Por Erik Encinas
El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no ha sabido gestionar la crisis del coronavirus, porque ya en enero conocían a través de varias fuentes de información lo que supondría para España el virus chino de Wuhan, y aun así como auténticos incompetentes no movieron un dedo para reducir su gran impacto sanitario, político, social y económico a diferencia de otros países europeos como Grecia, que sí implementaron medidas preventivas a tiempo. Como consecuencia del esperpéntico ejecutivo, España se ha convertido en el país con más muertes por millón de habitantes por COVID-19, un dato que ejemplifica el desastre al que se ha llegado. Además, conviene resaltar que una de esas alertas fue realizada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), curiosamente los mismos servicios secretos que ahora trabajan por minimizar las críticas al gobierno de manera partidista y servil.
Desde el ejecutivo tampoco se dio toda la información necesaria a los ciudadanos para mantenerse vigilantes frente al temible virus, mientras la comunidad china en España se adelantaba a la cuarentena sabiamente, tras las informaciones que les llegaban de China, mientras el Gobierno lo negaba y animaba a la participación de las manifestaciones feministas del 8-M que fueron sin la menor duda un importante foco de contagio del COVID-19, especialmente en Madrid y Barcelona, donde varios políticos se contagiaron, entre ellos, varias ministras. No olvidemos que la mayoría de los españoles pensaban que este virus afectaría inicialmente menos de lo previsto a la población española, cuando esto era totalmente falso como los hechos más tarde han evidenciado, por lo tanto, si hubiera que ponerle una nota en transparencia a la élite gubernamental, tendríamos que ponerles un suspenso en todo regla, del mismo modo hay que calificar a su caótica gestión de la crisis, llena de bulos gubernamentales, pese a las noticias propagandísticas, el Aló Presidente de Sánchez a través de Moncloa y la censura en los medios de comunicación y las redes sociales.
Cabe destacar que en esta emergencia sanitaria el Gobierno se ha visto excedido por la expansión de la infección y no hay mucho que debatir sobre esta cuestión, pues como he comentado anteriormente hace unos meses ni se contemplaba el escenario actual, pese a las informaciones privilegiadas que unos pocos sí tenían, precisamente por ello se anuló el Mobile World Congress de Barcelona, aunque Pedro Sánchez dijera que se cancelaba por otro motivo en aquel entonces, mintiendo también descaradamente. Dicho esto, si hay algo que se debe reconocer a este ejecutivo, es la labor propagandística, porque ha dejado tras de sí un reguero de falacias y rectificaciones que le han desechado una buena parte de su confianza.
Lo preocupante han sido sus intentos de manipular sobre su falta de previsión al adquirir material médico y su bisoñez al rubricar algunos contratos de suministros. También sus miserables reiteraciones de propiciar a sus voces mediáticas para intentar de quitar hierro al error de no frenar el país antes del 8-M.
Tras la pandemia, este Gobierno socialcomunista que está desacreditado deberá rendir cuentas con la Justicia por cometer un genocidio, endeudar a la nación sin un plan económico fuerte y reprimir derechos fundamentales de los ciudadanos, aprovechando de este modo este terrible momento para alejarse claramente de la sociedad española y establecer una realidad paralela basada en un proyecto bolchevique que pone en peligro la democracia en España. Posteriormente, una solución factible para la política española sería la creación de un Gobierno de concentración nacional para salir delante de este atolladero sin que tenga su ideología política y sus resultados por encima de los derechos de las personas y sus vidas.
Erik Encinas Ortega es graduado en Periodismo por la Universidad Pompeu Fabra. Miembro del Colegio de Periodistas de Cataluña. Colaborador en diferentes medios de comunicación, entre ellos, Radio Rubí, Mediterráneo Digital, VAVEL deportes y Radio Las Palmas.