Santiago de Chile, 20 jul (EFE).- El Senado chileno aprobó este miércoles una reforma que busca bajar el cuórum necesario para llevar a cabo reformas constitucionales, un debate parlamentario que se abrió en paralelo al proceso constituyente que atraviesa Chile con la opción del “rechazo” como favorita en todas las encuestas.
Por 41 votos a favor, 2 en contra y 1 abstención, se aprobó la iniciativa, que todavía debe ser revisada en la Cámara de los Diputados y que busca que los cambios a la actual ley fundamental requieran del respaldo de cuatro séptimos de los parlamentarios, en lugar del actual cuórum de dos tercios.
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“Abrimos el candado más grande de la Constitución. Es tiempo de reformas urgentes”, celebró la senadora democristiana Ximena Rincón en redes sociales.
Este proyecto fue presentado por un grupo de la Democracia Cristiana el pasado mes de junio, a pocos meses de que se vote en un plebiscito de sufragio obligatorio si se quiere aprobar la carta magna que Chile comenzó a redactar hace un año o si se prefiere mantener la actual.
La mayoría de los chilenos no es de derecha ni de izquierda; queremos cambios y en paz. Feliz por el apoyo transversal (40 a favor, 3 en contra, 1 abstención) a nuestro proyecto de rebaja de quórums a 4/7 en el @Senado_Chile 🇨🇱 @ximerincon @ArayaPedro @ifloressenador pic.twitter.com/gqA4x7qo7a
— Matías Walker Prieto (@matiaswalkerp) July 21, 2022
Entre los impulsores de la moción destacan figuras que rechazan el proyecto que se someterá a referendo en septiembre y creen que es más efectiva la vía de reformar la Constitución vigente.
El plan B de la izquierda
También apoyaron el proyecto desde la izquierda, ante la posibilidad de que se rechace el nuevo texto en el plebiscito, una opción que cada vez más sondeos dan por vencedora.
En la campaña de cara a esta histórica votación, la derecha se ha alineado para rechazar el nuevo texto, al que califica de “partisano” e “indigenista”, mientras que la izquierda insiste en animar a la ciudadanía a votar por la opción del “apruebo”.
La propuesta comenzó a redactarse como la vía política para amainar una masiva ola de protestas que comenzó en 2019 y dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos y sirvió como plataforma para llevar al poder al actual presidente, el izquierdista Gabriel Boric.