
Las últimas medidas tomadas por el presidente Barack Obama respecto a la flexibilización las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en materia de comercio y viajes ha causado indignación en un buen número de cubanoamericanos en el sur del estado de la Florida, en el Congreso y en otros sectores.
Sin embargo, a pesar de la molestia y de la creencia de congresistas y algunos especialistas legales de que dichas medidas tomadas por el presidente estadounidense violan la Ley Helms Burton de 1996, saben que derogar la apertura hacia el país caribeño sería difícil.
La Ley Helms Burton establece estrictos límites sobre cuándo se puede restablecer las relaciones comerciales con Cuba, pero parece no ser suficiente para dar marcha atrás a las medidas anunciadas por el mismo Obama el pasado viernes.
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Un exfuncionario de la rama ejecutiva del gobierno federal de Estados Unidos manifestó al diario El Nuevo Herald que “el método usado por la administración de Obama para desmantelar el embargo ha hecho extremadamente difícil deshacer lo que ellos han hecho, porque los procedimientos para derogarlo son limitados”, dijo la persona de manera anónima pero que participó en la redacción de la Ley Helms Burton.
El Congreso aunque intente llevar a los tribunales a la administración actual como ha sucedido anteriormente, no cuenta con el suficiente apoyo para hacerlo y también podría aprobar una legislación para que los cambios sean bloqueados pero sería un esfuerzo que necesitaría ser aprobado en ambas Cámaras del Congreso y firmado por el presidente, aspectos que no están garantizados.
Cambios irreversibles
Por su parte la Casa Blanca ha defendido estas medidas y afirma que el presidente tiene la autoridad legal para realizarlas, pero funcionarios de esta administración han ocultado que lo que están tratando es de que estos cambios sean “irreversibles”.
La asesora de Seguridad Nacional de la administración Obama, Susan Rice, expresó este viernes durante el anuncio de la nueva ronda de cambios regulatorios que el “sentido común” impediría que otros trataran de dar nuevamente rigidez al embargo: “sería un error profundo dar marcha atrás el reloj” dijo Rice.
Al respecto el Congresista republicano Mario Díaz-Balart ha expresado que los cambios deberán esperar a otro presidente ya que actualmente parece una posibilidad remota.
Por su parte la candidata demócrata Hillary Clinton, se ha comprometido a dar seguimiento a las medidas emprendidas por Barack Obama para seguir expandiendo los vínculos con Cuba, contrario a esto, Donald Trump, candidato republicano, han prometido derogarlas manifestando que las derogarán hasta que la libertad en la isla sean restablecidas.
Fuente: El Nuevo Herald