La cartera de educación pasa por un mal momento en Colombia debido a su financiación. Uno de sus programas estrella presenta serios problemas de préstamo, lo que causó una serie de marchas en el país, en donde participaron universidades públicas y privadas.
Uno de los programas educación pública que está en jaque es la de “Ser pilo paga” (SPP), programa del Gobierno colombiano que premia a los mejores estudiantes de escasos recursos costeándoles la carrera que deseen en la universidad que elijan.
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El programa, desde su lanzamiento en 2014 (SPP), ha sido presentado como una estrategia de democratización y ampliación de la cobertura de educación por el Gobierno de Juan Manuel Santos. En ese entonces se contaba con una buena chequera que financiara el programa, sin embargo, la mayoría de “pilos” eligen universidades privadas, lo que hace que su financiación sea más costosa.
Debido a ello se ha planeado reestructurar el programa y cambiar el esquema de financiación de Ser Pilo Paga. Así lo afirma Luis Fernando Mejía, director de Departamento Nacional de Planeación:
“Que no sea simplemente una transferencia a los estudiantes, sino que se pueda recuperar parte de lo invertido a través de lo que se llama pago por ingreso contingente. Es decir, cuando los estudiantes inicien su vida profesional puedan retornar esa inversión que hace el Estado”.
Y es que el programa ha recibo múltiples críticas. Fue bandera de la entonces ministra de Educación Gina Parody, quien en la actualidad está implicada en una investigación por el caso Odebrecht en Colombia, por presuntos intereses en la adjudicación de un contrato en la vía Ocaña-Gamarra.
De acuerdo con un estudio adelantado por el Observatorio de la Universidad Colombiana, el programa educativo no está cumpliendo los fines propuestos de su creación, básicamente ha servido para financiar a instituciones de educación privadas y no a las públicas. Esto quiere decir que el dinero estatal estaría quedando en universidades privadas.
Por esta razón, Mejia manifestó que se analiza una medida para que el 50 % de los estudiantes beneficiados escojan universidades privada y el otro 50 % universidades públicas. “Hace parte de la discusión. Pero también está la otra parte de la balanza y es que la libre elección de los estudiantes fomenta la competencia”, expuso.
Por otro lado, Adolfo León Atehortúa, presidente la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), advirtió que la situación financiera de las universidades en Colombia es insostenible:
“Lo que hay que poner en la balanza es que con USD $342 millones ($ 1 billón de pesos) (de Ser Pilo Paga) se atienden 40 mil estudiantes, el 83 por ciento de los cuales están en las universidades privadas, mientras que con ese mismo billón anual se atienden en las universidades públicas”.
Se espera que Ser Pilo Paga se convierta en una política de Estado y sea implementada en el siguiente Gobierno. A 2017, el programa Ser Pilo Paga cubre a cerca de 21.700 estudiantes.