El papa Francisco continúa dando pasos hacia la renovación de la Iglesia Católica, iniciando un camino nunca antes explorado.
A través de un documento de 256 páginas denominado Amoris Laetitia, “La alegría del amor” en latín, hizo un llamado este 8 de abril a los sacerdotes de todo el mundo para que acepten y reciban a divorciados, familias monoparentales, homosexuales y parejas heterosexuales que viven juntas pero que no están casadas.
“Un pastor no debe aplicar leyes morales a aquellos que viven en situaciones ‘irregulares’, como si tuviera la potestad de lanzar piedras a la manera de vivir la vida de cada persona”, confesó el sumo pontífice.
En un nuevo paso hacia la apertura, el papa abrió la posibilidad de que las personas divorciadas que se hayan vuelto a casar tengan la posibilidad de recibir la sagrada comunión, una aceptación plena en la Iglesia que hasta el momento no se producía.
Con este llamado, la Iglesia se abre a una serie de personas que, hasta el momento, no eran bien recibidas. La apertura del Papa Francisco ha servido para dar un paso al frente hacia varios estilos de vida que, por fin, pasan a ser aceptados.
Sin embargo, aún no se han explorado todos los caminos, y el máximo mandatario de la Iglesia Católica insiste en que los matrimonios homosexuales no son el equivalente de los heterosexuales.
El papa Francisco también defendió el valor de la vida humana y rechazó prácticas como el aborto o la eutanasia, al tiempo que recordó al personal sanitario “la obligación moral de la objeción de conciencia”.
En el documento Amoris Laetitia, señala que “la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización e incluso del aborto”.
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Negativa total con el aborto
“Estas medidas son inaceptables incluso en lugares con alta tasa de natalidad, pero llama la atención que los políticos las alienten también en algunos países que sufren el drama de una tasa de natalidad muy baja. Esto es actuar de un modo contradictorio y descuidando el propio deber”, agrega el texto oficial.
En este sentido, anima a las familias que no pueden tener hijos a que adopten y “sean magnánimos y abran su amor para recibir a quienes están privados de un adecuado contexto familiar”.
“Adoptar es el acto de amor de regalar una familia a quien no la tiene. Es importante insistir en que la legislación pueda facilitar los trámites de adopción, sobre todo en los casos de hijos no deseados, en orden a prevenir el aborto o el abandono”, expuso. Respecto a “la eutanasia y el suicidio asistido”, sostiene que “son graves amenazas para las familias de todo el mundo”.
Fuente: El Confidencial.