EnglishArriesgar lo poco que tienen por la libertad. Así definió el artista cubano David Escalona la visita que hizo con un grupo de seis raperos de la isla a Panamá, en el marco de la VII Cumbre de las Américas.
Lo poco que apuestan es la posibilidad de seguir dando sus conciertos en casas y espacios casi clandestinos de su país, la modalidad en la que han logrado poder alzar la voz contra lo que consideran como un Gobierno represor que pretende anular el derecho de los cubanos de pensar en libertad. Todos han enfrentado la censura y la represión.
“Cuando uno hace hip hop en Cuba, ya uno sabe que no va a poder vivir de eso. Si alguien hace hip hop en Cuba, es porque tiene algo que decir”, resume Escalona, o David D’Omni, nombre que viene de su grupo cultural, Omnizonafranca.
Por eso se definen como “artivistas”, activistas y artistas, porque sus líricas hablan de algo tan inseparable a la humanidad, pero tan prohibido para los cubanos, como la libertad de pensamiento y expresión.
Los compositores participaron en distintos foros paralelos a la Cumbre de jefes de Estado, donde relataron cómo han logrado persistir en la composición y difusión de sus piezas, dentro de la isla.
Ellos, y algunos de los que los oyen, contaron en Panamá como el hip hop llenó el espacio de la canción social que dejó vacío la nueva trova cubana, en lo que calificaron como “un secuestro cultural del Estado”.
Escalona, Soandry del Río, Silvito El Libre (hijo de Silvio Rodríguez) y el venezolano Macabro XII, ofrecieron una entrevista a PanAm Post, antes de la presentación del concierto que ofrecieron en la Ciudad del Saber de Panamá este jueves. Casi simultáneamente en la Universidad de Panamá se presentaba en la paralela Cumbre de los Pueblos Silvio Rodríguez, el trovador.
¿Qué consideran que es la libertad del artista y cómo creen que esta se hace efectiva?
Silvito El Libre: Para mí ser libre es no tener ningún patrón, no solo de Gobierno, sino de todo. Para hacer lo que yo o la gente considere arte. Respetando tu poesía, lo que hagas de la forma que el artista crea que debe ser.
¿Ustedes se consideran libres por pensar libremente o necesitan de la difusión o de los espacios para hacerlo?
Soandry: Yo pienso que soy libre hasta donde yo quiera. Hay otras cosas que generan libertad, como el dinero, que a veces nos da miedo mencionar. A la hora de ayudar a otras personas, de hacer cosas y para tener poder. En cuanto a mí, siento que no soy libre al 100% porque la liberación es una lucha de toda la vida. Siempre hay algo de qué liberarse en el plano mental.
David D’Omni: Pienso que la libertad debe ser parte de tu ser, uno debe ser libre y después viene el camino. Ser libre trae consecuencias. Sentirse libre trae consecuencias. Pero eso es como un río, puedes encontrarte una piedra pero vas siguiendo. Lo que nos encontramos son obstáculos naturales. Deben verse con cierta tranquilidad. Como vivimos en una sociedad, a veces estos obstáculos naturales son censura. Más cuando tenemos un Gobierno totalitario que controla la radio, la televisión, la economía. Entonces es como un río que lo que le queda es evaporarse y llover en otros lados. Eso lo que hemos hecho.
Macabro XII: Yo pienso, en cuanto a la libertad, que el humano es sinónimo de preso, y el mundo es sinónimo de cárcel. Si esto es así, hay que buscar de quien se es esclavo, y yo soy esclavo solo de mi corazón.
¿Cómo valoran al grupo urbano Calle 13, que también toca temas sociales, pero se ha mostrado cercano a los Gobiernos de Cuba y Venezuela?
Soandry: Bueno, Calle 13 ha roto esquemas dentro de ese gran mercado puertorriqueño que es el reggaetón. Me parece que han asumido bastante valiente de ir en contra de la corriente y atacar incluso pilares que sostiene ese tipo de música que prácticamente mueve a la mayoría de las personas de su país. En términos musicales lo han sabido hacer con éxito. Ahora, en el plano personal, no sé lo que cada uno piensa. Ellos hicieron un concierto en la tribuna abierta antiimperialista. Pero mucha gente que ha ido a Cuba ha ido con una idea errónea de Cuba. Se han involucrado con grupos que tienen determinados intereses y los han movido por la Cuba que ellos quieren mover a la gente. Y, hasta tanto yo no tenga una conversación directa con alguno de ellos, yo no puedo asumir que ellos tienen una posición determinada porque mucha gente ha caído, y el sistema cubano ha sido muy eficiente en sesgar a los artistas, en moverlos por la Cuba que ellos quieren que se conozca.
David D’Omni: Sinceramente, como no los conocemos personalmente, seguro son magníficas personas, pero no creo que conozcan Cuba.
¿Cómo creen que el hip hop puede ayudar a los cambios que ustedes quisieran ver en Cuba?
Primero liberando el corazón de los jóvenes, de quienes escuchan el hip hop. Poniendo en nuestras letras valores, familiares, la unidad, la valentía y mantener ese mensaje consciente. Hay momento para todo en la vida, hay momento para bailar, para reír, para celebrar. Pero hay cierto desequilibrio en cuanto a la música que se distribuye en nuestras sociedades, y me parece que nosotros estamos haciendo punto de equilibrio en lo que es llevar un mensaje consciente, sin autocensura.