El gobierno de México ya se prepara para hacer frente al impuesto fronterizo que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido establecer. Según el secretario de Economía del país azteca, Ildefonso Guajardo, reveló que se encuentran estudiando la posibilidad de establecer incentivos fiscales similares a los del republicano para las empresas y a su vez que eleven las recaudaciones.
“Debemos tomar una acción fiscal que claramente la neutralice; pero es muy importante que estemos listos para poder completar con otras acciones los ingresos fiscales” indicó que funcionario que también agregó: “Es clarísimo que tenemos que estar preparados para poder inmediatamente neutralizar el impacto de una medida de esa naturaleza”.
Luis de la Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera SC, señaló que la discusión de esta medida fiscal sería más importante debido a su impacto que la misma renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
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“Hay rumores de que se está analizando un impuesto, donde no permitirían dedudir el costo de las importaciones y, por otra parte, si deducir el costo de las exportaciones y de las ganancias generadas por las exportaciones” indicó el director de la secretaría de Economía de México.
Según las estimaciones de la secretaría de Economía, el impuesto fronterizo que ha prometido Donald Trump, perjudicaría a una tercera parte de los agentes económicos de Estados Unidos y además violaría las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
“Hay dos modalidades de ese impuesto: una es con corrección en la frontera y otra es sin corrección en la frontera. Esa es la discusión más importante en Estados Unidos, es una predicción que estoy haciendo, y no las negociaciones comerciales” indicó De la Calle.
El economista también señaló: “Si Estados Unidos cambia radicalmente su régimen fiscal, los principales socios comerciales de Estados Unidos tienen que hacer una evaluación sobre también modificar el suyo. No pueden pensar que van a tener un régimen discal muy distinto al estadounidense”.
Fuente: El Economista