Todo parece indicar que Beijing tendrá que ceder ante los esfuerzos de 116 de países por una investigación independiente sobre el origen y el manejo inicial de la pandemia. El primer impulso llegó desde Australia, que fue la primera nación del mundo en pedir una investigación independiente sobre el origen del virus; la Unión Europea apoyó esta petición y redactó la resolución para la Asamblea.
El señalamiento de la redacción de la UE en la resolución hacia China no llega al nivel que alcanzó Australia, que fue contundente al pedir una investigación independiente sobre el origen del coronavirus y explicaciones al régimen chino sobre el manejo inicial de la pandemia. Hay que recordar que esta retórica australiana tuvo el apoyo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien constantemente ha señalado a China como responsable de la propagación del virus en complicidad con la Organización Mundial de la Salud.
We are with them! https://t.co/H7DRHXPJYb
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 18, 2020
Quizás sea la poca contundencia de la redacción en el señalamiento a China lo que permitió que tantas naciones formaran una coalición que pone a China entre la espada y la pared. Incluso Rusia, un aliado natural de China, ha decidido firmar la resolución. Un dato no menor.
Hay que recordar que desde Beijing las posturas frente a una investigación han sido incoherentes y cambiantes según la circunstancia. Primero, intentando impedir que la OMS —que es acusada de tener nexos con el partido comunista chino— trabajara en la investigación sobre el origen del virus; ahora, mostrándose “proactivos y cooperativos” a que la Organización Mundial de la Salud sea la que lidere una investigación independiente: “Estamos abiertos, somos transparentes, no tenemos nada que ocultar, no tenemos nada que temer. Damos la bienvenida a una revisión internacional e independiente, pero tiene que ser organizada por la OMS”, dijo el embajador chino en Reino Unido, Liu Xiaoming.
Según la Australian Broadcasting Corporation, fuentes del gobierno australiano dijeron que el lenguaje de la resolución era lo suficientemente fuerte como para garantizar una investigación adecuada y exhaustiva, aunque esto sería apenas un “primer paso” para garantizar la transparencia.
Países que apoyan
Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Rusia, Indonesia, India y los 27 países de la Unión Europea apoyan esta resolución. Hasta este domingo, los países que apoyaban el pedido eran 62, pero un grupo de 54 naciones africanas también se unieron a esta coalición elevando el número a 116. Brasil, Corea del Sur, México y Turquía son otros nombres destacados que apoyarán la iniciativa.
Contexto: cuestionamientos a la OMS y China
Una de las grandes críticas dirigidas a la Organización Mundial de la Salud es el trato hacia Taiwán, un problema que se entiende desde la injerencia de China en la OMS y el conflicto que persiste entre la isla taiwanesa y el régimen chino. EE.UU. cuestionó la decisión de excluir a Taiwán de la Asamblea Mundial de la Salud, en especial porque el país taiwanés no solo ha logrado controlar el virus, sino que lo ha hecho con posturas contrarias a las recomendaciones de la Organización Mundial, en teoría especializada para conflictos de esta naturaleza.
China ha sido denunciada y criticada, son múltiples los escándalos y esta situación ha llevado a gran parte del mundo a creer que el régimen fue negligente al momento de advertir sobre los peligros del virus, todo esto ante la mirada complaciente de la OMS.
Existen informes filtrados y difundidos que indican manejos turbios del Partido Comunista chino al frente de la pandemia, lo más reciente fue un informe de inteligencia alemana difundido por la revista Der Spiegel, que indica que el mandatario chino Xi Jinping le pidió en enero a Tedros Adhanom, director de la OMS, que postergara la advertencia sobre la amenaza y el peligro que representaba la COVID-19. También están las declaraciones del presidente Donald Trump a la prensa, donde admitió que informes de inteligencia indican que el virus pudo haberse originado en un laboratorio y que el régimen chino tenía la capacidad de controlar o bien advertir sobre el peligro real del virus.
A todo esto, The Washington Post y el New York Times han revelado información que indica que la Unión Europea suavizó un informe donde se revelaba que China y Rusia estaban llevando a cabo una campaña de desinformación global por el coronavirus.
No solamente eso, a la OMS también se le ha vinculado con China constantemente, en especial por las “relaciones” que la organización tiene con Taiwán. No está de más hacer memoria para recordar que Taipéi filtró un correo enviado en diciembre y que tenía como destinatario a la OMS para advertir sobre una enfermedad respiratoria que provenía de Wuhan-China (La COVID-19).
En síntesis, al régimen de China le tocará rendir cuentas. No solo los países pro occidentales están pidiendo explicaciones, sino que también aliados fuertes y directos como Rusia están a favor de que se lleve adelante una investigación independiente. O al menos eso indica el respaldo a la petición. Si esto llega a ocurrir, será cuestión de tiempo para que muchas dudas sean respondidas.