Hay una diferencia fundamental entre lo que son los cambios en los precios relativos, y la inflación. No son lo mismo. Por ejemplo, el costo del huevo de mes a mes puede incrementar su costo de adquisición medido en pesos o expresado en porcentaje. Pero frecuentemente sucede que algunos bienes suben de precio y otros no, incluso que muchos precios se mantienen constantes (en realidad bajan de precio ganándole a la inflación), y otros bienes y servicios incluso se abaratan notablemente.
Las variaciones en los precios del huevo, la carne o de la leche, pueden ser por cambios en precios relativos, es decir, consecuencia de la oferta y la demanda. Un ejemplo simple, en verano la producción de las vacas en diversas zonas productivas del país baja por factores como el excesivo calor, o a finales de invierno sube la disponibilidad del espárrago por lo que sus precios de venta bajan, antes de volver a subir.
Entonces, hay que aclarar que la inflación es un fenómeno monetario. La inflación es la pérdida del poder adquisitivo de la moneda. No es la subida de precios. ¿Cuántos kilos de carne puedo comprar mañana con los pesos que gané ayer? Si hay inflación, alcanzará para menores cantidades de bienes y servicios, por los mismos pesos que antes.
La moneda, como un producto financiero, tiene cambios de precio más acelerados y constantes que el de una barra de pan en tienda, pero al final del día sigue siendo un precio más de la economía. Asimismo, el tipo de cambio es la expresión del precio de una moneda en términos de otra moneda.
Demasiada emisión monetaria, crea un sobrante y si la demanda de dinero no se incrementa al mismo ritmo, se produce inflación. Pero esa inflación sucedió antes de que subieran los precios, nace en el banco central. Además al menos cuatro cosas observamos en la realidad: a) no todo los precios suben al mismo tiempo, b) no todos los precios suben lo mismo, c) hay precios que se mantienen igual, y finalmente d) hay precios que incluso bajan.
Durante el año 2020 en México vimos un incremento de la inflación medida como el aumento de la base monetaria según reportado por Banco de México a través de su Sistema de Información Económica (SIE). Del 28 de abril de 2020 al 28 de abril de 2021 la base monetaria creció de $1.774.553,43 MDP (millones de pesos), a $2.128.511,18 MDP.
Es decir, la base monetaria compuesta por el dinero circulante y depósitos bancarios en cuenta corriente, se incrementó en más de 19 % en 12 meses. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) es muy importante justamente porque tiene un efecto negativo en la inflación actual. Un crecimiento fuerte del PIB disminuye la inflación. Consideremos la caída económica de 2020.
También el tipo de cambio tiene un efecto en la inflación. Si se deprecia el tipo de cambio, sube la inflación. Si el peso pierde poder adquisitivo frente a otras divisas como el dólar o el euro, decimos que sube la inflación.
Como explican los investigadores de Market Trends de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) analizando el caso mexicano:
¨El mecanismo por el que la depreciación impacta en la inflación es el siguiente: una devaluación incrementa las expectativas de inflación, y modifica la tenencia de saldos monetarios en pesos induciendo una mayor demanda por dólares o bienes, reduciendo su demanda por pesos. La tasa de inflación en México de 2016 a 2017 pasó de 2,92 % a 6,04 %. Es decir, la tasa de inflación incrementó un 114 %.¨
Como una economía moderadamente abierta, mucho más libre de lo que fue en el pasado, la moneda mexicana está sujeta a la oferta y demanda en los mercados de divisas, y su fortaleza, su apreciación (o aumento de valor) es importante para que baje la inflación. Igualmente es importante que crezca la producción total de bienes y servicios prestados que componen el PIB, para mantener a raya la inflación.
Rodrigo Hernández Mijares es empresario e Investigador. internacionalista por el ITESM. Coordinador de La Sociedad Bastiat de México, y director Ejecutivo del Capítulo Mexicali, programa del American Institute for Economic Research (AIER).