segura, mientras sostenía un cartel que decía: “Los veteranos antes que los ilegales”. Dijo que “la gente debería respetar las leyes y postularse legalmente, al igual que el resto”. Su preocupación es que una amnistía no sería justa para aquellos que han “esperado años para venir… han hecho todos los trámites. Han pagado su parte, y aún siguen esperando”.
Ella y otros allí se siente traicionados por la administración de Barack Obama. Soba mencionó el escándalo del Departamento de Asuntos de los Veteranos como evidencia de que la recaudación federal está siendo mal utilizada y que no es suficiente para cubrir a los recién llegados. “Tenemos veteranos que han muerto porque no pudieron ser atendidos. ¿Dónde está el dinero? Necesitamos apoyar a nuestras tropas, a nuestros veteranos heridos en el exterior o aquí en la patria”.
Cuando fue interrogada acerca de lo que debería hacer la gente cuando sencillamente no tienen una alternativa legal, Leah Meyer dijo que comprende que “hay problemas en aquellos países, pero en Estados Unidos, también los hay. Los estadounidenses pasan hambre; los estadounidenses no tienen trabajos… tenemos inmigrantes ilegales que vienen a nuestro país y agotan a nuestro sistema”. Ella integra el capítulo de Overpasses for America en Hollywood, Florida, y cree que “no se puede vigilar al mundo y ayudar al mundo en este momento. Necesitamos arreglar y redireccionar nuestra propia situación, en casa”. Meyer se muestra abierta a un alto número de inmigrantes, pero “necesitan ser monitoreados y procesados adecuadamente”.
¿Hay lugar para concesiones sobre la reforma migratoria?
Otros individuos, sin embargo, se mostraban mucho más cerrados. Un partidario del ALIPAC abogaba por una moratoria migratoria de 10 años, que incluya tanto a inmigrantes legales como ilegales.
Michael, quien no quiso brindar su apellido, dijo que “no hay lugar para ningún tipo de concesiones”, y compartió su preocupación por la herencia y la cultura de la nación. “Muchos de los inmigrantes que vienen aquí no quieren asimilarse”, dijo. “Nos imponen su idioma y su cultura por la fuerza, y nosotros nos sentimos extranjeros en nuestro propio país, especialmente aquí al sur de Florida… Estados Unidos ya no es más un crisol de culturas; es una ensaladera”.
Si bien algunos manifestantes estaban abiertos a considerar la alternativa del estatus de refugiado para los inmigrantes centroamericanos, ninguno mostraba indulgencia con aquellos inmigrantes que ya residen aquí ilegalmente. Ni siquiera consideran detener las deportaciones, incluso cuando eso no implica acceso a la ciudadanía estadounidense.
En contraste, una encuesta entre personas que se consideraban hispanas realizada en EE.UU. por el Pew Research Center, publicada en enero, arrojó que un 89% de los encuestados favorecen un procedimiento para que los inmigrantes ilegales accedan a la ciudadanía, pero priorizaban evitar la deportación por sobre obtener la ciudadanía por un margen de 55% contra 35% de los encuestados.
Sin embargo, varios manifestantes reconocieron que la guerra contra las drogas y los principios económicos básicos juegan un papel importante en el incremento de la violencia y en incentivar a tanta a gente a escapar de América Central. Drew Meyer, quien asistió al evento acompañado por su esposa y su hijo, dijo que la demanda de drogas se mantendrá independientemente de las legislaciones.
“Cuanto más fuerzas se destinen a detenerlos, más dinero obtendrán por su producto”, aseguró. Él cree que la prohibición de las drogas y los inevitables sobornos van de la mano con la corrupción entre los políticos centroamericanos. Meyer es partidario de la legalización de la marihuana, al menos para fines medicinales, ya que significaría un impulso para la economía estadounidense.
Reforma migratoria: Divide y conquistarás
Una de las consecuencias desafortunadas de la saturación del sistema migratorio estadounidense parece ser la hostilidad que se generó entre varios grupos demográficos. Muchos de los manifestantes creen que esto es deliberado.
“Es todo política”, dijo Michael. “Nuestro gobierno debería estar enfatizando nuestras similitudes, no nuestras diferencias”, e identificó el tratamiento preferencial que reciben los cubanos por sobre el resto de los latinoamericanos como un ejemplo.”El presidente lo hace a propósito”, bromeó otro manifestante. “Porque mientras nos peleamos entre nosotros, nadie lo está observando”.
Sin embargo, quién dará el primer paso para buscar una base común, y cuál debiera ser esa base estaba menos claro. Además, los partidarios de ALIPAC no son reticentes a meterse en el campo político. El presidente de ALIPAC, William Gheen, difundió un comunicado en el que dijo que “¡Hay un movimiento político real que está creciendo! ¡Esperemos que esto se manifieste en las elecciones de este año y se traduzca en la eliminación de la amnistía de la reforma migratoria apoyada por republicanos como el actual senador Lamar Alexander de Tennessee y en la derrota de un histórico numero de demócratas aliados a Obama este noviembre!”
Vipul Naik, un inmigrante de India y fundador de OpenBorders.info, señala el “gesto humano” del conductor de televisión Glenn Beck como un camino simbólico y positivo hacia adelante: Mercury One. La campaña caritativa de Beck ha estado aceptando donaciones, con el objetivo de recaudar US$300.000 para alimentar y alojar a niños en la frontera.
Beck, un conocido “conservador con inclinaciones liberales” estadounidense, a veces arriesga su reputación para defender con valentía una posición importante, a pesar de que pueda impactar de manera negativa en su audiencia radial y suscripciones. “Esta última acción”, escribe Naik, “eleva la humanidad de los inmigrantes por sobre su estado ‘ilegal'”.
La esperanza de Naik, sin embargo, es conseguir apoyo para la libre inmigración porque es lo justo, más allá de que también sea un acto de compasión: “La presunción de libertad de movimiento a través de las fronteras debería ser parte de los derechos básicos de una persona, no tan solo un pedido especial otorgado en circunstancias extenuantes”.