Cuál es el último tema candente que se debate en el Congreso norteamericano? El futuro del propio Tribunal Supremo de Justicia.
“Los demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado planean presentar el jueves una legislación para ampliar el Tribunal Supremo de los nueve jueces actuales a 13, un proyecto de ley que los grupos de intereses liberales han estado esperando durante algún tiempo”, informa ABC News.
“Después de años en los que los republicanos han desbaratado los precedentes, han roto sus propias reglas y se han robado puestos en el Tribunal Supremo para utilizarlo como peón político, necesitamos algo más que una comisión para restaurar la integridad del Tribunal”, dijo el senador Ed Markey, uno de los autores del proyecto de ley. “Necesitamos abolir el filibusterismo y ampliar la Corte Suprema”.
Our democracy is under assault, and the Supreme Court has dealt the sharpest blows.
To restore power to the people, we must #ExpandTheCourt.
That's why I'm introducing the Judiciary Act of 2021 with @RepJerryNadler, @RepHankJohnson, and @SenMarkey to add four seats to SCOTUS. https://t.co/iW0hlmIpwk
— Rep. Mondaire Jones (@RepMondaire) April 15, 2021
Aunque es probable que no tenga los votos necesarios para ser aprobada en un futuro inmediato, se trata de un hecho alarmante. Aunque llenar el Tribunal Supremo estaría técnicamente dentro de lo que permite la Constitución, el número de jueces se ha mantenido en nueve desde 1869. Cambiar esto sería una destrucción de las normas y una reescritura de las reglas para obtener beneficios políticos. Tendría graves consecuencias.
El proceso sería el siguiente.
Esto daría a ese mismo presidente y al Congreso, presumiblemente del mismo partido, la oportunidad de añadir jueces que saben que están de acuerdo con ellos y quienes defenderán su agenda.
El llenado del Tribunal Supremo probablemente desencadenaría un ciclo en el que cada partido ampliaría al tribunal cada vez que tomaran el poder. (Los demócratas añaden dos jueces, luego los republicanos añaden dos, y así sucesivamente.) Tal escenario resultaría casi ciertamente en un Tribunal Supremo ampliado hasta llegar al tamaño de la irrelevancia, perdiendo legitimidad y siendo, por lo tanto, incapaz de controlar el poder de las otras ramas.
El sistema que protege nuestras libertades constitucionales sufriría como resultado.
“Si los demócratas llenan el tribunal, el Partido Republicano responderá de la misma manera, en cuanto tenga la oportunidad”, explicó el profesor de derecho de la Universidad George Mason, Ilya Somin. “El resultado predecible no sólo será la pérdida de ‘credibilidad’ del Tribunal Supremo, sino también la eliminación de la revisión judicial como control efectivo de los otros poderes del Estado”.
“Si el presidente puede abarrotar el tribunal cada vez que su partido controle las dos cámaras del Congreso, podrá impedir que el tribunal tome decisiones que frenen las políticas inconstitucionales que ellos quieran promulgar”, continuó Somin. “No es casualidad que el court-packing sea una herramienta estándar de los populistas autoritarios que buscan socavar la democracia liberal, utilizada recientemente en países como Hungría, Turquía y Venezuela”.
¿Todavía no te convences de que este renovado esquema es una mala idea? Tal vez le creas a Joe Biden, quien advirtió en el 2005, como senador, que el empaquetamiento de la corte ó court-packing era “peligroso” y una manera corrupta de tomar el poder.
Last week, President Biden announced his new committee to study increasing the size of the Supreme Court. Here’s Senator Biden in April 2005 decrying FDR’s court packing scheme in 1937 as a corrupt power grab: pic.twitter.com/zv1UxIuoCO
— Christian Schneider (@Schneider_CM) April 14, 2021
O la ex jueza del Tribunal Supremo de Justicia e ícono liberal, Ruth Bader Ginsburg, quien dijo famosamente que el court-packing era una “mala idea” que “haría que el tribunal pareciera partidista”.
Las líneas partidistas pueden haber cambiado, pero esa verdad subyacente no.
Brad Polumbo (@Brad_Polumbo) es un periodista libertario-conservador y corresponsal de política en la Fundación para la Educación Económica.