A la internacionalización de la crisis migratoria que empezó con Venezuela ahora se le suma un posible éxodo de ciudadanos nicaragüenses que empiezan a huir a Colombia del régimen de Daniel Ortega.
Huyendo de la crisis política y económica, 14 personas procedentes de Nicaragua fueron hallados durmiendo en un parque público de Barranquilla. Las autoridades aseguraron que llegaron a al país desde la isla de San Andrés.
Los nicaragüenses llegaron primero a San Andrés y de ahí arribaron a Barranquilla donde fueron acogidos, en su momento, por la Arquidiocesis de la ciudad. Esta ciudad costera también ha sido epicentro de permanencia de miles de venezolanos al momento de ingresar a Colombia. Para noviembre de 2017 se registraban más de 20 mil ciudadanos del vecino país durmiendo en las calles de la ciudad.
La distancia entre San Andrés y Barranquilla es de 776 kilometros que en un viaje de avión se reduce a una hora de vuelo.
Los inmigrantes tienen todos sus papeles en regla, por lo que llegaron en busca de trabajo. En un inicio fueron asistidos por varias familias del sector, quienes dieron aviso a la Arquidiócesis de la ciudad, que finalmente los acogió.
Según el censo actual, son 83 mil personas de ese país las que están en el departamento legalmente, pero sumados a los que están en la informalidad la cantidad sobrepasa las 110 mil.
Las autoridades alertan que un posible recrudecimiento de la violencia en ese país desemboque un nuevo éxodo.
Colombia ha generado instrumentos para atender el fenómeno migratorio
PanAm Post habló con el internacionalista Ronal Rodríguez, quien hace parte del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario sobre la llegada de nicaragüenses al país.
A su juicio, Colombia se ha convertido en un ejemplo en el contexto latinoamericano respecto al fenómeno migratorio, tener que afrontar la llegada de aproximadamente 1.200.000 personas entre venezolanos, colombianos retornados y colombo-venezolanos ha generado en la institución colombiana una serie de instrumentos para manejar el problema migratorio que, para el caso venezolano, se creó la tarjeta de migración fronteriza que cubrió a más de 1.600.000 mil personas que hacen migración pendular en la zona de frontera y de igual forma con los permisos de permanencia que se crearon.
“Esto se vuelve atractivo para otras migraciones, para el caso de Nicaragua donde se vive una profunda crisis política y una devastadora persecución por un régimen que ya deja de ser o deja de comportarse como democracia y empieza a comportarse más como un autoritarismo, pues encuentran en Colombia las posibilidades tanto porque la estructura del Estado colombiano es favorable hacia la lógica migrante, como la solidaridad y las paradojas para ver en Colombia un lugar de destino y poder escapar de este régimen. Colombia tendrá que preguntarse si sus políticas pueden llegar a generar estos fenómenos, es decir, los ciudadanos que se sienten perseguidos o que se ven amenazados en sus derechos vean a Colombia como destino”, concluyó.