“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”. Esa fue la frase que dijo el presidente Sebastián Piñera el 20 de octubre del 2019, cuando comenzaba la revolución socialista de Chile. En esos días se quemaron 80 estaciones del metro de Santiago, ocurrieron varios saqueos a supermercados, farmacias y fábricas de la ciudad y la violencia se había expandido a regiones.
Todo indicaba que la situación sería peor para los días siguientes, algo que sucedió con quema de iglesias y derribo de estatuas. El problema es que la frase fue duramente criticada por la oposición de izquierda lo que favoreció desde el principio la protesta e incluso, el general Iturriaga, a cargo del toque de queda en Santiago en esos días, aseguró que él no “estaba en guerra con nadie”, lo que hizo que las marchas y la violencia se acrecentaran más.
Lo cierto, es que con la información dada a conocer por la revista Semana de Colombia, es que esa frase tendría razón y demuestra que nunca hubo espontaneidad en el 18-O.
Uriel y su obsesión con las protestas de Chile
La revista Semana tuvo acceso a los archivos de Andrés Londoño, alias Uriel, guerrillero del Ejército de Liberación Nacional abatido el 25 de octubre. Los datos, provenientes de 11 discos duros, 24 memorias USB y 7 computadoras portátiles, fueron desencriptados por la inteligencia colombiana y el medio tuvo acceso a ellos. En total 3.2 TB de información, equivalentes a 2 millones de archivos.
En los archivos encontrados, Uriel tenía un especial interés en las protestas de Chile ya que él mantenía contacto con el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), antiguos movimientos guerrilleros de Chile durante el Gobierno militar de Pinochet y que nunca han cambiado sus ideas de izquierda radical hasta el día de hoy.
Si alguien tiene todavía dudas que Chile desde el 18-O vive una revolución socialista, entonces escuchen a este miembro del MIR (movimiento marxista-leninista) que cuenta la verdad del "estallido social": sacar el "neoliberalismo" e instaurar la lucha de clases. pic.twitter.com/VLycohvUUY
— Esteban Zapata (@EZC86) February 15, 2020
“Es muy probable que la salida sea un nuevo pacto interburgués con la clase media, representada por los partidos de centro y del progresismo, además el PC como halador de bolas, que podría llegar incluso hasta la renuncia de Piñera si la rebelión nacional se extiende varios días más”, decía Uriel al comando Central de la guerrilla (COCE).
El guerrillero mencionaba incluso que los sucesos de Chile eran un movimiento continental y que “estamos justamente en una coyuntura histórica de nuestros pueblos continentales que se movilizan y se empoderan como sujetos sociales, y también histórica para el cambio que se avecina a gran velocidad”, indicando que la guerrilla veía con buenos ojos lo que pasaba en Chile, ya que entendía que este estilo de protestas se podría extender a otros países.
Plan Hermes: infiltrarse en las protestas de Chile
Lo que más llama la atención de lo que relata del medio colombiano, es la existencia del llamado Plan Hermes: un intento de la guerrilla colombiana para influir no solo en las protestas de Chile, sino que en otras protestas a nivel regional, incluidas las acontecidas el 9 y 10 de septiembre del 2020 en Colombia.
Estallido social espontáneo? las pinzas. El gobierno de Colombia alertó al presidente Piñera de la existencia del denominado Plan Hermes del ELN, por medio del cual buscan expandirse en el continente, tratando de infiltrar los colectivos pacíficos de agitación social
— FridaSíKahlo (@FridaSiKahlo) January 31, 2021
El medio Semana dice que el Gobierno colombiano contactó al chileno durante los días más convulsionados de las protestas, que tuvieron lugar en los meses de octubre y noviembre del 2019 para prevenirlos de la existencia de este plan.
La intención del ELN era clara: infiltrarse en los colectivos pacíficos y movimientos sociales de agitación social, es decir, intentar generar violencia como método de conseguir objetivos, como por ejemplo derrocar gobiernos, como en el caso de Chile, donde buscaban derribar al presidente Sebastián Piñera, algo que no sucedió pero que sus aliados chilenos buscan incesantemente.
Nunca fue un estallido social espontáneo
La existencia de estos archivos confirma un secreto a voces: el 18-O nunca fue un estallido social generado de forma espontánea producto de los supuestos abusos del modelo “neoliberal” (no fueron 30 pesos, fueron 30 años, se dijo en ese entonces), sino que diversos grupos de extrema izquierda fueron los que generaron la situación caótica de esos días.
Esta señorita, desde Venezuela, le adjudica la organización de la revuelta a la mesa de Unidad Social y refuta a los medios de comunicación cuando dicen que fue algo espontáneo, cosa que desde el primer día veníamos manifestando.
Acá están los responsables de la destrucción. pic.twitter.com/jpyFt6KXg4
— Diego Maureira (@diegomaureirar) December 3, 2019
Varios representantes de izquierda estuvieron en esos meses en Venezuela hablando en la televisión de ese país que las protestas de Chile nunca fueron espontáneas. E incluso, dirigentes del Frente Amplio, coalición política de extrema izquierda, estuvieron el día 18 y 20 de octubre participando del Primer Congreso Internacional de Comunas realizado en Venezuela, hablando de derrocar la “democracia burguesa” chilena usando el misil de Chávez.
Les presento a Dorís González lider de Ukamau, movimiento que con barricadas y cortes de calles impidieron el libre transito hoy. Exigen viviendas y acabar con la democracia burguesa usando el "misil" de Hugo Chavez.pic.twitter.com/nsnWG8H60v
— Elías Parada ✪ (@Elias_Parada_S) March 2, 2020
El modelo de revuelta chileno ha sido definido como una Revolución molecular, un golpe de Estado Blando, un golpe de Estado posmoderno y una revolución socialista, elitista-nihilista, parecida a las protestas de Blacks Lives Matter a nivel mundial. Hay una gran cantidad de movimientos organizados en asambleas que alientan a la insurrección y muchos de ellos, hasta el día de hoy, insisten en salir a la calle (a pesar de la pandemia) a derrocar a Piñera y acabar con el modelo económico, sin éxito.
Recordemos además las palabras de Nicolás Maduro en esas fechas, hablando de que en “en Chile ha arrancado un proceso constituyente, quiéranlo o no” y “Si Chile despierta, despierta toda América Latina”. Y por supuesto, la infame frase de Diosdado Cabello hablando de “brisas bolivarianas” debido a la ola de protestas sucedidas en octubre del 2019 no solo en Chile, sino que también en Ecuador. Estas frases dejaron un manto de duda en la espontaneidad del 18-O.
"Chile ha despertado una revolución social".
"Y si Chile despierta, despierta toda América Latina".Algunas frases del dictador Maduro, celebrando la revolución socialista de Chile del 18-O. ¿Alguien realmente cree que esto fue espontaneo? pic.twitter.com/71FpK2X8sT
— Esteban Zapata (@EZC86) March 13, 2020
Las consecuencias: un cambio de Constitución
Debido a la violencia de esta revolución, ahora Chile tendrá un cambio de Constitución gracias a que se le torció la mano al Gobierno de centro-derecha de Sebastián Piñera y forzarlo a llamar a un plebiscito. Y todo indica que el operativo continental de la izquierda más extrema de Latinoamérica, logró su objetivo: destruir al país más exitoso de la región.