El conflicto en Siria ha desplazado a miles de sus ciudadanos por el mundo llevándolos a reconstruir sus vidas en países lejanos al suyo, pero donde pueden encontrar seguridad y oportunidades que ya no tienen en su país por la guerra. La cadena de noticias Aljazeera encontró a dos de estos jóvenes que se encuentran actualmente buscando un mejor futuro en México.
Zain Ali y Hazem Sharif se encuentran en la ciudad de Aguascalientes, donde recientemente les fue aprobada su residencia como estudiantes y se encuentran estudiando español en la Universidad Panamericana. El poder comenzar una nueva vida en el país azteca les es posible gracias al Proyecto Habesha que ayuda a jóvenes sirios a alcanzar sus títulos universitarios y reconstruir sus vidas ahí.
“Lo único que quería era estudiar”
Hazem relata que como kurdo sus oportunidades habían sido siempre limitadas, “en Siria nunca podíamos obtener trabajo o estudios universitarios por parte del Gobierno” dijo.
El joven que relató que la discriminación institucional de la que él fue testigo en su país hizo que muchos como él e incluso menores buscaran salir de ahí y los que no lo lograban eran capturados por los rebeldes obligándolos a pelear contra el gobierno de Bashar al-Assad. A medida que el levantamiento se fue convirtiendo en guerra, comenzaron los problemas para Hazem según su relato.
Se vio en la necesidad de salir hacia Sirte, y luego hacia Irak donde sostuvo la condición de refugiado por un tiempo y los trabajos a los que pudo optar eran en el área de la construcción o lavando platos “cuando lo único que quería era estudiar”, relata.
“Fuimos muy optimistas al inicio de la revolución en Siria”
Por su parte Zain recuerda con cariño los edificios de 300 años de antigüedad y vastos mercados del centro histórico de Alepo , su ciudad natal.
Dice que el cambio en su país era necesario, pero que nunca esperaron que se convirtiera en una guerra: “fuimos muy optimistas al inicio de la revolución, todos lo eramos, sin importar nuestro origen” narra el joven sirio que tuvo que dejar todo atrás en junio del 2012 cuando sintió que crecía la presión porque se enlistara en las fuerzas sirias que estaba buscando miembros.
“La revolución era una ventana a otras posibilidades, pero esa ventana se cerró en el momento que hicieron el primer disparo” lamenta Zain.
Zain escapó con su familia a Beirut, Líbano, donde pasó 18 meses de trabajo a tiempo parcial como un terapeuta de voz de las personas transexuales y a la vez trató de lidear con la burocracia estatal para ingresar a una universidad, y fue en ese ir y venir de trámites que supo del Proyecto Habesha.
“Estamos construyendo un puente”
Habesha se describe como una iniciativa humanitaria internacional que es liderada por México que hace posible que estudiantes que viven en calidad de refugiados en países vecinos puedan viajar a este país a continuar con sus estudios.
Al llegar al país norteamericano los estudiantes se inscriben en clases intensivas de español en la Universidad Panamericana como Hazem y Zain, y un comité de estudiantes voluntarios les ayuda a integrarse a través de actividades culturales. Cuando están listos, los estudiantes pueden solicitar cursos en diferentes universidades de todo México.
El coordinador de este proyecto es Adrian Meléndez, quien actualmente está dando asesorías a instituciones europeas para replicar este modelo en otros países.
“Estamos construyendo un puente” dice Meléndez, quien agrega: “nos remiten jóvenes que quieren seguir sus estudios, no nos importa su origen, sexo o interés académico, una vez que los tenemos con nosotros, están seguros”.
Los primeros jóvenes que se integraron a este proyecto llegaron a México en el mes de septiembre del 2015, relata Meléndez quien dice que su país es la capital mundial del exilio, ya que históricamente ha alojado personas desde la Guerra Civil Española hasta los que huyeron de Centroamérica por los conflictos en los años 80 y 90.
“La gente siempre ha mirado a México como un país donde se puede comenzar de nuevo y con estos chicos no será la excepción” dice Meléndez.
Actualmente Zain piensa que su sueño de estudiar arquitectura será una realidad ya que según dice “como refugiados nuestro futuro estaba congelado, pero como estudiantes todo es posible”.
Fuente: Aljazeera