Emulando a su rival y compañero magnate del espacio Elon Musk, Jeff Bezos tuiteó críticas sorprendentemente ácidas sobre el poder progresista, precipitando un debate con la administración Biden sobre política económica.
El viernes, la oficina de Biden publicó un tuit en el que proponía impuestos más altos y “más justos” para “las corporaciones más ricas” como forma de “bajar la inflación”.
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Bezos calificó el tuit de “non sequitur” y acusó a la administración de “mezclar” dos temas no relacionados.
Pero para ser justos con Biden, el tuit no es una ensalada de palabras incoherentes como podría parecer. Según el plan oficial de Biden contra la inflación, el eslabón que falta en el aparente non sequitur es la reducción del déficit:
“El presidente Biden tiene un plan para enfrentar la inflación, reduciendo los costos a los que se enfrentan las familias y reduciendo el déficit federal pidiendo a las grandes empresas y a los estadounidenses más ricos que paguen la parte que les corresponde”.
¿Cómo se supone que funciona esto? Según la sabiduría convencional de la economía dominante, tal y como expresa Investopedia:
“Uno de los principales peligros de un déficit presupuestario es la inflación, que es el aumento continuo de los niveles de precios. En Estados Unidos, un déficit presupuestario puede hacer que la Reserva Federal libere más dinero a la economía, lo que alimenta la inflación”.
Así que el plan de Biden es probablemente subirle los impuestos a los ricos para reducir el déficit presupuestario y así reducir la necesidad de que la Reserva Federal cubra el déficit con dinero recién creado. La falla de ese plan es que, como ilustró Arthur Laffer con su famosa “curva”, unas tasas impositivas más altas no significan necesariamente unos mayores ingresos fiscales, como explica el economista Daniel Mitchell.
El sábado, la cuenta de Twitter de Biden hizo referencia a la conexión entre el déficit y la inflación en otro tuit en el que afirmaba que “reducir el déficit es una de las principales formas con las que podemos aliviar las presiones inflacionarias”.
Pero Bezos tampoco se lo cree. En respuesta a ese tuit, Bezos insinuó que la culpa de los déficits presupuestarios inflacionarios la tiene el propio gasto en estímulos de Biden, y no los impuestos corporativos insuficientemente altos. Bezos calificó los esfuerzos de Biden por alejar la culpa de sus propias políticas como “despiste” y “desinformación”.
The newly created Disinformation Board should review this tweet, or maybe they need to form a new Non Sequitur Board instead. Raising corp taxes is fine to discuss. Taming inflation is critical to discuss. Mushing them together is just misdirection. https://t.co/ye4XiNNc2v
— Jeff Bezos (@JeffBezos) May 14, 2022
In fact, the administration tried hard to inject even more stimulus into an already over-heated, inflationary economy and only Manchin saved them from themselves. Inflation is a regressive tax that most hurts the least affluent. Misdirection doesn’t help the country. https://t.co/a8cygcunEG
— Jeff Bezos (@JeffBezos) May 15, 2022
Look, a squirrel! This is the White House’s statement about my recent tweets. They understandably want to muddy the topic. They know inflation hurts the neediest the most. But unions aren’t causing inflation and neither are wealthy people. Remember the Administration tried… pic.twitter.com/GaMb3Kiu72
— Jeff Bezos (@JeffBezos) May 16, 2022
El lunes, el ex secretario del Tesoro Larry Summers intervino, tuiteando que Bezos está “mayormente equivocado” y sosteniendo que “deberíamos subirle los impuestos para reducir la demanda y contener la inflación y que los aumentos deberían ser lo más progresivos posible”.
Summers también atribuye esta postura al presidente. Pero, de nuevo, el plan oficial antiinflacionista de Biden aboga por la subida de impuestos como medio para incidir en la reducción del déficit. Y ni siquiera menciona en ninguna parte la reducción de la demanda. En este asunto, Summers parece más keynesiano que incluso Biden.
En realidad, Bezos tiene casi toda la razón en este intercambio. La inflación se debe en gran medida a que el gobierno de EE. UU. tiene un problema de gastos, no de ingresos. En 2021, el gobierno estadounidense gastó 6.82 billones de dólares, lo que supuso el 30.5% del PIB. Se trata de un aumento descomunal respecto al gasto de 2019, que fue de 4.4 billones de dólares y el 21% del PIB.
Lo que Bezos omite mencionar es el papel de la Fed tanto el permitir el gasto del gobierno como convertir ese problema del gasto en un problema de inflación al cubrir los déficits resultantes con la creación masiva de dinero.
El tuit de Biden que inició este debate puede no ser tan incoherente como parecía. Pero la política que promueve es tan errónea como siempre.
Este artículo fue adaptado de una edición del boletín electrónico FEE Daily. Haz clic aquí para suscribirte y recibir noticias y análisis de libre mercado como éste en tu bandeja de entrada todos los días de la semana.
Este artículo fue publicado inicialmente en FEE.org
Dan Sánchez es el director de Contenido de la Fundación para la Educación Económica (FEE) y el editor en jefe de FEE.org.