Scott Pruitt, designado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para dirigir las políticas ambientales de ese país, fue señalado por ser un reconocido escéptico del cambio climático, pero recientemente también ha salido a la luz que actuó en complicidad y defendió a empresas contaminantes según revelan miles de correos electrónicos que se hicieron públicos por una demanda por transparencia.
Fueron 14 veces las que Pruitt demandó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), cuando fungió como fiscal general de Oklahoma, con el fin de defender a las industrias más contaminantes y que estaban en oposición a las regulaciones ambientales.
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Según el reporte de 6.000 páginas requerido por un juez, el ahora funcionario del gobierno de Donald Trump, se reunió con los directivos de las empresas que estaban siendo afectadas por “exceso de regulaciones” y les permitían que escribieran las cartas que enviaban a la Administración Pública Federal.
Las demandas que Pruitt impuso contra la EPA fueron porque consideraba él y sus representados que el exceso de las disposiciones ambientales eran un freno para la actividad industrial del estado de Oklahoma.
Pruitt fue cuestionado durante sus audiencias en el senado para discutir su ratificación en el cargo para el que fue nominado por Donald Trump, respecto a su polémica postura respecto al cambio climático, a lo cual el abogado respondió que la actividad humana afecta “en alguna medida” el cambio climático.
Fuente: Animal Político