El 29 de julio se celebra el nacimiento de Alexis de Tocqueville. Motivado por su “amor a la libertad y a la dignidad humana”, su Democracia en América ha sido calificada como “una de las obras más sabias del pensamiento moderno”, que para entender y preservar la libertad, “el lector norteamericano inteligente no puede encontrar mejor guía”.
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A pesar del protagonismo de la democracia en su título, Tocqueville se centró en la libertad, porque “las únicas pasiones que tengo son el amor a la libertad y la dignidad humana”. Revisarlo es particularmente importante ahora, cuando la necesidad de una mayoría política se ha convertido prácticamente en el único límite del gobierno, porque él vio cómo la democracia puede subvertir la libertad.
“La Revolución… fue el resultado de una preferencia madura y reflexiva por la libertad y no de un anhelo vago o mal definido de independencia”.
“La Constitución Federal… desautoriza de antemano el uso habitual de la coacción para imponer las decisiones de la mayoría”.
“De poco sirve, después de todo, que una autoridad vigilante… aleje todos los peligros de mi camino… si esta misma autoridad es la dueña absoluta de mi libertad y de mi vida”.
“No me alarma tanto la excesiva libertad que reina… como las inadecuadas seguridades que uno encuentra allí contra la tiranía”.
“Tan pronto como un gobierno intenta ir más allá de su esfera política… ejerce… una tiranía insoportable”.
“El despotismo de la facción no es menos temible que el despotismo de un individuo”.
“Los norteamericanos creen que su libertad es el mejor instrumento y la más segura salvaguarda… para asegurarse un gobierno que les permita adquirir las cosas que codician y que no les impida el disfrute pacífico de esas posesiones”.
“[La gente] piensa que ha hecho lo suficiente para la protección de la libertad individual cuando la ha entregado al poder de la nación en general. Esto no me satisface: la naturaleza de aquel a quien debo obedecer significa menos para mí que el hecho de la obediencia extorsionada”.
“La tendencia democrática… lleva a los hombres sin cesar a multiplicar los privilegios del Estado y a circunscribir los derechos de los particulares… sacrificados a menudo sin arrepentimiento y violados casi siempre sin remordimiento… los hombres se apegan cada vez menos a los derechos privados justo cuando es más necesario conservar y defender lo poco que queda de ellos”.
“Los verdaderos amigos de la libertad… deben estar constantemente alerta para impedir que el poder del gobierno sacrifique a la ligera los derechos privados de los individuos a la ejecución general de sus designios. En esos momentos ningún ciudadano es tan oscuro que no sea muy peligroso permitir que se le oprima; ningún derecho privado es tan poco importante que pueda entregarse impunemente a los caprichos de un gobierno… [porque] los hombres se acostumbran a sacrificar el interés privado sin escrúpulos y a pisotear los derechos de los individuos con el fin de lograr más rápidamente cualquier propósito público.”
“Sostengo que es… una máxima detestable que, políticamente hablando, el pueblo tiene derecho a hacer cualquier cosa”.
“Cuando… el pueblo es investido con la autoridad suprema… descubre una multitud de necesidades… para satisfacer estas exigencias se debe recurrir a las arcas del Estado”.
“La popularidad puede ir unida a la hostilidad a los derechos del pueblo y el esclavo secreto de la tiranía puede ser el amante declarado de la libertad”.
“Defender los derechos contra las invasiones del gobierno salva las libertades más comunes del país”.
“Establecer… límites a la acción del gobierno; conferir ciertos derechos a los particulares, y asegurarles el disfrute indiscutible de esos derechos… [son] los objetos principales”.
Se ha dicho de Alexis de Tocqueville que “ninguna autoridad sobre América le ha igualado en visión profética”. Cuando vemos hasta qué punto la determinación política, en la que “el despotismo cada vez mayor de la mayoría… hace que todos los ojos se vuelvan hacia el Estado”, ha desplazado a la libertad, es difícil estar en desacuerdo.
La centralidad de la libertad en la Democracia en América puede resumirse en dos de sus declaraciones claves: “[Los ciudadanos] se ocupan principalmente de seguir siendo sus propios dueños”, reconociendo que “descuidar la sujeción [de la libertad] es dejarla escapar”. Los estadounidenses necesitan desesperadamente volver a prestarle atención a sus ideas.
Publicado originalmente el 29 de julio de 2018. Luego en Mises.org
Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad de Pepperdine y miembro de la red de profesores de la Fundación para la Educación Económica.