Durante la discusión sobre las objeciones presidenciales a la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el Congreso, los senadores Álvaro Uribe y Gustavo Petro protagonizaron un intenso agarrón.
Las objeciones hechas por el presidente Iván Duque a la JEP han provocado una tormenta en el Congreso. Empezando por la más férrea defensa en cabeza del Gobierno con el apoyo del Centro Democrático. Por parte de la oposición, su trabajo ha sido hundir las objeciones como pasó en la Cámara de Representantes que no fueron aprobadas.
¿Cuál es el pulso de Uribe?
El Gobierno del presidente Iván Duque bien sabe que el Senado es otro escenario de disputa por las objeciones a la JEP al no contar con las mayorías que permitan la aprobación de los reparos. En este sentido, Uribe propuso un diálogo con las distintas bancadas de la mano del Fiscal General Nestor Humberto Martínez, para sacar adelante dos objeciones: la extradición y los terceros en la JEP.
Precisamente, el fiscal Martínez ha venido abonando el terreno para que sean apoyadas estas dos objeciones. A su juicio, hay un artículado en le ley Estatutaria que beneficia a terceros extraditables. Es decir, a los narcotraficantes”.
#Fiscal Néstor Humberto Martínez denuncia que artículo de la Ley Estaturaria #JEP beneficia a terceros extraditables. Es decir, a los narcotraficantes pic.twitter.com/fLhDzc2DdL
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) April 11, 2019
En esta misma linea, el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, manifestó la expulsión de seis narcotraficantes de las listas de juzgamiento de la JEP que se habrían infiltrado por no tener nada que ver con el conflicto armado.
Según el alto funcionario, Marlon Marín, sobrino del exguerrillero Iván Márquez, (quien ha vacilado con la justicia especial) es señalado de ser quién tramitaba el ingreso de narcos a la JEP. Estas personas estarían buscando beneficios penales por delitos ocurridos con ocasión en el marco del conflicto armado con el propósito hasta de evitar su posible extradición a países como Estados Unidos por los delitos de narcotráfico.
La batalla de Uribe se evidenció en su máximo punto con el rifirrafe con Petro y demuestra que el Gobierno está sumado por todas las vías a buscar la aprobación de las objeciones.
“La derrota en la Cámara preocupa, pero más importante es el riesgo de no aprobar esas objeciones. La derrota en la cámara es muy pequeña al lado del triunfo del No en el plebiscito”, aseguró Uribe.
Uribe vs Petro: de nuevo
Precisamente, este ambiente provocó un agarrón entre Uribe y Petro. El cruce de declaraciones tuvo que ver con una intervención del excandidato presidencial de izquierda, quien cuestionó el proceso de paz durante el mandato de Uribe con los grupos paramilitares.
“El proceso con los paramilitares no es sino la politización de un acuerdo con el narcotráfico colombiano”, dijo Petro. Y agregó, que Uribe en 1989 apoyó la propuesta de un referendo para derogar la extradición.
Sugirió que en ese entonces el gobierno de Uribe planteó tesis jurídicas que buscaban que el narcotráfico fuera un delito conexo al delito político. Argumento que rechaza el Centro Democrático con relación al juzgamiento de las FARC.
A tal punto que la discusión se acaloró tanto que Uribe manifestó preferir “ochenta veces al guerrillero en armas que al sicariato moral difamando”. Al mismo tiempo, y segundos después de haber solicitado que dos puntos de las objeciones se salvaran de ser hundidas, le dijo en tres oportunidades “sicario” a Petro.
Fuerte cruce verbal entre el senador Álvaro Uribe y Gustavo Petro https://t.co/BXPS3y0hKi pic.twitter.com/ijcAVo9c0L
— Noticias RCN (@NoticiasRCN) April 24, 2019
En otro momento de la discusión, Uribe le respondió a Petro argumentando que el presidente Duque nunca ha presionado a un colombiano por vías distintas a la constitución y a la ley.
“El presidente Duque no ha estado en movimientos criminales, no ha estado en movimientos terroristas, donde a los colombianos les aplicaban la ley del fusil”, refiriéndose sin duda a que Petro sí lo ha hecho”.
Según Petro, el exmandatario ha “presionado” al presidente colombiano con el fin de no conocer la verdad del proceso de paz en Colombia.
El fantasma de Petro: M-19
Una de las principales críticas a Petro es haber sido guerrillero del M-19, hecho que para muchos no lo hace merecedor de las acusaciones que normalmente hace. Sin duda, la discusión en el Senado fue utilizada por Uribe para recordarle al hoy senador su paso por esa guerrilla.
Petro nunca pagó un día de cárcel, pues fue indultado de los delitos que se le imputaba en ese momento.
Al respecto, Petro publicó en su cuenta de Twitter “me ha gritado tres veces el senador Uribe Vélez sicario, sicario, sicario, está (SIC) fuera de control por mi intervención respecto a la JEP, que le den una inyección de valeriana intravenenosa urgente”.
Me ha gritado tres veces el senador Uribe Vélez sicario, sicario, sicario, esta fuera de control por mi intervención respecto a la JEP, que le den una inyección de valeriana intravenenosa urgente.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 24, 2019
A medida que el debate se prolongaba, Uribe señaló que su aspiración con este tipo de declaraciones era un acuerdo de mayorías para aprobar dos objeciones: la que busca evitar que anulen la extradición y los infiltrados en las listas de juzgamiento de la JEP.
Uribe propone acuerdo de mayorías en el Senado para aprobar dos de las objeciones, la que evita anular la extradición y el llamado tema de los colados pic.twitter.com/dweSBZaiO0
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) April 24, 2019
Justamente este rifirrafe evoca los debates de control político liderados por Petro en el pasado por parapolítica, y quien el político de izquierda ha acusado directamente a Uribe.
Las objeciones a la JEP serán discutidas de nuevo por el Senado este próximo lunes. La discusión del Centro Democrático y la oposición no permitió que ninguno pudiera lograr su propósito. Justo antes de terminar la sesión en la plenaria, integrantes de la subcomisión radicaron la ponencia mayoritaria en la que apoyan las objeciones a la JEP.