El economista argentino hace tiempo que es la pesadilla de la dirigencia política local y ahora va por los socialistas de la región.
Cristian Cimminelli es uno de los “cómicos” preferidos de Cristina Fernández. Desde sus redes sociales, la vicepresidente le festejó sus videos, que le vienen como anillo al dedo para justificar su discurso político. El actor, como muchos en su gremio, se compró el buzón kirchnerista, y durante las últimas elecciones se dedicó a hacer campaña por el partido oficialista, Frente de Todos, de la mano de una crítica burda y superficial al gobierno de Macri.
Esta semana, Cimminelli, que no entiende absolutamente nada de economía, subió un video de Javier Milei a Twitter, donde asegura que el referente libertario dice “idioteces”. Lo que decía el autor de Pandemonics, es que el mercado asigna recursos de la mano de la satisfacción de los consumidores que, eventualmente, somos todos nosotros. Es decir, nuestras preferencias son las que terminan premiando y castigando las distintas iniciativas.
En su ejemplo, Milei dice que la gente ha decidido hacer millonario al fabricante de bikinis y no a un prestigioso doctor que se ha dedicado a estudiar “la pata trasera de una mosca”.
El posteo del actor llegó hasta la red social del expresidente de Ecuador, que se subió a la crítica vacía de la mano del chiste fácil. “Una buena forma de redistribuir el ingreso: ponerle impuesto a las estupideces”, señaló Correa. En su comentario, el prófugo de la justicia de su país, dijo que si las estupideces pagaran impuestos, Milei sería uno de los principales contribuyentes.
Una buena forma de redistribuir el ingreso: ponerle impuesto a las estupideces.
Éste sería uno de los principales contribuyentes.? https://t.co/O0vDh7J916— Rafael Correa (@MashiRafael) November 16, 2020
La Respuesta de Milei
La respuesta del economista no tardó en llegar. El referente libertario argentino criticó duramente su gestión y le dijo que, a pesar de ser economista, Correa no tiene idea de cómo se determinan los ingresos. Lo que es cierto. Finalmente, le pidió que rebata sus argumentos sin chicanas, pero el ecuatoriano se llamó a silencio. Como era de esperar, el intercambio generó un áspero debate en las redes sociales.
.@MashiRafael no sólo has sido una MIERDA como Presidente como todo zurdo, se nota que pese a ser economista no entendés como se determinan los ingresos.
Obvio que tampoco entendés que el Estado es un robo y la justicia social es injusta.
Rebatí mis argumentos sin chicanas SORETE https://t.co/pMXAtLrFCF— Javier Milei (@JMilei) November 16, 2020
Milei resaltó el hecho que Correa es economista, pero que desconoce premisas fundamentales. Como todo socialista, Correa no apunta a aumentar la prosperidad en el país, sino redistribuir la existente: quitar a unos para dar a otros.
El desastre de Correa
Pese a la bonanza petrolera que gozó el país sudamericano durante su gobierno, con el precio del barril históricamente alto, lejos de convertirse en Dubái, Ecuador terminó endeudado con el régimen comunista chino, país que además es hoy dueño de parte de los recursos subterráneos del país ecuatorial, como parte de pago, gracias a la gestión de su aliado socialista.
Para noviembre del 2013, el 83% del petróleo ecuatoriano estaba asignado a empresas chinas. Dicho petróleo, según Reuters, era revendido a EE.UU. En teoría, el socialismo del siglo XXI se jacta de ser soberanista, pero en la práctica, se ha sometido al régimen comunista chino.
También el mar ha quedado a merced de la depredación del gigante asiático, cuyos buques pesqueros no respetan normas básicas de respeto a la flora y fauna local y tampoco de límites marítimos.
Pero la mayor influencia china en Ecuador, durante la década de Correa en el poder, fue el autoritarismo. Después del supuesto golpe de Estado del 30 de septiembre del 2010, el relato oficial enseña que ese día nació la democracia, no en la Antigua Grecia.
Atreverse a cuestionar al supremo líder tenía pena de prisión y exilio. El caso más insólito de persecución política e ideológica es de un ciudadano detenido por “aplaudir”. Tras agotarse sus apelaciones judiciales, optó por exiliarse.
Tanta persecución provocó que el propio Correa tuviese que exiliarse en Bélgica, país natal de su esposa, porque pesan procesos legales en su contra, entre ellos secuestro de un legislador opositor y peculado (el uso de fondos públicos para financiarlo).
En síntesis, Correa no tiene la autoridad moral para cuestionar al economista libertario, quien ha dejado expuesto una vez más el autoritarismo del tirano ecuatoriano.
Mientras Milei pronto lanzará su candidatura como legislador, el prontuario de Correa le impide ejercer política en Ecuador.