Berlín, 6 sep (EFE).- El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, había llegado este viernes a la base aérea de Ramstein con un objetivo prioritario que no ha conseguido: el permiso de sus principales aliados para que el Ejército ucraniano pueda atacar con armamento de largo alcance occidental objetivos militares situados en Rusia.
La petición de Zelenski no obtuvo la respuesta esperada por parte del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, quien, como representante del principal suministrador de armas a Ucrania presidía la reunión, y que volvió a descartar este paso que Kiev considera imprescindible para decantar la guerra a su favor.
“No hay una sola capacidad que pueda ser decisiva en la campaña”, dijo Austin desechando los argumentos de Kiev al término de la reunión.
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Según el secretario de Defensa, Rusia ya ha trasladado los aviones de combate con que bombardea Ucrania más allá del alcance de misiles estadounidenses de larga distancia como los ATACMS, por lo que el permiso para utilizarlos contra territorio ruso no cambiaría las cosas.
“Hay muchas capacidades que tiene Ucrania en términos de drones, etcétera, para abordar esos objetivos”, enfatizó el representante de Washington.
Nuevos paquetes de ayuda
Pese a que no consiguió el salto cualitativo que buscaba en el apoyo militar de sus socios, Zelenski sí obtuvo de su primera participación presencial en la reunión de Ramstein nuevos compromisos de asistencia adicional en defensa de algunos de sus principales socios.
El propio secretario de Defensa de EE. UU. anunció un paquete de ayuda de 250 millones de dólares que incluiría vehículos acorazados para reforzar a las tropas ucranianas en el frente y defensas antiaéreas para proteger a civiles e infraestructuras eléctricas de los ataques con drones y misiles de Rusia.
En la misma línea, Alemania se comprometió a hacer llegar a Kiev una partida de armamento valorada en 150 millones de euros, que reforzará al Ejército ucraniano con doce sistemas autopropulsados de lanzamiento de obuses Panzerhaubitze 2000 que se entregarán entre este año y el siguiente.
Por su parte, España estuvo representada en la reunión por la ministra de Defensa Margarita Robles, que anunció la transferencia inmediata a Ucrania de una batería HAWK completa en la que se integran seis lanzadores de misiles que ya están situados en la vecina Polonia.
Además, el Reino Unido hará llegar a Kiev una partida de ayuda militar adicional por un monto de 162 millones de libras (192 millones de euros) que incluirá 650 sistemas de misiles ligeros multifunción (LMM).
Zelenski pide celeridad en los envíos
El presidente ucraniano agradeció una vez más a sus socios la ayuda que prestan a su país, pero resaltó que los paquetes de ayuda que se aprueban deben llegar cuanto antes al frente para que hagan su efecto en el campo de batalla.
“Es crucial que todas las armas de los paquetes de apoyo lleguen por fin a las brigadas de combate”, dijo el jefe del Estado ucraniano en la apertura de la reunión en Ramstein.
Ucrania se ha quejado de los retrasos en la materialización de las partidas de asistencia en defensa que los aliados aprueban.
En este sentido, Zelenski explicó que las tropas ucranianas trabajan “con un mínimo de armamento”, y señaló que Ucrania necesita “más armas para expulsar a las fuerzas rusas” de su territorio y, en especial, de la región oriental de Donetsk, donde las tropas invasoras centran sus mayores esfuerzos y van ganando terreno paulatinamente.
El presidente ucraniano pidió incrementar la presión sobre Rusia para forzar a Moscú a poner fin a la guerra, algo que, según Zelenski, es posible conseguir este otoño.
Entre las condiciones para hacerlo enumeradas por el líder de Kiev está, según él, en que Ucrania tenga la posibilidad de contrarrestar los ataques aéreos rusos neutralizando en origen con armamento de largo alcance occidental el acoso constante de la aviación rusa.
Pero, Estados Unidos y otros aliados de Ucrania volvieron a dejar claro que no le permitirán a Kiev atacar Rusia con su armamento.