El 18 % de los crímenes que se cometen en Estados Unidos son perpetrados por personas de origen latino o hispano sin que interfiera su estatus migratorio según lo indican las estadísticas de 2015 de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés).
Por otro lado, el 1,6 % de los 11 millones de inmigrantes entre los 18 y 39 años guarda prisión, lo que significa un promedio bajo respecto al 3,3 % de la población nacida en Estados Unidos que está en las mismas condiciones, y del total de la población que está encarcelada en Estados Unidos el 19,8 % son de origen hispano.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho en diferentes momentos que la comunidad inmigrante, puntualmente la mexicana, representa un incremento en las tasas de criminalidad.
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En recientes informes del Departamento de Justicia de Estados Unidos se indica que en 2015 se cometieron 6,5 millones de crímenes que se catalogaron según la etnia del infractor. Los inmigrantes mantienen un índice bajo de criminalidad ya que en los recientes años la tasa de arrestos de la comunidad latina se encuentra entre 16,6 % y 18,4 % mientras que la correspondiente a los estadounidenses se ubica entre 68,9 % y 69,7 %.
Un estudio del Consejo Americano de Inmigración que se tituló “La Criminalización de la Inmigración en Estados Unidos” idica que los inmigrantes son menos propensos a convertirse en criminales en comparación con las personas de origen estadounidense.
Este reporte indica que entre 1990 y 2013 la cifra de inmigrantes indocumentados incrementó de 3,5 millones a 11,2 millones y en ese mismo período el FBI indicó que la tasa de delitos violentos decreció 48 % igualmente el índice de delitos contra la propiedad disminuyó 41 % lo que llevó a la conclusión de que “en definitiva, la migración no aumenta la violencia“.
Fuente: Milenio