EnglishManuel Hinds es un consultor económico, exministro de Hacienda de El Salvador, y considerado el padre de la dolarización de su país, la cual se concretó entre los años 2000 y 2001 y se mantiene hasta hoy.
Hinds ha planteado que la crisis cambiaria venezolana surge de la manipulación de los políticos locales a la moneda nacional, el bolívar, a través de la impresión de moneda y el juego con las tasas de interés. “¿Y por qué puede querer dólares [Nicolás] Maduro si él tiene la maravillosa capacidad de crear bolívares fuertes? Obviamente los quiere porque nadie acepta los bolívares fuertes en pago de nada, a menos que viva en Venezuela y el Gobierno lo fuerce a aceptarlos”, sostuvo en un reciente artículo de opinión sobre la gira del presidente Maduro en busca de auxilio económico ante la caída de los precios del petróleo.
Hinds participó como profesor de la Universidad El Cato en Costa Rica el pasado mes de enero, cuando ofreció a PanAm Post una entrevista sobre las alternativas cambiarias que enfrenta Venezuela, país que a su juicio, debería moverse hacia la dolarización para salir de una vez por todas de los ciclos inflacionarios, la devaluación de la moneda, y sobre todo, el empobrecimiento acelerado de su población.
¿La dolarización sería sincerar la situación cambiaria de Venezuela?
La dolarización puede ser una solución, pero hay que definir para quién lo sería. Realmente, lo que podría lograr es que no pase lo que está pasando ahora en Venezuela. El país entró en un boom extraordinario de los precios de petróleo y la gente pensó “ya nos hicimos ricos para siempre”; entonces, además de gastarse la plata que estaba entrando —y que otros países como Chile y Noruega apartaron como ahorro para diversificar el riesgo cuando llegaran las vacas flacas—, también imprimieron plata adicional, entonces se gastaron gran parte de las reservas.
Imprimir y gastar en cosas importadas, a costa de las reservas, forma un ciclo terriblemente dañino; se infla la economía pero se viene luego para abajo cuando se acaban las reservas. Por eso dolarizar da una estabilidad a largo plazo. Le quita a los políticos la capacidad de manejar la moneda. Simplemente se dice: “no vamos a tener un banco central, y ustedes, políticos, no nos vuelven a hacer lo que nos hacen siempre”.
Las acciones de la Reserva Federal de Estados Unidos nos afectan a todos. Ya se tenga moneda nacional o no, porque esas ya son las condiciones del mercado.
Por ejemplo, en El Salvador tenemos un Gobierno populista que está destrozando la parte fiscal del Estado, pero la economía está estable porque no puede manipular el valor de la moneda. Al estar dolarizados, se restringe el tema de endeudamiento fiscal, porque para tomar prestado tienen que ir al mercado internacional, es decir, no pueden pedir al Banco Central que les imprima dinero.
Si lo que sucede en El Salvador, que el presidente viaja a Venezuela y le dice a Maduro “tú eres mi comandante”, sucediera en cualquier país latinoamericano, causaría una fuga de capitales espantosa, porque la gente hubiese previsto una eventual devaluación de la moneda; pero en El Salvador no ha habido fuga de capitales. Ha habido quizás pequeñas fugas cerca de las elecciones, pero regresa el dinero porque es un dinero seguro, y además la gente tiene la expectativa de que no se va a poder desdolarizar.
¿Entonces para el Gobierno de Maduro dolarizar no sería una solución? ¿Sería más bien un ajuste de la moneda?
Sería un ajuste, porque los políticos inmediatamente entienden que ellos no pueden mandar a hacer dólares. Tienen que manejarse con el dinero que tienen allí. Entonces como la gente sabe eso, las tasas de interés bajan. La gran ventaja es que si las tasas de interés bajan, hay incentivo a la inversión, los plazos son larguísimos, y el margen de intermediación de los bancos es bajo —es decir, ganan bastante pero porque son eficientes. En El Salvador, el margen de los ingresos bancarios, frente a lo que prestan, es mucho más pequeño que en el resto de Centroamérica.
¿Sería un escenario improbable para el chavismo?
Si ellos dolarizaran, y entonces procedieran en consecuencia, resolverían un montón de problemas, como la escasez, y pondrían la economía a funcionar. Pero no lo harían porque para ellos el dólar es el diablo.
Si hubiera un cambio de Gobierno —ya sea por elecciones, o porque la Virgen María ilumina a los actuales gobernantes— y dicen, “tenemos que levantar a este país que ahora está destrozado”, hay que hacer mil cosas. Lo primero es estabilizar y dar seguridad monetaria y económica. Si dolarizan, cambian las expectativas, y la gente dice: “esto viene en serio, ya no vamos a tener inflación”.
Tiene que haber un período de cooling off, en el cual se deje de imprimir bolívares, se ajusten los precios relativos, y se deje que el dólar baje
La otra alternativa es que se inventen el bolívar fuertísimo, pero ¿quién les va a creer?. Una moneda es fuerte mientras la gente la demande, por eso, la dolarización es la salida más fácil para Venezuela.
Pero, ¿cómo ajustar el ingreso de la población si el salario mínimo se acerca apenas a los US$30?
Ese es el problema que tenían en Ecuador, y a mi manera de ver lo resolvieron mal. Ellos dolarizaron de un día para otro, pero cambiaron la tasa de cambio en los seis meses siguientes. Fueron devaluando el dólar ecuatoriano para que se ajustara a todos los precios relativos.
En una situación como la que está Venezuela, en la que unos precios suben mucho más rápido que otros, hay una brecha grandísima, porque la gente no puede comer a los precios del mercado negro. Uno traduce a dólares un cincho [cinturón] y puede valer más que una joya, porque los precios relativos se desajustan.
Por eso, tiene que haber un período de cooling off, en el cual se deje de imprimir bolívares, se ajusten los precios relativos, y se deje que el dólar baje. Los salarios en dólares aumentarán hasta un punto en el que se van a estabilizar, y la brecha en relación a los precios no será tan amplia. Pero por la situación actual, ahorita no es el momento de dolarizar.
Más allá de la impresión, ¿en Venezuela el precio de la moneda no varía también por la especulación que produce la situación política?
Sí. En el momento en el que cambien la expectativas, ya no habrá especulación, va a bajar el dólar negro. Y sustancialmente.
Al dolarizar, ¿no existen vulnerabilidades por depender de la Reserva Federal de un país ajeno?
¡De todos modos dependemos! Hoy día Venezuela depende más porque como han manejado tan mal la política, ahorita el país, que es tan rico, depende de la caridad ajena, debido a que tienen una moneda propia devaluada. Las acciones de la Reserva Federal de Estados Unidos nos afectan a todos. Ya se tenga moneda nacional o no, porque esas ya son las condiciones del mercado.
Si se compara una gráfica que reporte los precios internacionales de las materiales, con las importaciones de Estados Unidos, se verá que están estrechamente relacionadas.
Entonces, cuando Estados Unidos se porta mal, e importa un montón, todo el mundo crece. Por ejemplo, China exporta más cosas Estados Unidos y le compra más materias primas a América Latina. Esto que digo es la muerte para toda la izquierda. No se dan cuenta de que China es un intermediario para venderle las misma cosas a Estados Unidos, y que a ellos les va bien cuando Estados Unidos compra más. Ya dependemos de Estados Unidos.