Luego que trascendiera la transcripción de una conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo Enrique Peña Nieto, muchos temas desataron polémica, y uno de ellos fue la afirmación del republicano sobre el envío de tropas a México para matar narcotraficantes.
El diario estadounidense The Washington Post cuestionó: “¿Puede enviar Trump tropas a México?”, a esta pregunta respondió Peter DeShazo, profesor de asuntos latinoamericanos del Colegio Dartmouth:
“Es improbable que el gobierno mexicano permitiría unidades de élite, como las Boinas Verdes o los SEALs, para enfrentar a los cárteles de la droga, o jugar un papel activo en asesorar y apoyar a las unidades mexicanas. No es un tema unilateral. El crimen organizado es un asunto internacional y no un tema doméstico de México”.
Sin embargo, el columnista mexicano Raymundo Riva Palacio indica que ni The Washington Post, ni DeShazo están en la perspectiva correcta en cuanto al tipo de intervención a la que se refiere Donald Trump ya que los militares estadounidenses “hace tiempo están en México”, indica.
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“La presencia militar tiene distinta cara y existe en México desde hace varios años. Incluso, desde los albores de la Segunda Guerra Mundial, se firmó un oscuro tratado bilateral donde ambos países pueden utilizar, sin necesidad de solicitar autorización, los aeropuertos y las bases militares de cada nación en situaciones extraordinarias”, detalla Riva Palacio en su columna publicada en el diario El Financiero.
Según el columnista, ya hay bases militares estadounidenses en las cercanías de Ciudad de México, Veracruz y Acapulco además detalla que “la CIA también ha trabajado con los comandos mexicanos, a quienes actualizó mediante contratistas privados en instalaciones secretas cerca de la Ciudad de México. La CIA, aunque no es militar, fue clave en la primera captura de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Mazatlán, donde también participaron SEALs estadounidenses encubiertos”.
Entre 2014 y 2016 incrementaron un 20 % los programas que se desarrollan entre los ejércitos de ambos países que van desde “compartir inteligencia para atacar por aire, tierra y mar a los cárteles de la droga de Centro a Norteamérica, a asesoría legal de abogados estadounidenses a los militares mexicanos para la observancia de los derechos humanos”, indica Riva Palacio.
Se han agregado USD $27 millones para entrenar a los comandos mexicanos en diferentes tácticas militares. El ejercicio más reciente se dio en el pasado mes de julio en la base aérea de Hermosillo en el estado de Sonora.
La presencia militar ya está en el país azteca: “Eso ya sucede, de manera más profunda, sin que parezca haberle importado a la oposición mexicana la forma como, en particular la Marina, se injertó dentro de los modelos estratégicos de seguridad de la Armada estadounidense”, asegura el columnista.
“No habrá tropas marchando sobre territorio mexicano, aún si existiera una autorización del gobierno y el Congreso, porque en realidad no se necesitan. La lucha contra el narcotráfico no llegará a la victoria si sólo se utiliza la fuerza. Trump y quien le haga caso llegaron tarde a la historia. Militares estadounidenses con capacidad operativa y de decisión en México, hace tiempo llegaron para quedarse”, concluye Riva Palacio.
Fuente: El Financiero