El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, es fundador y accionista de, por lo menos, ocho fábricas de autopartes en México misma que suplen de insumos a compañías automotrices. El empresario de 79 años de edad, tiene dentro de las responsabilidades delegadas por Donald Trump, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Según los registros del Trabajo de Estados Unidos, Ross ha trasladado a México al menos 2.700 empleos desde 2014. Todo comenzó en el año 2006 cuando el ahora funcionario en conjunto con un grupo de inversionistas dirigidos por Franklin Mutual Adviser, fundó la compañía International Automotive Component Group (IAC Group) y en ese mismo año compró por medio de esa compañía, a una de las principales fábricas de autopartes establecidas en Ciudad Juárez, Chihuahua: Lear Corporation.
En el sitio web de IAC Group se informa que mantienen ocho plantas productoras en México, sin incluir a Lear, estas están ubicadas en Arteaga, Coahuila; Hermosillo, Sonora; Santa Catarina, Nuevo León; San Miguel Xoxtla, Puebla; El Marqués, Querétaro; Ramos Arizpe, Coahuila; Saltillo, Coahuila y Toluca, Estado de México.
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Estas sedes en México se encuentran con el nombre de IACNA y con modalidad AAA, la que es una certificación fiscal para empresas con mayor eficiencia y créditos fiscales. También ha trascendido que el mismo día que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, ellos renovaron concesiones según el registro público.
El grupo fundado por Ross fabrica autopartes de ensamblaje para las puertas de automóviles, paneles, consolas, pisos, sistemas acústicos y otras partes exteriores e interiores, según describe el sitio web. Dentro de sus principales clientes de dicha compañía destacan BMW, Fiat Chrysler Automobiles, Ford, General Motors, Honda, Mercedes, Nissan, Toyota, Volkswagen, Hyundai/Kia, Volvo Truck y Freightliner.
Es importante destacar que las leyes estadounidenses obligan a los funcionarios públicos de ese país, exceptuando al presidente, a entregar el 90 % de sus acciones en empresas privadas para que no existan conflictos de interés, y esto fue aceptado por Ross en su audiencia en el Senado, pero actualmente se desconoce si ya cedió sus acciones del mencionado grupo.
“No soy anticomercio, soy procomercio, pero un comercio sensible. Ser anticomercio es una desventaja para el trabajador americano y para la industria manufacturera americana” dijo Ross durante su audiencia de ratificación en la secretaría de Comercio estadounidense.
Fuente: El Universal