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La temporada de impuestos está en pleno apogeo, y es probable que muchos estadounidenses estén haciendo muecas mientras hacen números y se preparan para abrir sus billeteras. Pero algunos más que otros, ya que la presión fiscal relativa en EE. UU. varía enormemente entre los distintos estados. Y ahora, un nuevo análisis revela qué estados tendrán los impuestos más altos (y más bajos) en 2022.
La Tax Foundation o la Fundación Tributaria de tendencia derechista y no partidista, acaba de hacer sus números para clasificar los estados norteamericanos en función de su presión fiscal media combinada estatal y local. Esto no incluye los numerosos impuestos federales que todos los estadounidenses deben pagar independientemente de su residencia en el estado.
Esto es lo que encontraron los analistas Erica York y Jared Walczak:
Los 5 estados norteamericanos con mayor presión fiscal
- Nueva York: 15,9 por ciento
- Connecticut: 15,4 por ciento
- Hawái: 14,1 por ciento
- Vermont: 13,6 por ciento
- California: 13,5 por ciento
Los 5 estados con menor presión fiscal
- Alaska: 4,6 por ciento
- Wyoming: 7,5 por ciento
- Tennessee: 7,6 por ciento
- Dakota del Sur: 8,4 por ciento
- Michigan: 8,6 por ciento
Contexto importante
Esta clasificación no tiene en cuenta únicamente la cantidad absoluta recibida en impuestos por los gobiernos estatales y locales. También intenta tener en cuenta la verdadera carga de los impuestos, dado que a veces el costo real de un impuesto estatal puede recaer sobre los residentes de otros estados. (Por ejemplo, las personas que viven en Nueva Jersey pero trabajan en la ciudad de Nueva York también pagan muchos impuestos de Nueva York).
Lo que hay que tener en cuenta: la competencia fiscal
Estas diferencias en los niveles impositivos son algo más que una agradable sorpresa para los contribuyentes de algunos estados (y una fea realidad para los contribuyentes de otros). Con cargas fiscales estatales y locales combinadas que varían entre casi el 16 % en Nueva York y sólo el 4,6 % en Alaska, hay una diferencia lo suficientemente grande entre los estados como para fomentar la competencia fiscal.
¿Qué es la competencia fiscal?
Es cuando «la competencia jurisdiccional conduce a una mejor política fiscal», explica el economista Dan Mitchell. «En pocas palabras, los políticos son menos codiciosos cuando tienen que preocuparse de que los gansos con los huevos de oro puedan volar e irse».
Los estadounidenses pueden mudarse (y lo hacen) cuando sus gobiernos locales y estatales suben excesivamente los impuestos. Esto significa que los estados deben estar siempre atentos para no perder residentes en favor de vecinos con impuestos más bajos, una estructura de incentivos positiva que ayuda a mantener el crecimiento del gobierno bajo control y a proteger nuestros bolsillos de los políticos codiciosos.
Por lo tanto, no se sorprendan si los estados que encabezan esta nueva lista de altas cargas impositivas comiencen a perder gente a favor de estados que no toman tanto de su dinero.
Este artículo fue publicado inicialmente en FEE.org
Brad Polumbo ( @Brad_Polumbo ) es un periodista libertario-conservador y corresponsal de políticas de la Fundación para la Educación Económica.
