La Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados aprobó por mayoría la reforma a la ley general de educación que tiene como objetivo apoyar la revalidación de estudios de los migrantes mexicanos que regresen a su país, especialmente a los “soñadores” (término usado para quienes se van a Estados Unidos a cumplir el “sueño americano”) que sean repatriados por el gobierno de Estados Unidos.
Dicha reforma fue aceptada en los mismos términos que la avaló el Senado de la República y se espera que durante la presente semana se realice un debate en el Pleno de la Cámara de Diputados. Sin embargo, con esto, la diputada Patricia Aveces, dijo que tres de los 12 artículos reformados dan pie a la privatización de la educación.
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“Si el problema migratorio realmente fuera el centro de esta iniciativa, se hablaría de apoyar a las escuelas rurales y comunitarias, en donde se concentrará el grueso de la población que regresará debido a las deportaciones masivas” indicó la legisladora.
Pero estos argumentos fueron refutados por las demás fuerzas políticas. El secretario de la Comisión y miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Luis Manuel Hernández, destacó que ninguna autoridad mexicana sabe el número de “soñadores” que arribarán al México con las deportaciones masivas.
“Tenemos un problema, no sabemos cuántos niños ni jóvenes vengan en las próximas semanas o meses. No sabemos si se van a quedar en la frontera, no sabemos si van a ir a Guanajuato, o a Michoacán, o a Oaxaca, o a Guerrero, o a las entidades donde están sus orígenes y no sabemos de qué tamaño va a ser el problema ni por niveles, ni por modalidades, ni por regiones” dijo el sindicalista.
Por su parte la presidenta de la Comisión, Hortensia Aragón, dijo que la reforma mencionada, otorga facilidades a los migrantes que regresan a México para reintegrarse al sistema educativo nacional, sin importar su condición migratoria o los documentos con los que cuentan, pero, de ninguna manera se trata de algo que afecte la calidad educativa.
Fuente: Excelsior