La Defensoría del Pueblo de Colombia confirmó la fuerte injerencia de carteles mexicanos en territorio nacional. Según esta entidad, los grupos se han apoderado del negocio de la droga y lo controlan desde el país suramericano.
La entidad afirmó que los carteles de Sinaloa y Jalisco tienen presencia física en el Pacífico colombiano, para así controlar toda la ruta de cultivos, procesamiento y transporte de droga hacia otros países.
A estas afirmaciones se suman las realizadas por el exfiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez, quien había informado sobre la presencia de narcotraficantes mexicanos en por lo menos diez departamentos de Colombia, tales como Antioquia, Cundinamarca, Norte de Santander, Valle del Cauca, Nariño, Cauca, Meta, Guaviare, Vichada y Córdoba.
El ministro de Defensa, Guillermo Botero, también ha alertado sobre la presencia de los carteles mexicanos que delinquen en Colombia. Según Botero, algunas de estas organizaciones se encuentran en la región de Tumaco, Nariño, que limita con Ecuador.
Esta dinámica se agudizó mientras el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos negociaba con la guerrilla de las FARC un acuerdo que pretendía que esa organización cesara las acciones terroristas y depusiera las armas. Las organizaciones mexicanas aprovecharon esta situación y enviaron a emisarios hacer alianzas y ocupar puestos de mando en aquellos territorios desocupados por las FARC o donde su presencia se había debilitado.
Precisamente, el pasado 12 de abril fue capturado en Bogotá alias “Rafa”, presunto emisario de Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, líder del poderoso Cartel de Sinaloa. De acuerdo con la versión de las autoridades, “Rafa” actuaba de emisario del grupo mexicano y era el enlace en Colombia para la compra de cocaína, que sería enviada a países como México y Estados Unidos.
Sin embargo, la presencia de carteles mexicanos en Colombia no es nueva, así lo aseguró el portal Verdad Abierta en una investigación sobre la presencia de estos en el país. Durante la década de los 80, el Pacífico sur colombiano fue controlado por el Cartel de Cali y desde allí se operaba una gran red criminal que enviaba cientos de toneladas de droga hacia Centroamérica. Operaciones en las que la presencia de narcos mexicanos fue determinante.
Aumento de cultivos se debe a nuevos actores ilegales
Algunos analistas consideran que entre los factores que propiciaron el alza en los cultivos de coca fueron los carteles mexicanos. Según un documento al que pudo acceder la revista mexicana Proceso, los carteles mexicanos acaparan cerca de 100 000 hectáreas de cultivos de coca en el país, sumado a algunos recursos químicos. Este control de cultivos lo ejercen mediante radios de seguridad subcontratados y empleados por bandas criminales o “disidencias” de las FARC que trabajan para ellos.
Hechos como el acuerdo de La Habana con las FARC y las diferentes capturas de enlaces que proveían a narcos mexicanos de insumos para el procesamiento de cocaína en Colombia, obligaron a las diferentes organizaciones mexicanas a reestructurar el negocio e imponer sus condiciones al margen de la labor que cumplía las FARC como actor principal del narcotráfico en Colombia. “De socios, casi se nos han convertido en patrones”, dijo a la revista mexicano un exnarcotraficante.
Uno de sus principales motivos de tener presencia física en el país es para controlar todo el proceso de producción de cocaína. Anteriormente, transaban hasta cierto porcentaje de lo producido haciendo que la intermediación fuera más costosa en tiempo y pureza. En muchos de esos casos tenían que negociar con la guerrilla de las FARC, lo que hacía que el proceso fuera más engorroso a que ellos mismos fuesen quienes lo producirían. Por esto vieron en el proceso Santos-FARC una oportunidad única para enviar más emisarios y pasar de ser “socios a ser patrones”.
“Con su capacidad de financiamiento, los carteles mexicanos compraron a bandas criminales y grupos residuales de las Farc para controlar la producción de coca. Ya controlaban la distribución y hoy están cerca de controlar la producción. Para esto necesitan control territorial y lo están adquiriendo muy rápidamente a través de organizaciones colombianas que trabajan para ellos”, señala un reporte de inteligencia militar citado por El Tiempo.
Narcos mexicanos en Valle del Cauca
El Defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, ha advertido que estas organizaciones se encuentran en varios lugares del país, pero existe una fuerte presencia de miembros de los carteles de Sinaloa y Jalisco en zona rural del municipio de Jamundi, Valle del Cauca. Así lo afirmó Negret para El País de Cali:
[…] advertimos que estaban en todo el corredor del narcotráfico, y lógicamente como lo hemos advertido en Buenaventura, en Tumaco, en Caquetá, ahí están los carteles mexicanos de Sinaloa y de Jalisco comprando directamente la droga.
Agregó que desde el año pasando esa entidad ha emitido alertas tempranas sobre lo que ocurre en Jamundí. Al parecer esta zona ha servido de caldo de cultivo para el fortalecimiento de otras organizaciones criminales que operan en el país. Comentó Negret que a Jamundí llegaron 12 personas provenientes de Norte de Santander que hacían parte de la organización Los Pelusos, disidencias del Ejército Popular de Liberación (EPL), organización que a la fecha tiene entre 150 y 200 personas, según las autoridades. Asimismo, esta organización delinque en el norte del Cauca con buena conexión con Jamundí.
Cabe destacar el secuestro del arquitecto Carlos Omar Ossa Velásquez desde el pasado 11 de junio, cuando viajaba al corregimiento de Potrerito en Jamundí. Los secuestradores, advierten las autoridades, son disidencias de las FARC que harían parte del extinto Sexto Frente de esa organización, bajo ordenes de alías ‘Majimbú’.
Llegan noticias de Jamundí.
Autoridades confirman el secuestro del arquitecto Carlos Omar Ossa Velásquez, reportado como desaparecido desde el 11 de junio, cuando viajaba al corregimiento de Potrerito a cumplir una cita para un proyecto.
Posibles autores: disidencias de las Farc. pic.twitter.com/VInW8AiwKP— Rafael Alfredo Colón Torres☕️?? (@rafacolontorres) June 12, 2019
Asimismo, el pasado 11 de enero fueron masacradas cuatro personas en el corregimiento San Antonio de esta localidad, en hechos que aún son investigados por las autoridades judiciales y de Policía.
Lo anterior mostraría que el Valle del Cauca, al ser un corredor estratégico para el envío de droga al exterior por el Litoral Pacífico, Bajo Cauca y el Pacífico nariñense, se encuentra en medio de una lucha por el control territorial entre paramilitares, crimen organizado y “disidencias” de las FARC, los cuales están asociados con narcos mexicanos.