Por José Francisco Cuevas Vila
Tomás tenía solo 3 años y siete meses, él fue víctima de un asesinato, los detalles así como los culpables se mantienen en reserva durante la investigación y cuentan con todas las garantías que jamás tuvo Tomás. ¿Será Tomás el último niño en ser asesinado? Lamentablemente no, ya que Chile tiene un sistema extremadamente garantista y un poder judicial podrido.
Ahora todos salen a pedir “justicia”, pero ¿cuál podría ser un castigo justo para semejante aberración? ¿cadena perpetua? En Chile muchos son indultados luego de años y la pena de muerte fue abolida. Cuál podría ser la equivalencia ante semejante crimen. La irresponsabilidad de la madre es de una negligencia inexcusable y quiénes estaban al supuesto cuidado de Tomás.
Tomás no podrá ser padre, abuelo y tampoco pudo ser niño. Esto porque un psicópata, aprovechando un sistema judicial garantista y cuidadores negligentes se dio el lujo de quitarle la vida. ¿Qué hacía un niño de menos de 4 años arreando vacas con un tío abuelo a las 19:00 horas? Las explicaciones son tan estúpidas e irracionales, como que sabía volver a su casa, que era muy inteligente y que esto lo hacía habitualmente. No debía estar ahí.
Creo que es hora de que casos como el de Tomás y otros sean castigados con la pena de muerte, no existe otro camino para desincentivar estos casos que se están volviendo habituales y no solo en Chile. Algo similar le pasó al pequeño Gabriel y la sentencia fue categórica.
Mientras esto no cambie, un fuerte llamado a los padres y abuelos a cuidar a los niños, los cuales son sagrados y muchos están constantemente en peligro, que los burócratas hagan su trabajo y las instituciones funcionen, además que los políticos legislen en serio sobre esto y no estén solo pensando en las próximas elecciones, o en un voto más o un voto menos. Acá no debe existir una dualidad moral.