Por José Francisco Cuevas Vila:
Según el filósofo John Locke, para vivir en paz y libre en una sociedad, los individuos deben renunciar a algunos de sus derechos naturales y en cambio de este, tendrían derecho a la vida, la libertad y la protección de su propiedad.
Dado que nacemos con una libertad absoluta, estamos en un estado de guerra permanente para defender nuestros derechos, y por tanto renunciamos a cierto grado de libertad para vivir en sociedad. Esta sociedad debe ser administrada por un gobierno o Estado que garantice estos derechos, quién tendrá el monopolio de la fuerza para que no se vulneren nuestros derechos, de lo contrario no es viable vivir en sociedad.
Chile pasa por una profunda crisis económica y social, un estado de anarquía permanente donde se vulneran los derechos de la inmensa mayoría de la sociedad civil pacífica, con un gobierno incapaz de utilizar el monopolio de la fuerza. Entonces ¿Para que tenemos gobierno? ¿Podemos vivir en sociedad en estas condiciones? Existe un grave abandono de deberes por parte del Gobierno, Congreso y Poder Judicial.
Acá se han usado y manipulado los derechos humanos, y es bastante pantanoso saber cuáles son los derechos humanos, cuántos tipos hay y si todos los ciudadanos tienen derechos humanos. ¿Un comerciante que le destruyen su propiedad privada tiene derechos humanos? No, al parecer en Chile no. ¿Un Carabinero que es apuñalado o recibe una molotov tiene derechos humanos? Tampoco. ¿Un delincuente que quema un paradero de micro, saquea negocios, agrede a Carabineros tiene derechos humanos? Claro que sí y pobre del que lo toque, porque saldrá el Instituto de Derechos Humano a defenderlo, Amnistía Internacional y una serie de organizaciones pro-delincuentes, quienes utilizarán los tribunales o los medios para condenarlo.
Es el mundo al revés. Esto ocurre todos los viernes hace 24 meses y la consigna de este grupo de inadaptados es que renuncie el presidente Piñera, el cuál ganó democráticamente las elecciones presidenciales. El problema de fondo acá es quién le pone el cascabel al gato, si comienza una marcha (no autorizada), hacen barricadas, queman y saquean todo a su paso lógicamente los Carabineros deben actuar, utilizando su legítimo monopolio de la fuerza y deberán reprimir hasta que los inadaptados retrocedan.
Pero tampoco pueden usar sus armas de servicio, y tampoco pueden defenderse. Solo pueden tirar agua y gases lacrimógenos, lo cuál es insuficiente y es un despropósito exponer a Carabineros. Yo no sé en va a terminar esto, pero si el poder legislativo y el poder judicial no apoyan al presidente para que restablezca el orden público, esto no terminará bien. Acá hay diputados que incentivaron la desobediencia civil, han legitimado y convertido en héroes a los delincuentes y los tribunales de justicia dejan a todos libres. Así volveremos a la ley de la selva y un estado de guerra donde cada uno deberá proteger su vida, libertad y propiedad.
José Francisco Cuevas Vila es economista. Fundador y presidente de la Fundación Camino al Desarrollo.