El robo de combustible es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) debido a entre otras cosas los daños que estos grupos delictivos causan en las vías de distribución así como en las pérdidas de carburantes que se traduce en millones de dólares.
Una de las zonas más afectadas por los “huachicoleros” como se les conoce a quienes roban combustible, es el estado de Puebla en donde en una superficie de 100 kilómetros hay un robo promedio de 15.000 barriles diarios de gasolina lo que equivale a 2.382.000 litros.
Para combatir este ilícito Pemex compró equipo tecnológico fabricado en Israel; este sistema cuenta con cámaras de seguridad con las que se puede mantener vigilancia en un radio de 24 kilómetros, también un helicóptero que sobrevolará durante el día con el apoyo del Ejército Mexicano y por la noche se hará uso de drones.
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En total la zona comprende 600 kilómetros y es de donde Pemex abastece principalmente el centro de México, sin embargo, de estos son 100 kilómetros los más peligrosos y se encuentran en una zona poblada que comprende cuatro municipios de Puebla: Quimixtlán, Tepeaca, Tamachalco, Acatzingo y Palmar de Bravo.
El personal de la petrolera estatal reconoce que el reto de combatir a estas bandas delincuenciales no es fácil ya que cuando los delincuentes conectan sus mangueras al poliducto pueden extraer 1.000 litros por minuto.
Actualmente la secretaría de la Defensa Nacional así como la misma seguridad de Pemex tardan 15 minutos en dar respuesta a las denuncias, tiempo que no es suficiente ya que cuando llegan a los puntos, muchas veces los “huachicoleros” ya han huido con los camiones cargados de combustible.
En el equipo israelí que adquirió Pemex se encuentran camiones militares especiales conocidos como Stalker y Tiger. El primer incluye una cámara especial que tiene alcance de 24 kilómetros por donde pasan los ductos, además contiene varios monitores por donde se observa el movimiento de los delincuentes.
También cuenta con dos sistemas tecnológicos llamados Leak Lab y AVL, los que tienen sensores eletro-ópticos, radares de alto alcance y sistemas GPS, con los que se observan las rutas por donde transitan los delincuentes. Mientras que el camión militar Tiger recibe señales en tiempo real del helicópeto así como de los drones que vigilen la zona.
Fuente: Milenio