Praia, 12 jun (EFE).- El empresario colombiano Álex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro, cumple este sábado un año detenido en Cabo Verde a solicitud de Estados Unidos, que le acusa de delitos de blanqueo de dinero y reclama su extradición.
Saab fue arrestado el 12 de junio de 2020 cuando su avión privado hizo escala para repostar en el Aeropuerto Internacional Amilcar Cabral de la isla de Sal (el más importante de Cabo Verde), en respuesta a una petición de EE. UU. cursada a través de Interpol.
El aniversario se cumple después de que el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas hiciera este martes a Cabo Verde la insólita solicitud de que “se abstenga de extraditar” al empresario “mientras su caso sea examinado por el Comité o hasta nuevo aviso”; e instara al país africano a permitir a Saab el acceso a “atención médica adecuada”.
El colombiano, de 49 años, interpuso una denuncia ante ese organismo, alegando “tortura y malos tratos” en el momento de su arresto, así como “condiciones inhumanas y degradantes de la detención debido a la falta de cuidados médicos”.
El pasado marzo, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), falló también contra la extradición de Álex Saab y se pronunció a favor de su libertad inmediata. Sin embargo, el Gobierno de Cabo Verde no ratificó el protocolo de 2005 que otorga jurisdicción al tribunal de la CEDEAO en casos de derechos humanos sobre el país.
El Gobierno caboverdiano ya había aprobado el año pasado la extradición del supuesto testaferro y, desde entonces, mantiene que el caso debe seguir sus trámites legales en este país, estando la Procuraduría General a la espera de la decisión definitiva de la Justicia.
Sobornos, intentos de fuga, automutilaciones, nombramiento como diplomático, campañas en las redes sociales y hasta conciertos masivos en plena pandemia. De todo ha intentado la defensa de Álex Saab y el régimen de Maduro para librar al empresario colombiano de la extradición a EE. UU.
Blanqueo de 350 millones de dólares
Tras su detención, Caracas subrayó que Saab es un ciudadano venezolano y un “agente” del régimen, que se hallaba “en tránsito” en Cabo Verde, por lo que sus abogados sostienen que “tenía derecho a la inviolabilidad personal como enviado especial de Venezuela”.
“Mi detención ilegal tiene una motivación totalmente política y es patético que el Gobierno de Cabo Verde haya doblado la rodilla ante (…) EE. UU.”, declaró a EFE el propio Saab en una entrevista hecha a comienzos de marzo desde su cautiverio en Sal, al asegurar que “no colaboraría” con Washington si es extraditado finalmente.
El nombre del empresario apareció en los medios cuando la exfiscal venezolana, Luisa Ortega Díaz, lo acusó en 2017 de ser uno de los testaferros de Nicolás Maduro.
Saab, nacido en Barranquilla (Colombia) y es de origen libanés, guarda relación con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de suministrar con sobreprecios al régimen de Maduro alimentos y víveres para los gubernamentales Comités Locales de Abastecimiento y Producción.
Un funcionario del Gobierno estadounidense indicó en julio de 2019 que con estos comités el empresario colombiano y tres hijastros de Maduro se habrían lucrado con “cientos de millones de dólares”.
Washington también presentó cargos contra Saab y su mano derecha, Álvaro Enrique Pulido, a quienes acusa de blanquear hasta 350 millones de dólares presuntamente defraudados a través del sistema de control cambiario en Venezuela.
Según EE. UU., entre noviembre de 2011 y septiembre de 2015, Álex Saab y Álvaro Pulido se confabularon con otros para lavar sus ganancias ilícitas y transferirlas desde Venezuela a cuentas bancarias estadounidenses, motivo por el que Washington tiene jurisdicción en el caso.