Por Julio Ariza
Hablar de Soros en España es hablar de Pedro Sánchez en el Gobierno, de Grifols en la industria y del independentismo catalán como proyecto de ruptura de la nación; es hablar de sus proyectos para la destrucción antropológica de nuestra sociedad (políticas de género, lobbies LGTBI, destrucción del modelo familiar, lucha contra los valores cristianos y contra las tradiciones españolas, feminismo radical, fanatismo climático, animalismo, veganismo, etc).
Pedro Sánchez es el hombre dispuesto a cumplir la agenda de Soros en España. Para eso está y por eso ha obtenido la protección del magnate.
Soros en la política española
Menos de un mes después de lograr el asalto al poder mediante el apoyo de comunistas y separatistas, el 27 de junio de 2018, Pedro Sánchez recibió a George Soros, una de las grandes fortunas mundiales forjada en el lado oscuro de la especulación financiera, en el Palacio de La Moncloa, casi furtivamente. Serra, Solana y Borrell serían los otros contactos del socialismo con el peligroso especulador financiero. Soros ha cultivado también a la izquierda del PSOE. Se le ha situado en los albores del 15-M, Podemos y plataformas afines al movimiento de desestabilización del régimen constitucional en España. También ha influido en medios de comunicación de la izquierda. El diario.es reconoció haber sido financiado por la Open Society Foundation, propiedad del magnate, en 2016 mediante la concesión de dos becas anuales que ayudaron a pagar unos reportajes sobre las 14 muertes de inmigrantes en Ceuta con los que erosionó políticamente al Gobierno del PP. Sea como fuere, sus numerosos e inconfesables vínculos con movimientos políticos y sociales globales se evidenciaron en 2017 tras la filtración en el portal DCLeaks de 2 576 documentos internos de sus organizaciones.
El profesor y exalto funcionario de la ONU, Juan A. de Castro y Aurora Ferrer han publicado que el papel de Soros entre septiembre y diciembre de 2017 en el conflicto secesionista catalán fue decisivo: “El golpe secesionista catalán no habría sido nunca posible sin la colaboración plena del entramado del financiero, que no filántropo, George Soros y de sus redes. Ello implica la activación de su muy característico modus operandi y de una financiación apropiada a través, entre otros, de la puesta a disposición de dicho conglomerado secesionista, de su complejísima red global de ONG y think tanks locales y globales, guiados adecuadamente desde el observatorio principal de su Open Society Foundations”. Según ellos, “todas las evidencias recabadas y analizadas” confirman la “alta probabilidad” de que en realidad “la injerencia en Cataluña haya sido iniciada, y esté siendo llevada a cabo, por George Soros. Esta injerencia se tradujo en un “aumento exponencial de indicadores de desinformación que enturbiaron notablemente el escenario (fake news, contradicciones, mentiras, omisiones, confusión, alteración de imágenes, alteración de la percepción pública…), especialmente tras los hechos acontecidos el 1-O”. El patrón del procés coincide, además, con “la más pura tradición de los operativos propios a entramados de George Soros” que buscan “la instauración de un Nuevo Orden Global con la fragmentación y desestabilización de Europa como principal premisa”. Es más: “la fragmentación de España constituiría la antesala de las de otras regiones potentes europeas en el marco de sus respectivas naciones. La secesión catalana sería uno de los pasos de Soros tras el Brexit o los esfuerzos por generar conflicto en Europa a través de lobbies a favor del creciente flujo migratorio de Siria hacia Europa (generador de corrientes extremistas capaces de fragmentar ciertos países de Europa)”. Todo lo cual permitiría “desarrollar un mercado global en el que la debilidad de las regiones permitiera la supremacía de los negocios sin trabas gubernamentales”, eso sí, camuflado tras acciones de “falsa filantropía”.
Esos son los planes de Soros para España, a cuyo frente se ha puesto Pedro Sánchez.
Los servicios del CNI consideraron durante la crisis catalana que Soros era una amenaza real para España. La Open Society Foundation de Soros financió con 2,8 millones de euros al lobby Independent Diplomat (que antes había asesorado a Sudán del Sur, Kosovo o Somalilandia en sus procesos independentistas) que, a su vez, asesoró a la Generalitat y a Arthur Mas previo pago (a través de Diplocat) de 1,6 millones de euros entre 2012 y 2016. Pedro Agramunt, señalado por Soros, presentó en mayo de 2018 un contundente informe en París del que no se ha vuelto a hablar.
“Open Society Foundation ha estado inyectando fondos al Observatory DESC, próximo al independentismo, del que fue coordinadora Ada Colau y del que es miembro Gonzalo Boye (el abogado de Carles Puigdemont)”, asegura de José A. de Castro en su libro Soros, rompiendo España. “La independencia de Cataluña interesa a Soros, a su entramado y a sus socios porque desestabilizan a España”. Soros, además, ha invertido a través de sus ONG en DXC Technology, empresa que facilitó el recuento de los votos tras el referéndum ilegal que se celebró en Cataluña.
El hecho de que presuntamente haya financiado ONG que facilitan la inmigración ilegal y al independentismo catalán no son los únicos puntos que han llevado al CNI a vigilar las acciones del magnate. También la batalla contra la desinformación ha llevado a Soros a acoger en su seno a importantes periodistas y políticos de la izquierda; especialmente a través de un proyecto llamado Integrity Iniciative, con el cual se pretende combatir las fake news, pero que, según algunos emails filtrados por Anonymus, no ha hecho más que fomentarlas.
Este es el hombre que ha tomado importantes posiciones de poder en la política y en la industria españolas. Y que, en buena medida, está determinando su agenda.
Soros y Pedro Sánchez
Entre las organizaciones que dirige el clan Soros, destaca una muy próxima a Pedro Sánchez, el Nacional Democratic Institute, que contó con Sánchez como observador en procesos electorales en Marruecos en 2011 y Jordania en 2013, cuando aún era un desconocido y oscuro diputado de tercer nivel que apenas intervenía en el Congreso. El NDI es un lobby (como tal está registrado ante la UE) del Partido Demócrata para la promoción del globalismo progresista entre los partidos socialdemócratas del mundo. El NDI funciona como un lobby de Soros, aunque también está financiado por JP Morgan por el Chase Bank (Rockefeller), por Goldman Sachs y por otras multinacionales impulsoras del poder global. En septiembre de 2015 Sánchez viajó a Estados Unidos, a instancia de Soros, para visitar a la presidente del NDI, Madeleine Albright. La colaboración de Sánchez con el NDI y Partido Demócrata le llevó a visitar Washington en la primera semana de noviembre de 2016 para apoyar la candidatura de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales.
Desde la moción de censura de Pedro Sánchez, ha llegado a entrevistarse hasta ocho veces con George Soros y su equipo. Nada más llegar a la Presidencia del Gobierno, el 27 de junio de 2018, Sánchez recibió a Soros en Moncloa (la primera personalidad internacional que era recibida por el recién presidente). Sin agenda comunicada, sin protocolo, sin luz ni taquígrafos, nadie sabe de qué hablaron. El contenido de la visita relámpago se mantuvo en el más absoluto secreto. Desde entonces, Pedro Sánchez se ha reunido más veces con George Soros y con miembros de su clan que con cualquier dirigente político nacional o extranjero.
Según el profesor De Castro, en septiembre de 2018, a los tres meses de acceder a la Presidencia, un Sánchez sin alianzas ni agenda internacional fue promocionado en la ciudad de los rascacielos por un grupo de empresarios entre los que se encontraba la jefa de inversiones del filántropo millonario en el Soros Fund Management, Dawn Fitzpatrick. El evento lo organizó la Cámara de Comercio de EE. UU. y España (AmChamSpain), bajo el título en inglés: Latin America, the United States and Spain in the Global Economy Forum. En la fotografía oficial de ese acto, aparecía Fitzpatrick junto a Sánchez y un representante de Blackstone, el fondo «buitre» que adquirió en Madrid un paquete de viviendas sociales del Ayuntamiento y fue señalado por la izquierda española (la cuestión le costó a Ana Botella una querella).
En 2019 Sánchez volvía a reunirse con los Soros, concretamente con Alexander Soros, hijo del multimillonario, cuando el presidente del Gobierno participó en la Cumbre sobre Acción Climática y en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Entonces, aprovechó también el viaje para reunirse en secreto con el patriarca familiar, George Soros.
Los desplazamientos del presidente Sánchez a Manhattan han sido constantes. Que se sepa, aparte de reuniones celebradas entre Pedro Sánchez y George Soros de las cuales no tengamos noticias, el último encuentro entre Sánchez y Alexander y George Soros (padre e hijo) se produjo en enero de 2020 durante el Foro Económico Foro de Davos. En ese encuentro Pedro Sánchez tuvo una larga entrevista con Alexander Soros, hijo del multimillonario magnate y especulador financiero. El guateque final al que asistió Sánchez, se celebró en el hotel de cinco estrellas Steigenberger Grandhotel Belvédère. Más allá de los discursos y las reuniones oficiales, todos los asistentes disfrutan de fiestas privadas. Una de las más famosas es la que organizan el millonario ruso Oleg Deripaska y el financiero británico Nat Rothschild, consistente en “interminables servicios del mejor champagne, vodka y caviar ruso entre danzas de cosacos y modelos rusas”, según The Telegraph.
Desde la llegada al poder y tras su vuelta de Davos, Pedro Sánchez ha abrazado la agenda de Soros para el Gobierno del Mundo. A esta agenda, la ONU la ha llamado agenda 2030 y en ella se glosa toda la ideología del Soros y el globalismo. En España, Sánchez ha encargado el cumplimiento de la citada agenda, al Pablo Iglesias y en ella se desarrollan los mandatos de Soros asumidos como propios por Sánchez. En esa agenda, se encuentran solapados los objetivos del globalismo: la destrucción de las tradiciones, el multiculturalismo, el animalismo, el cambio climático y la ideología de género, convertidas en la nueva religión laica del Nuevo Orden Mundial.
3 Soros y la industria. Grifols y la política del multimillonario en Cataluña
En el centro de la estrategia española de Soros aparece también la multimillonaria familia Grifols, dueña de los importantes laboratorios del mismo nombre.
Inversiones aparte (asunto sobre el que enseguida volveremos) se había dado ya una clara confluencia política previa entre Grifols y Soros. El 3 de abril de 2014, en plena ruptura de la Generalitat con España por causa de la convocatoria del inconstitucional referéndum de independencia para el 9 de noviembre, el presidente de la multinacional de hemoderivados Grifols, Víctor Grífols, respaldó a Artur Mas y le animó con las siguientes palabras: “Tire adelante. No se arrugue”. Poco después corrió como la pólvora la noticia de que, frente a la inhabilitación de Mas, Grifols le había ofrecido un relevante puesto de trabajo en su multinacional (otras fuentes señalaron que la filtración obedeció, más bien, a una petición de Artur Mas que a un ofrecimiento del empresario). Grifols siempre se ha pronunciado en favor de referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Grifols dio el salto a la primera división de la industria de los laboratorios cuando la Administración Obama (tan cercano a Soros entonces como Sánchez lo es ahora) se fijó en su empresa. Tal y como informó el diario ABC, la revelación, vía Wikileaks, de la serie de activos que el departamento de Estado norteamericano consideraba estratégicos en el planeta, puso el foco sobre la compañía. Así, en España, la administración estadounidense apuntaba como «activos» a seguir el estrecho de Gibraltar, el gasoducto que une a la Península con Argelia y una división de negocio del grupo Grifols, concretamente la de producción de proteínas terapéuticas derivadas del plasma humano. De esa revelación —informaba ABC en 2014— han pasado cuatro años, un abismo en términos empresariales, en los que Grifols ha seguido creciendo hasta convertirse en el gigante de los hemoderivados que es hoy: con una facturación de 2 741 millones de euros, el 92,4 % procedente del extranjero, fundamentalmente Estados Unidos y Canadá.
En mayo de 2019, ya con Sánchez en Moncloa y en permanente contacto con Soros, el magnate especulador entra en el capital de la compañía catalana de hemoderivados Grifols con una inversión de 42,75 millones de dólares. La compra le otorga 2 125 millones de acciones de la compañía.
Sánchez, Soros, Grifols. El COVID-19
Con más de 25 000 muertes producidas por el COVID-19, 220 000 contagiados y un estado de alarma que está a punto de rebasar los dos meses, con la economía española en jaque y el mayor índice mundial de personal sanitario contagiado, el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha fallado estrepitosamente en la gestión de la crisis, sigue sin hacer los decisivos test diagnósticos a los españoles, que se han demostrado esenciales en todos los países para poder afrontar el combate contra la pandemia ¿Por qué? ¿A qué se debe esa inexplicable tardanza, ese marear la perdiz con la distribución y practica de los test diagnósticos? Nadie se lo explica. La oposición le acusa de planear la desescalada a ciegas mientras el Gobierno se limita a decir que se están distribuyendo y que se comenzarán a practicar en breve.
Según informaba Expansión el pasado 4 de abril: “La multinacional de hemoderivados Grifols está acelerando el desarrollo de métodos de análisis y diagnóstico para la detección del coronavirus”. Las acciones de la compañía se dispararon un 63 % y según el periódico económico la compañía tendría el test disponible para el mes de mayo. Soros se está haciendo rico gracias a su inversión en Grifols. El 5 de mayo, el propio diario económico señalaba que la semana que viene Grifols pondrá a disposición del Gobierno un millón y medio de tests.
¿Hemos estado esperando a que Grifols tuviera preparado el dispositivo para hacer los test, en lugar de acudir a otros fabricantes y mercados? Se trata de una simple pregunta cuya respuesta debe ser también sencilla y contundente. ¿Cuánto influyó Grifols —si es que lo hizo— sobre el separatismo catalán para aupar a Pedro Sánchez a Moncloa? Nadie lo sabe. ¿Qué papel ha jugado Soros —si ha jugado alguno— en todo ello?
Tal y como informa La Vanguardia, “la falta de suficientes test para analizar todos los casos sospechosos de COVID-19 se ha convertido en uno de los principales obstáculos para controlar la epidemia en algunas comunidades. El problema es especialmente acusado en Cataluña, donde en la última semana sólo una cuarta parte de las personas con síntomas de COVID-19 ha tenido acceso a test de diagnóstico”.
“El nuevo test de Grifols, técnicamente llamado TMA, funciona de manera muy similar a los test de PCR que se han utilizado para el diagnóstico de la COVID-19 desde el inicio de la epidemia. En ambos casos se obtiene una muestra de la garganta con un hisopo, se amplifica el material genético con una enzima del grupo de las polimerasas y se comprueba si la muestra contiene material genético del virus”.
Incrementar la capacidad de diagnóstico se considera imprescindible para el plan de desescalada propuesto por el Gobierno, que prevé realizar test de detección del coronavirus a todos los casos sospechosos de COVID-19.
Julio Ariza es abogado, exdiputado español, comunicador y presidente del Grupo Intereconomía.
Este artículo fue publicado originalmente en Rebelión en la Granja.