Lenin Moreno, quien fue vicepresidente del primer mandato de Rafael Correa, heredó no solo el poder sino un país con un ejército debilitado por el anterior jefe de Estado de Ecuador, que ahora es representado en la tensión que se vive en la frontera.
La presencia de grupos insurgentes en la frontera es de vieja data, y precisamente, bajo los dos periodos de Correa la presencia se intensificó agravando las relaciones internacionales entre ambos países.
Correa y el manejo de la política militar
“Parte del problema está relacionado efectivamente con el expresidente Correa, por su mal manejo en la política militar interna y externa”, afirmó el excomandante General de la Fuerza Naval, Aland Molestina, en una entrevista exclusiva con PanAm Post el pasado 27 de marzo.
Agregó, que el mandatario “nunca quiso declarar terroristas a las FARC, pese a ser un grupo ilegal combatido por el gobierno de Colombia”.
“Fueron aliados y cómplices, las acciones del Gobierno anterior favorecieron el narcotráfico”, dijo también en una entrevista para este medio, el Vicealmirante en servicio pasivo, Johnny Estupiñán, máster en Estrategia Militar Marítima.
En el 2007, año en el cual Correa llegó al poder, el vicealmirante fue Comandante de Operaciones Navales y tenía el control de la frontera norte de la provincia de Esmeraldas, su lugar de origen.
En dicha provincia, en lo que va del 2018, ha habido nueve atentados contra las fuerzas de seguridad estatales, resultando en la muerte de cuatro marinos (uno de los cuales sucumbió a las heridas producidas por una explosión que resultó con la perdida de sus piernas) y el secuestro de tres trabajadores del rubro periodístico cuyo asesinato fue ratificado por el frente disidente de las FARC Oliver Sinisterra y comprobado por las autoridades estatales.
Estos hechos han demostrado la fragilidad de la zona y la operación impune de diferentes grupos irregulares al margen de la ley.
Correa y el avance de las FARC en la frontera
Durante años, Hugo Chávez negó el estatus de organización terrorista a las FARC; simultáneamente Correa hizo lo mismo en Ecuador, no aseguraba que eran terroristas y tampoco compartía el estatus de beligerantes. En una entrevista el exmandatario ecuatoriano señalaba que las FARC lo que siempre han sido son:
“Grupos irregulares. Ningún país de América Latina los llama terroristas, ni siquiera el Gobierno colombiano antes de Uribe”, explicaba.
El expresidente colombiano Álvaro Uribe se enfrentó a lo dicho por los exmandatarios, y aseguraba que era difícil erradicar a las FARC cuando en los países vecinos encontraban albergue al momento de verse acorralados en Colombia.
En la“Operación Fenix”, que dio de baja a Raúl Reyes, número dos de las FARC, se encontró una serie de documentos que establecían la relación del exmandatario ecuatoriano y las FARC. Especialmente un correo en el que el grupo guerrillero felicitaba a Correa por su triunfo electoral en 2007.
“Atendimos visita del ministro de Seguridad de Ecuador, Gustavo Larrea, en adelante “Juan”. Quien a nombre del presidente Correa trajo saludos para el camarada Manuel y el Secretariado. (…) y expresó interés del presidente de oficializar las relaciones con la dirección de las FARC por conducto de “Juan”. Disposición de coordinar actividades sociales de ayuda a los pobladores de la línea fronteriza. Intercambio de información y control de la delincuencia paramilitar en su territorio” leía Uribe la Carta de Raúl Reyes a miembros del secretariado, el 18 de enero de 2008.
Precisamente, este golpe militar desencadenó una crisis diplomática entre Colombia y Ecuador, pues Correa acusaba en ese entonces al expresidente Uribe de haber pisado territorio ecuatoriano y haber desconocido la soberanía de ese país y tratados internacionales con el fin de dar de baja a Reyes.
En 2008, Correa negaba tener vínculos con las FARC y pidió investigar al respecto asegurando que si se demostraba lo contrario renunciaría, hecho que nunca ocurrió.
Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos del año 2016 señala que Ecuador es un país de tránsito de precursores químicos para el procesamiento de narcóticos ilegales y también es vulnerable a la delincuencia organizada trasnacional. En el mismo documento se agrega que Ecuador figura como “uno de los países por los que más drogas ilegales transitan” hacia Estados Unidos y Europa.
Al mismo tiempo sostiene que en este país operan organizaciones criminales trasnacionales, incluidos los carteles de los Zetas, Sinaloa y del Golfo y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Desde 2008, el Informe Angostura sobre el caso de la muerte de Raúl Reyes reveló que el suelo ecuatoriano es utilizado como puente para el tráfico de drogas.
José Ignacio Chauvín, viceministro de Seguridad y miembro del partido de Correa, manifestó haberse reunido con las FARC hasta siete veces, desde 2007 hasta días antes de su muerte.
Frente a la relación de FARC y Correa, el vicealmirante Estupiñan recordó que fueron aliados y cómplices, “todas las acciones del Gobierno anterior favorecieron el narcotráfico, alimentados por una corrupción agresiva y generalizada.”
Y agregó, “ahora que el Gobierno actual quiere realmente combatir todas las ilegalidades heredadas, es lógico pensar que el vínculo del Gobierno saliente con los narcoterroristas, aunque sea indirectamente, está generando acciones terroristas para desestabilizar al gobierno actual”.
Luego de que las autoridades confirmaran la muerte de los tres periodistas a manos de “Guacho”, Correa dijo “en estos momentos debemos superar cualquier diferencia para que se haga justicia por el asesinato de Javier, Paul y Efraín, y, sobre todo, para garantizar la seguridad en nuestro país, y que nunca más nos falten ni tres, ni nadie. Nuestro abrazo fraterno a sus familias”, dijo en su cuenta en Twitter.
Correismo señalaba que el secuestro era “falso”
Patricio Mery Bell y Amauri Chamorro, dos de los mas importantes activistas del correísmo, compartieron en sus redes sociales el pasado mes de marzo fuertes acusaciones sobre la veracidad del secuestro de los tres periodistas del diario El Comercio en la zona de Mataje.
Chamorro indicó a través de su cuenta en Twitter que el suceso se trató de un “autoatentado”, de acuerdo con el comunicador, para justificar el retorno de la Base de Manta, y el secuestro de los periodistas ecuatorianos como“falsos positivos estadounidenses”.
“Los auto atentados en Esmeraldas son una estrategia para que la opinión pública apoye la vuelta de una base militar gringa en Ecuador. La súplica de los charlatanes y el silencio de los hipócritas sobre este tema”, dijo Chamorro el pasado 26 de marzo.
Conjuntamente, Mery Bell sostuvo: “no les creo nada. Quiero pruebas antes de confirmar el hecho. El Gobierno es una maquina sistemática de mentiras e imprecisiones. No sería extraño que un equipo del Gobierno los hubiese secuestrado para mantener el libro”.
Fronteras usadas como santuarios
La utilización de fronteras por grupos guerrilleros como santuarios y retaguardia organizacional por grupos irregulares ha servido como estrategia para huir de golpes militares. En este sentido, ‘Guacho’y el Frente Oliver Sinisterra han utilizado la frontera con Ecuador como zona de resguardo y plan de operaciones. Luego de 15 años de militancia en la guerrilla de las FARC, en 2016, antes de la firma del Acuerdo de Paz, Guacho decidió junto a algunos camaradas no acogerse al proceso.
Según un informe de la ONU de 2006, la zona de Esmeraldas ha servido como centro de narcotráfico y de corredor por el Frente Oliver Sinisterra, pues este territorio desde la década pasada ha sido un centro de operaciones de droga en el vecino país, que estaría integrado por narcotraficantes mexicanos y colombianos.
Bajo la jefatura de ‘Guacho’ estarían entre 150-200 excombatientes del Frente 29, Columna Móvil Daniel Aldana y la Columna Móvil Mariscal Sucre de las FARC.