Desde antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzara su visita a Israel, ya pudo haber hecho historia. Esto se debe a que se cree que el viaje del gobernante estadounidense de Riad a Tel Aviv, este lunes, fue el primer vuelo directo entre Arabia Saudita e Israel.
Donald Trump aterrizó en el Aeropuerto Internacional Ben-Guriion para una visita de dos días a Israel así como a territorios palestinos como parte de su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo en la Casa Blanca.
Un portavoz de la autoridad aeroportuaria de Israel, dijo que no tienen registro de que ningún vuelo directo hubiera aterrizado en Israel desde Arabia Saudita, ya que este último no reconoce a Israel y los dos estados no tienen relaciones diplomáticas. No hay vuelos directos entre los dos países y los vuelos de cualquiera de los dos países evitan el espacio aéreo del otro.
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Después de que Trump aterrizara en Tel Aviv, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó “tenemos esperanza de que un día un primer ministro israelí pueda volar de Tel Aviv a Riad”. Los únicos vuelos directos desde Israel a los estados árabes son a Egipto y Jordania, los cuales firmaron tratados de paz con Israel.
Aunque ninguno de los dos países está en condiciones de indicar a Donald Trump dónde volar, su llegada refleja, sin embargo, la relación que se puede estar dando entre ellos. Los dos países han desarrollado vínculos secretos basados en sus preocupaciones compartidas sobre la creciente influencia regional de Irán. El primer ministro Netanyahu frecuentemente se jacta de su cooperación tras bastidores con países moderados que se cree que incluyen Arabia Saudita y otros estados del Golfo.
Durante su visita, se espera que Trump haga un esfuerzo para relanzar las prolongadas conversaciones de paz entre Israel y los palestinos. Está previsto que se reúna por separado con Netanyahu en Jerusalén y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en Belén.
Como parte de su enfoque, el presidente estadounidense ha expresado su interés en forjar una perspectiva regional que involucre a Israel y al mundo árabe en general para ayudar a resolver el conflicto de décadas. Su visita a Arabia Saudita, y el discurso a los líderes de más de 50 países mayoritariamente musulmanes el domingo, es un reflejo de eso.
En Arabia Saudita, el presidente Trump llamó al mundo musulmán a combatir la radicalización. Dijo que si los cristianos, los musulmanes y los judíos unen sus fuerzas, “la paz en este mundo es posible, incluida la paz entre Israel y los palestinos”.
Fuente: AP