El cine mexicano cerró el 2016 con 30 millones de boletos vendidos y unos 1.200 millones de pesos (US$60 millones) en taquilla, lo que representa un año de recuperación, alcanzado los números récord que tuvo en 2013.
Sin embargo, en 2013 fue el “año Dérbez”, gracias el actor y director mexicano Eugenio Dérbez cuya película “No se aceptan devoluciones” vendió 16 millones de boletos y reportó más de 600 millones de pesos (US$30 millones).
El panorama en 2016 fue distinto, ya que la taquilla se la repartieron seis películas que rebasaron el millón de boletos vendidos, y ocho obras cinematográficas rebasaron las 500 mil entradas. Por otro lado, 12 películas rebasaron los 700 mil espectadores, dentro de las que se encuentran “Macho“, “Desierto“, “Jeremías” y “La vida inmoral de la pareja ideal“.
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Pero más allá de un buen cierre de 2016, el cine mexicano es inestable en taquilla; en 2012 alcanzó 471 millones de pesos (US$23,5 millones) y en 2014, después del “año Dérbez”, la taquilla volvió a caer a 1.023 millones (USD$51 millones).
En 2015 la tendencia a la baja se mantuvo, reportando 739 millones de pesos en taquilla (USD$37 millones).
Esta fluctuación es atribuida a problemas de distribución y exhibición, ya que la mayoría de las películas del cine mexicano no permanecen más de una semana en cartelera y no superan los 20.000 espectadores.
Durante 2016 se produjeron 160 películas mexicana; el gobierno federal apoyó por medio de estímulos fiscales la producción de 80 largometrajes y 29 cortometrajes.
El panorama cambiará en 2017 ya que un recorte en el presupuesto afectará el subsidio al cine mexicano. El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) tendrá un recorte de 17% respecto a lo asignado en 2016, afectando la producción y distribución en México.
Fuente: El Economista.