El uso del “coyote” para transitar la ruta migratoria se incrementa entre los hondureños que buscan llegar a Estados Unidos y que no tienen una visa para ingresar. En 2015, la cantidad de migrantes de este país centroamericano devueltos desde el país norteamericano que dijeron haber usado un “coyote” en su tránsito por México se expandió a 49%.
La cifra contrasta con el 18% de hondureños retornados que reportaron usar “coyote” durante la ruta migratoria. Así lo refleja el informe La Migración Hondureña en Cifras 2009-2015 divulgado por el Colegio de la Frontera Norte.
Frente a estas cifras, la primera dama de Honduras, Ana García de Hernández, les advierte del peligro que corren al usar “coyotes” para llegar a Estados Unidos.
Los traficantes de personas en Centroamérica son llamados “coyotes”, porque ese animal se parecen a los lobos, un tanto disminuidos, tienen orejas largas, grises, veloces, comen ratas, cazan de noche y son propios de América del Norte y del istmo centroamericano. Esas características hacen que su nombre calce perfectamente con la descripción de los tratantes de personas que operan en la región usando “mercancía humana”, que trasladan hacia el norte del continente o que venden en su paso por México. A los “coyotes” también se les conoce en México como “polleros”.
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El horror de la ruta de los migrantes
Para muchos, los “coyotes” resultan un trampolín útil para saltar fronteras, para otros, muchos de ellos se alían con grupos criminales como los “zetas”, los mismos a los que se responsabiliza de la matanza de 72 migrantes en agosto de 2010, en San Fernando Tamaulipas, la mayoría hondureños.
Muchas alianzas entre “coyotes” y carteles, sirven para secuestrar y cobrar rescate a las familias de los viajeros; otros son usados de mulas del narco y las mujeres, especialmente, son sometidas a trata sexual.
No faltan “coyotes” que roban el dinero a sus víctimas y les abandonan; muchos mueren en el desierto mientras otras se quedan en las carreteras y caminos mexicanos.
En el país azteca las rutas y los poblados son diversos para poder cruzar, pero en cada una hay bandas criminales y autoridades coludidas, ya sea usando el tren carguero, viajando en autobuses, caminando en carreteas o empleando otros medios, los peligros y los cobros son más altos en la medida en que se acercan a la frontera norte.
Fuente: Proceso Digital.